Joan Llinares: ¡°Hay que dejar de llamar delatores a quienes denuncian la corrupci¨®n¡±
El jefe de la Agencia Antifraude valenciana afirma que resultar inc¨®modo forma parte de su cargo
A Joan Llinares (Alzira, 1953) le hubiera gustado poner en marcha la Agencia Antifraude valenciana que dirige desde hace un a?o en los pisos que la justicia incaut¨® a la trama de cooperaci¨®n dirigida por el exconsejero del PP Rafael Blasco, zona cero de la corrupci¨®n en la Comunidad Valenciana. A imagen, dice, del simbolismo que representa que la Guardia Civil utilice en Galicia bienes confiscados a los narcos. Pero su oficina tuvo que dar los primeros pasos en un peque?o despacho de 12 metros cuadrados donde, al estilo del camarote de los Hermanos Marx, llegaron a trabajar ¨¦l y otros seis funcionarios con solo dos ordenadores.
Diputados del Congreso de los Diputados lo han convocado dos veces en los ¨²ltimos meses para que les explique c¨®mo funciona su agencia de cara a la elaboraci¨®n de una futura ley de prevenci¨®n de la corrupci¨®n de ¨¢mbito espa?ol. La cita fue, sin embargo, aplazada en ambas ocasiones.
El cambio de Gobierno, cuyo detonante ha sido una sentencia contra la corrupci¨®n, puede facilitar la activaci¨®n del proyecto y que Llinares pueda finalmente exponer sus lecciones en la C¨¢mara. Si se le pregunta cu¨¢l es la m¨¢s importante, Llinares se?ala que empezar a proteger eficazmente a los denunciantes.
Hace poco, tras la presentaci¨®n de la primera memoria anual del organismo que dirige, en la que expuso sin estridencias las penurias que vivi¨® en los primeros meses en el cargo, Llinares opin¨® sobre la investigaci¨®n abierta y archivada sobre la financiaci¨®n del PSPV-PSOE y el Bloc en la campa?a del a?o 2007: "La prescripci¨®n impide que se te condene, pero no te absuelve", declar¨® a preguntas de los periodistas.
M¨¢s tarde, en conversaci¨®n con EL PA?S, Llinares, elegido el a?o pasado para el puesto, que depende directamente de las Cortes Valencianas, con los votos de los socialistas, Comprom¨ªs, Podemos y Ciudadanos, y la abstenci¨®n del PP, admit¨ªa que, de un modo u otro, resulta inc¨®modo a casi todos los partidos. "Soy consciente. Pero pienso que tambi¨¦n me corresponde. Forma parte de mi funci¨®n. En el momento en que fuera c¨®modo, deber¨ªa empezar a mir¨¢rmelo".
La fama de implacable cirujano de la corrupci¨®n preced¨ªa a Llinares antes de su regreso a Valencia. Fue el hombre que sac¨® a la luz todas las irregularidades del Palau de la M¨²sica Catalana, un caso vinculado a la financiaci¨®n ilegal de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya. Y el que diseccion¨® el presunto saqueo del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) durante la etapa en que el PP, a trav¨¦s de Consuelo Ciscar, dirigi¨® el museo. Abogado y gestor cultural, Llinares fue nombrado despu¨¦s responsable de la oficina antifraude municipal de Barcelona por la alcaldesa Ada Colau. La experiencia, cuenta, le ha ense?ado que no hay lengua, territorio ni ideolog¨ªa que vacunen por s¨ª mismos contra la corrupci¨®n.
Las dificultades que hall¨® en el arranque de la Agencia Antifraude valenciana, cuando era el ¨²nico empleado del organismo y ten¨ªa que ocuparse hasta de hacer de telefonista, hubiera hecho m¨¢s mella, quiz¨¢, en alguien sin su trayectoria. "En los procesos en los que destap¨¦ tramas muy vinculadas al poder o con las que el poder hab¨ªa tenido una actitud condescendiente, tuve una sensaci¨®n de soledad muy ostensible".
"La corrupci¨®n genera terror a quien la padece"
La conclusi¨®n que ha extra¨ªdo es que la corrupci¨®n "a menudo est¨¢ tan estructurada, tan organizada y tiene tanta capacitada para hacer da?o que la gente normal que la ha visto y la ha padecido ha tenido verdadero terror de denunciarla". "A alguno de los denunciantes que han venido estos meses a la agencia les he planteado c¨®mo era posible que hasta ahora no hubieran dicho nada. Y me contestaban: '?A qui¨¦n iba a dec¨ªrselo? ?C¨®mo iba a saber que en cuanto me diera la vuelta no iban a ir a trasladarles a mis jefes lo que acababa de contar?".
De ah¨ª, opina, la importancia de crear organismos independientes como el suyo, que pese a las dificultades iniciales cuenta ya con una sede en condiciones y un n¨²mero creciente de funcionarios, que en total ser¨¢n 32, encargados de velar por la limpieza en todas las Administraciones con sede en la Comunidad Valenciana.
Y, tambi¨¦n, de dar la vuelta a ciertos conceptos: "A los denunciantes hay que dejar de llamarlos delatores y decirles que son funcionarios o empresarios ejemplares. Que no pasen a ser proscritos, ni se les incluya en una lista negra que les haga imposible trabajar o entrar en los circuitos de los contratos p¨²blicos. Eso es esencial, se llama protecci¨®n del denunciante y es lo que nos falla. Y fall¨¢ndonos eso, lo que deber¨ªa ser absolutamente normal y corriente, que es que cuando se ve alguna actuaci¨®n fraudulenta o corrupta autom¨¢ticamente se denuncie en el ¨¢mbito correspondiente, lo que tenemos es miedo, como el que he visto en los funcionarios que han venido a pedir el amparo de la agencia".
Llinares considera clave la potencia de fuego que la ley de creaci¨®n de la Agencia Antifraude valenciana concedi¨® al organismo para blindar a los funcionarios, empresarios y particulares que revelen actos irregulares en organismos p¨²blicos de la Comunidad Valenciana. La oficina puede imponer sanciones de hasta 400.000 euros a "cualquier que dirija contra los denunciantes acciones que puedan entenderse como una represalia, venganza, alteraci¨®n de las condiciones de trabajo de la carrera o similares". Una multa que, si bien puede ser recurrida ante los tribunales, contiene, seg¨²n Llinares, una gran potencia disuasoria.
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