Mercados sin tanto cach¨¦

El Mercado de Sant Antoni ha necesitado casi nueve a?os para resucitar sus instalaciones. El pasado mi¨¦rcoles, 60.000 clientes paseaban ansiosos por los pasillos de la renovada infraestructura. Los vecinos serpenteaban impresionados. Los comerciantes aspiraban a que la reapertura se dejase notar en sus cajas registradoras. Pero la situaci¨®n de los mercados no es igual en todos los barrios. Fuera de la tur¨ªstica Boqueria o de los ic¨®nicos mercados de Sant Antoni y Santa Caterina hay instalaciones de mayor y menor tama?o. Las hay que tienen ¨¦xito entre sus vecinos y otros que desesperan a sus comerciantes.

Casi a la misma hora que Sant Antoni abr¨ªa sus puertas, a cinco kil¨®metros, el mercado de Torrent Gornal, en el barrio de la Florida en l¡¯Hospitalet de Llobregat, abr¨ªa la persiana. El que hace unas d¨¦cadas era uno de los mercados insignes del ¨¢rea metropolitana se dejaba llevar por el aburrimiento. ¡°Estos, hace dos a?os que se fueron de la parada y nunca m¨¢s se ha instalado nadie¡±, se?ala una carnicera. A diferencia de los pasillos rebosantes de Sant Antoni, solo media docena de ancianas pasean entre las paradas bajo la supervisi¨®n de dependientas, que ya no gritan a los cuatro vientos las virtudes de sus productos. ¡°El Ayuntamiento nos ha olvidado, no invierten en el mercado, no organizan eventos para que venga gente¡­¡±, critica Paqui, una vendedora de legumbres.

En la parte exterior de la instalaci¨®n sobrevive, como en Sant Antoni, un mercado de ropa. Si la instalaci¨®n de alimentos frescos es des¨¦rtica, la de textil es pura desidia. Persianas bajadas y aburrimiento m¨¢ximo entre alguna parada de toallas del Bar?a y batas de las de estar por casa. Pedro y su esposa regentan una de las paradas rodeados de persianas cerradas. ¡°Los domingos sigue viniendo gente, pero entre semana esto es as¨ª siempre. A este barrio le sacudi¨® fuerte la crisis y la gente sigue haciendo lo imposible para llegar a fin de mes. Cada vez tenemos menos clientes¡±, lamenta. Entre los paradistas se encuentra Vilma Lagos, una modista de origen peruano cuya especialidad es dise?ar los vestidos t¨ªpicos de la fiesta de los 15 a?os. Un evento, t¨ªpico de Latinoam¨¦rica, donde las ni?as festejan en sociedad y con las mejores galas que est¨¢n a las puertas de llegar a la edad adulta. ¡°En este barrio vive mucho inmigrante que celebra los 15, para las vecinas espa?olas tambi¨¦n dise?o cors¨¦s¡±, informa. ¡°Entre semana no pasa nadie por aqu¨ª, a veces pienso en marcharme¡±, lamenta.

El consistorio dice que la mayor¨ªa de los 38 locales goza de buena salud

El de Torrent Gornal contrasta con otros mercados de l¡¯Hospitalet. El mercado de la Florida se reabri¨® tras unas obras hace unos a?os. Es todo nuevo y dentro, como en el caso de Sant Antoni, hay un supermercado. Mientras en el mercado de Torrent Gornal siguen las dependientas mir¨¢ndose unas a otras, en la Florida un grupo de enfermeras ha colocado en un pasillo unas sillas y se disponen a impartir una charla sobre los beneficios de dejar de fumar. Las oyentes son un grupo de ancianas. Ninguna fuma pero las especialistas de la salud les toman la presi¨®n all¨ª mismo.

Algunas calles del barrio de la Florida se asemejan al barrio barcelon¨¦s de Ciutat Meridiana. Mientras en Sant Antoni siguen entrando y saliendo clientes maravillados, en Ciutat Meridiana hace unas semanas que el Ayuntamiento de Colau cerr¨® uno de los dos mercados del barrio: el de Nuestra Se?ora de N¨²ria. El cad¨¢ver de la instalaci¨®n permanece vac¨ªo en lo alto de la serpenteante calle Rasos de Peguera. ¡°Cuando lo cerraron, reventamos el candado y lo okupamos para protestar por la p¨¦rdida del mercado. Nadie nos hizo caso. No vino ni la urbana¡±, lamenta un joven que prefiere preservar su identidad tras haber roto la cerradura.

Paradas vac¨ªas

¡°Nos han olvidado, no invierten ni organizan eventos¡±, critica una paradista

Tras el cierre, los vecinos han sido condenados a comprar en el mercado de Ciutat Meridiana, en la otra punta del barrio. Este mercado tampoco est¨¢ para grandes alegr¨ªas. Pocas paradas, algunas vac¨ªas y alg¨²n vendedor que ha reciclado las vitrinas de una antigua carnicer¨ªa para mostrar llaveros, peluches y pulseras.

Solo en la ciudad de Barcelona hay 38 mercados alimentarios. Por el camino no solo ha ca¨ªdo el N¨²ria, sino que tambi¨¦n cerraron el de Sagrera, el Carme, Vallvidrera y el Port. Tampoco han sido todo malas noticias: en los ¨²ltimos a?os se han abierto dos mercados, el de la Marina y el Fort Pienc, en el interior de los cuales tambi¨¦n hay supermercados. Sergi Clemente tiene un bar y una panader¨ªa en este ¨²ltimo: ¡°Gracias al Mercadona tenemos muchas simbiosis. Adem¨¢s, a diferencias de otros mercados, tenemos una clientela muy joven¡±.

Tambi¨¦n goza de buena salud el ¨²nico mercado del barrio de Les Corts. Josep Maria, de Carnicer¨ªas Banach, destaca que pese a que la instalaci¨®n no ha sido reformada, ¡°el mercado es un polo de atracci¨®n¡±. ¡°Tenemos clientela que viene de encima de la Diagonal, Sarri¨¤, Tres Torres...¡±

El concejal de Mercados del Ayuntamiento de Barcelona, Agust¨ª Colom, defiende que la mayor¨ªa de ellos goza de buena salud. ¡°En los ¨²ltimos cinco a?os, la capacidad de atracci¨®n de los mercados municipales ha crecido, pasando de un 17,7% de cuota de mercado de productos alimentarios en 2012 al 21% en 2017¡±.