En dos mayor¨ªas a la vez, y no estar loco
Los partidos independentistas est¨¢n en las mayor¨ªas de gobierno de Madrid y de Barcelona, pero con programas contradictorios
Los partidos independentistas catalanes aportaron 17 de los 180 votos que el 1 de junio permitieron en el Congreso de los Diputados la censura del presidente Mariano Rajoy y la investidura del socialista Pedro S¨¢nchez para sustituirle. Sin ellos, el PP seguir¨ªa siendo el partido del gobierno y Rajoy seguir¨ªa viviendo en el palacio de la Moncloa. Si los independentistas dejan de apoyar a S¨¢nchez, su gobierno caer¨¢.
El vuelco pol¨ªtico en Espa?a ha a?adido as¨ª otro motivo de desconcierto a un movimiento que andaba ya a ciegas despu¨¦s de la cat¨¢strofe del 27-O, cuando los soberanistas dirigidos por Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se quedaron solos con su proclama de independencia no efectiva. Lo que s¨ª vino fue la intervenci¨®n de la Generalitat por Rajoy, la persecuci¨®n judicial de los dirigentes catalanes, la c¨¢rcel y la huida de algunos al extranjero. En las elecciones del 21 de diciembre, sin embargo, el independentismo revalid¨® su mayor¨ªa en el Parlament y esa victoria cay¨® como agua de mayo en lo que en realidad era un crudo invierno pol¨ªtico. Eso encubri¨® su desorientaci¨®n, pero no elimin¨® la causa del pasmo.
En esas estaban cuando, inopinadamente, se encontraron el 1 de junio con que ten¨ªan en su mano contribuir decisivamente a la ca¨ªda de Rajoy. Para ellos no hab¨ªa duda: El PP de Rajoy y su Gobierno est¨¢n en el origen de la crisis constitucional y librarse de ¨¦l significaba, por lo menos, una oportunidad para buscarle salidas. Lo hicieron.
La nueva situaci¨®n pol¨ªtica implicaba, sin embargo, que los integrantes de la mayor¨ªa parlamentaria actuaran a partir de entonces como tales, es decir, que evitaran poner en apuros al gobierno de S¨¢nchez y, por el contrario, le sostuvieran frente a los embates de la oposici¨®n del PP y Ciudadanos. Apoyar a un gobierno monocolor formado por un partido que tiene solo 85 de los 350 diputados del Congreso exige mucha perseverancia. Hay que estar ah¨ª sesi¨®n tras sesi¨®n aportando los votos porque, de lo contrario, habr¨¢ elecciones anticipadas, as¨ª de sencillo.
A cambio de este apoyo, S¨¢nchez y su Gobierno han ofrecido di¨¢logo y desescalada. No es poco si se tiene en cuenta que se viene de una etapa de todo lo contrario. Lo que hab¨ªa antes era sordera entre las dos partes del conflicto y una tensi¨®n permanente que, de momento, ha costado el procesamiento de 25 pol¨ªticos independentistas, una espectacular fuga de empresas, y la ca¨ªda de los presidentes de gobierno que han protagonizado esta etapa de la crisis en ambos lados. El enquistamiento del problema.
Pero los independentistas siguen desorientados. No ten¨ªan prevista ninguna opci¨®n alternativa a la proclamaci¨®n unilateral de la independencia. Ahora se encuentran con que ya han disparado el cartucho de reserva y no tienen m¨¢s munici¨®n. La met¨¢fora del p¨®quer y el farol resume bien su desastre. Al jugador que se ha visto obligado a mostrar las cartas ya no le queda nada, si iba de farol. Si, eventualmente, llegan a una mesa para negociar con quien les gan¨® la partida no ser¨¢ para conseguir en ella el objetivo que no pudieron lograr a la brava.
Lo que les repugna es asumir que ahora est¨¢n instalados en pleno regreso al autonomismo del que ya hab¨ªan abjurado. Esa etapa que consideraban ya superada es el futuro que le espera a Catalu?a, en el mejor de los casos. Y el colmo de las contradicciones es que, desde el 2 de junio, los mismos partidos independentistas que forman el Gobierno de la Generalitat y siguen hablando de desplegar la rep¨²blica catalana son un componente decisivo e imprescindible de la mayor¨ªa que sostiene al Gobierno del PSOE. Est¨¢n en las dos partes y tienen que ser consecuentes en ambas. Dif¨ªcil, pero as¨ª es. Es como en el bolero de Antonio Mach¨ªn: estar en dos mayor¨ªas a la vez, y no estar loco. El principal obst¨¢culo con el que tropiezan es su propio rechazo a asumir el fracaso de la tentativa unilateral del 27-O. Eso es lo que les lleva a continuar con la din¨¢mica de gesticulaci¨®n y les impide encarar positivamente el di¨¢logo que les ofrece S¨¢nchez. Pero necesitan salir del embrollo y el desconcierto, pues ellos est¨¢n tambi¨¦n interesados en lograr que S¨¢nchez finalice la legislatura.
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