El estigma social retrasa la desintoxicaci¨®n por drogas en las mujeres
Proyecto Hombre alerta de la invisibilizaci¨®n de las mujeres con problemas de adicci¨®n al alcohol u otras sustancias
Llegan pocas y tarde. Las mujeres con alg¨²n problema de adicci¨®n a las drogas no alcanzan f¨¢cilmente una puerta a la que llamar para pedir ayuda. Son "invisibles", alertan desde Proyecto Hombre. Solo un 16% de las personas que ha atendido la entidad en 2017 eran mujeres, una cifra que esconde la verdadera realidad del fen¨®meno, avisa el director de Proyecto Hombre Catalu?a, Oriol Esculies: "Estimamos que podr¨ªan llegar a ser entre el 25% y el 30%", advierte. El doble estigma que padecen ellas ¡ªpor la adicci¨®n y por no cumplir los roles familiares que se le presuponen como mujer¡ª es uno de los factores que determina esta infradetecci¨®n de la adicci¨®n en mujeres.
"Hay colectivos muy vulnerables, como las mujeres con hijos a cargo, que tienen miedo a perder la custodia si cuentan su adicci¨®n; o las mujeres que sufren violencia de g¨¦nero y que tienen un consumo instrumental, para soportar esas situaciones", indica Esculies. Projecto Hombre en Catalu?a atendi¨® a m¨¢s de 2.100 personas el a?o pasado, pero solo el 15,8% eran mujeres. El estigma de la adicci¨®n, la culpabilizaci¨®n social y familiar por romper el estereotipo de g¨¦nero, la falta de un colch¨®n de apoyo y las limitaciones econ¨®micas de las mujeres est¨¢n detr¨¢s de este fen¨®meno de "invisibilizaci¨®n". "Llegan pocas mujeres, m¨¢s tarde y los problemas se cronifican", agrega Esculies.
De hecho, la edad media de inicio de tratamiento en mujeres es de 42 a?os frente a los 39 en los hombres. Casi la mitad de ellas, adem¨¢s, presentaban, adem¨¢s de la adicci¨®n, un problema de salud mental (patolog¨ªa dual). "Lo m¨¢s com¨²n son trastornos por ansiedad, depresi¨®n o trastorno l¨ªmite de la personalidad", matiza el director de Proyecto Hombre. La prevalencia de trastornos mentales en hombres, en cambio, alcanza solo el 30%. Adem¨¢s, la infecci¨®n por VIH est¨¢ presente en el 12% de las mujeres frente al 6% de los hombres.?
El patr¨®n y el tipo de consumo tambi¨¦n agudiza la brecha de g¨¦nero en el acceso a tratamientos de desintoxicaci¨®n. Mientras que la coca¨ªna es, en la mitad de ellos, el origen del ingreso para deshabituarse, en las mujeres el alcohol gana mucho m¨¢s protagonismo (el 40,8% por alcohol y el 43,9% por coca¨ªna. Ellas tienden a consumir m¨¢s drogas socialmente aceptadas, como el alcohol o los psicof¨¢rmacos. "Los hombres consumen m¨¢s alcohol de forma social,? en el bar; ellas tienen un consumo m¨¢s privado, solas, en casa", agrega Esculies.
Los antecedentes personales de las mujeres que inician tratamiento son, adem¨¢s, muy complejos. As¨ª, casi la mitad de las que fueron atendidas el a?o pasado en Proyecto Hombre (el 48,8%) admitieron haber sufrido abusos f¨ªsicos en su vida. Este porcentaje asciende al 68,7% cuando se trata de abusos de car¨¢cter emocional y, adem¨¢s, una de cada cinco reconoce haber sufrido abusos sexuales. "El abuso es un factor que pesa mucho, aunque no es el ¨²nico. Pero tienen consecuencias y una afectaci¨®n a tu car¨¢cter, ac¨®mo afrontas las decisiones, etc", apunta el director de la entidad en Catalu?a.
Esculies reclama m¨¢s recursos dirigidos y pensados para mujeres. "Hay una discriminaci¨®n hist¨®rica insoportable", critica. El director de Proyecto Hombre Catalu?a se refiere, por ejemplo, a la falta de plazas espec¨ªficas para ellas, preparadas para madres con hijos a cargo o adaptadas a su realidad social. "Hay que romper el estigma, sensibilizar, feminizar los tratamientos", avisa Esculies.
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