Picasso brilla en la oscuridad
Ferran Adri¨¤ explica a un grupo con discapacidad visual de la ONCE la exposici¨®n sobre la pasi¨®n del pintor por la cocina y la comida
¡°Hola, soy Ferran Adri¨¤. Soy un impresentable¡±. Fue lo primero que dijo el famoso cocinero, con la intenci¨®n de romper el hielo, a la veintena de personas afiliadas a la ONCE, de entre 30 y 75 a?os, todos con discapacidad visual, incluso total, a las que iba a acompa?ar en la visita a la exposici¨®n La cocina de Picasso abierta en el museo del pintor de Barcelona.
La actividad programada trataba de sintetizar en unas cuantas obras de la exposici¨®n la intensa y larga relaci¨®n de Picasso con el mundo de la cocina y la comida tal y como explica la interesante muestra que puede verse hasta el 30 de septiembre. ¡°Ahora solo hago cosas que me gustan y de las que puedo aprender. Esto no lo he hecho nunca, pero creo que voy a aprender mucho, porque no s¨¦ c¨®mo van a reaccionar¡±, aseguraba Adri¨¤, vestido de impoluto negro con una camiseta del Mugaritz, restaurante de su amigo Andoni Luis Udariz, camino del primer piso del museo.
¡°La primera actividad humana de la historia, hace dos millones y medio de a?os, fue comer a partir de cortar con una piedra la piel de un animal, sacar la carne y com¨¦rsela. Esa era una cocina necesaria. Luego se pas¨® a la comida hedonista y de placer, para pasarlo bien, pese a que todav¨ªa sigue habiendo gente que pasa hambre en el mundo. La tercera ser¨ªa la alimentaci¨®n como tema social. La cuarta, la degustaci¨®n y la ¨²ltima etapa, la reflexi¨®n sobre la comida¡±, dijo Adri¨¤, as¨ª de entrada, dejando mudo al grupo.
Lo hizo delante de Ramon Cases i Pere Romeu en t¨¢ndem, la obra m¨¢s grande de la exposici¨®n, que no es de Picasso, sino de Ramon Casas que durante a?os decoraba las paredes de Els Quatre Gats, un lugar que evoca al hedonismo y los actos sociales del modernismo. ¡°Van vestidos con unos bombachos¡±, suelta Trini, una de las asistentes que al momento a?ade. ¡°Bueno, yo no los veo, pero me acuerdo de cuando vi el cuadro hace a?os¡±.
Parec¨ªa que el grupo no acababa de entrar en las explicaciones del cocinero ¡ªque iban precedidas de una introducci¨®n explicativa de la obra de Anna Guarro¡ª, cuya presencia s¨ª empez¨® a llamar la atenci¨®n del resto de visitantes del museo, la mayor¨ªa, como siempre, turistas, que no daban cr¨¦dito de la suerte que hab¨ªan tenido.
¡°Ver no es indispensable¡±
Despu¨¦s de comentar la cubista y colorista La botella de vino, de 1926, y hacer referencia Adri¨¤ a que la comida es ¡°el lenguaje m¨¢s complejo que existe y que se ha estudiado muy poco¡±, el grupo se arremolin¨® alrededor de Figura, una de las pocas esculturas de la exposici¨®n que Picasso realiz¨® en 1935 dando forma humana a un mont¨®n de maderas y cuerdas, dos herramientas que acaban en una especie de garra y un cuchar¨®n sopero que coloc¨® como cabeza.
¡°Esta obra tiene mucho que ver con vosotros¡±, solt¨® Adri¨¤. ¡°En la comida y en el sexo se utilizan todos los sentidos: la vista, el gusto, el olfato, el tacto y el o¨ªdo, ya que una conversaci¨®n alrededor de la comida es tan fundamental como comer. Pero en la comida el sentido de la vista no es, ni mucho menos, el m¨¢s importante, ya que el gusto y el olfato son indispensables¡±. Y apunta otro: ¡°pero antes nos dec¨ªan que hab¨ªa que callarse cuando se come¡±. ¡°Tambi¨¦n, que con la comida no se juega, y yo es lo ¨²nico que he hecho, y si estoy aqu¨ª es porque he jugado siempre con la comida y los sentidos¡±, le sigue Adri¨¤, generando la risa de todos a los que ha comenzado a tocar, haci¨¦ndose cada vez m¨¢s pr¨®ximo.
Sobre todo, tras lanzarles preguntas como: ?A qui¨¦n les gusta el vino?, ?c¨®mo os com¨¦is el pan con tomate, separado o junto? y ?los bombones, de un solo bocado o en dos para saborear la textura de su interior, ya que el 99% lo hacen de una sola vez? Tambi¨¦n dando trucos como a?adir a un trozo de pomelo az¨²car y aceite para cambiar su sabor o vinagre y az¨²car a una fresa para convertirla en algo parecido a un tomate. ¡°El no ver tiene un valor importante ya que potencia los otros sentidos. Por eso se hacen las catas a ciegas, que permite mucha m¨¢s verdad. La vista en la comida manipula. Lo digo de verdad, no para quedar bien. Cuando uno no ve, lo que se come es m¨¢s real¡±. Acababa de ganarse a todo el grupo.
En el guion de la visita se hab¨ªan marcado cuatro obras con la intenci¨®n de explicar con ellas toda la exposici¨®n, pero desde el comienzo y con la capacidad de hablar de Adri¨¤ estaba claro que lo previsto no se iba a cumplir. La visita acab¨® delante de dos de las obras m¨¢s tristes y austeras de la exposici¨®n El buf¨¦ de Le Catalan (I y II), que hablan de la no comida. Picasso las pint¨® en 1943, durante la ocupaci¨®n alemana de Par¨ªs y, por lo tanto, en ¨¦poca de guerra y escasez. Hay se habl¨® del pan, otro de los alimentos fundamentales. ¡°El que se hac¨ªa antes era mucho mejor que el de ahora, que no vale nada¡±, dijo uno. ¡°No empecemos con eso, que eres muy joven. Yo tengo 56 a?os y antes lo que se pasaba era que hab¨ªa hambre¡±, zanj¨® el cocinero con rapidez.
El grupo termino alrededor de Adri¨¤ delante de la enorme imagen en la que se ve a Picasso junto a un mont¨®n de recipientes de cocina. ¡°?Sab¨¦is porque los cocineros para hacerse la foto se ponen con los brazos cruzados? Para taparse la barriga¡±, dijo provocando la carcajada a todos los dem¨¢s que no tuvieron que decir ¡°pa-ta-ta¡± para la foto de recuerdo.
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