?Iglesias recicladas?
Un libro plantea dar un nuevo uso social y cultural a las 132 parroquias de Barcelona, un rico patrimonio infrautilizado
Durante el siglo XIV coincidi¨® en Barcelona la construcci¨®n de cuatro enormes templos g¨®ticos: la catedral de Santa Elena, Santa Maria del Pi, Santa Maria del Mar y la bas¨ªlica de Sant Just i Pastor. Todas en un kil¨®metro cuadrado, por lo que se puede aventurar que los que trabajaban en uno de ellos pod¨ªan ver c¨®mo avanzaban las obras de los otros tres. Pero estos cuatro edificios que siguen impresionando en pleno siglo XXI, son solo los m¨¢s destacados ¡ªjunto a la inconclusa Sagrada Familia¡ª de la arquitectura religiosa de esta ciudad, formada por 132 parroquias que se reparten como una red homog¨¦nea por los 72 barrios de los diez distritos de Barcelona.
As¨ª lo pone de manifiesto Barcelona. Esgl¨¦sies i construcci¨® de la ciutat de la arquitecta y profesora Alba Arboix que el Ayuntamiento de Barcelona y el Arzobispado de Barcelona acaban de publicar. Un libro que, adem¨¢s de poner orden en este rico patrimonio y sistematizar el tama?o de estos templos, su variado repertorio tipol¨®gico y analizar sus elementos m¨¢s caracter¨ªsticos como fachadas, altura y anchura de sus naves y la disposici¨®n de los claustros, acaba proporcionando una lectura in¨¦dita de Barcelona.
El trabajo de Arboix, fruto de una investigaci¨®n para su tesis doctoral enmarcada en el Departamento de Proyectos Arquitect¨®nicos de la Universitat Polit¨¨cnica de Catalunya (UPC), evidencia que las iglesias han tenido un papel protagonista en la construcci¨®n de esta ciudad, desde los primeros n¨²cleos medievales hasta los ¨²ltimos barrios de pol¨ªgonos de los a?os sesenta del siglo XX: ¡°La mayor¨ªa son centros neur¨¢lgicos de los barrios en los que est¨¢n situadas; con sus torres son referencias espaciales absolutas; casi todas cuentan con una plaza en su fachada en la que se articula la vida del entorno; son edificios privilegiados y elementos destacados del patrimonio¡±, explica Arboix. El trabajo fue presentado esta semana en el mirador Maria Aur¨¨lia Capmany, situado en la azotea del edificio de la plaza Sant Miquel del Ayuntamiento barcelon¨¦s desde donde se ven muchas de estas iglesias y se pueden o¨ªr ta?er sus campanas.
Pero el libro de Arboix no solo habla de patrimonio y del pasado. Tambi¨¦n de futuro. Despu¨¦s de comprobar c¨®mo estos edificios han dejado de ser el centro de la vida de los barceloneses; muchos han ca¨ªdo en el olvido y la indiferencia convirti¨¦ndose en reductos para la liturgia y el silencio ¡ªaunque unas pocas se han ¡°contaminado del ¨¦xito tur¨ªstico¡± de la ciudad y tienen siempre largas colas como la Sagrada Familia y la catedral¡ª, plantea un asunto considerado tab¨²: ?qu¨¦ hacer con este rico patrimonio infrautilizado, frecuentado cada vez por menos personas y solo unas pocas horas a la semana, mientras que permanecen cerrados el resto del tiempo?
Arboix lo explica con un ejemplo a partir de los trabajos de los arquitectos y urbanistas ingleses Alison y Peter Smithson que dan a la calle tres caracter¨ªsticas, en funci¨®n de las necesidades: la de permanencia, en referencia al tr¨¢fico rodado de cada d¨ªa; la de periodicidad, que ilustra con la carpa que se instal¨® durante meses en la calle Urgell para acoger solo los domingos el mercado de libros antiguos, y la de efem¨¦ride, que explica con los cortes de calles que se realizaron cuando vino el Papa a consagrar la Sagrada Familia. ¡°Todos los usos conviven de forma regulada¡±, explica Arboix que ha llevado estos tres estadios a las iglesias. ¡°La arquitectura sacra representa en Europa el 70% del patrimonio catalogado, aunque aqu¨ª, por la desamortizaci¨®n y la guerra civil, es menor¡±. Es por eso por lo que fuera de Espa?a el uso civil de las iglesias que han perdido su papel principal es mayor, como le ocurre a la famosa discoteca Para¨ªso en ?msterdam o la bella librer¨ªa Selexyz Dominicanen de Maastricht o la misma catedral de Mil¨¢n que acoge desde 2010 entre las columnas que separan la nave central y las laterales exposiciones de pintura (no siempre sacro) o en su tejado un cine en verano con vistas privilegiadas.
En Barcelona existen ejemplos de edificios abandonados que han sido reciclados tras perder su uso religioso. Es el caso de la librer¨ªa de La Central instalada en la antigua capilla de la Casa de la Miseric¨°rdia; la capilla de la casa de Manuel Girona que acoge el supercomputador MareNostrum; la iglesia del Convent dels ?ngels que forma parte del Macba o la Capella de la Miseric¨°rdia que ahora est¨¢ en el centro de la pol¨¦mica para ver si acoge la ampliaci¨®n del Macba o un CAP.
¡°Pero hay muchas otras iglesias que est¨¢n en desuso o infrautilizadas a las que habr¨ªa que buscar otra utilidad que pueda coexistir con la religiosa, como acoger conciertos, entregas de premios y representaciones teatrales. Esta duplicidad de funciones se conseguir¨ªa con un gasto m¨ªnimo y con elementos reversibles de quita y pon, o simplemente retirando los bancos y colocando una plataforma. La intervenci¨®n del arquitecto no tiene por qu¨¦ afectar los muros del templo, la visi¨®n central, ni impedir que la vida religiosa contin¨²e¡±, prosigue Arboix, que insiste en que ¡°hay que dejar de lado los vetos que siempre han acompa?ado este asunto¡±. Algo que ha llevado a que de forma sorprendente su estudio sea el primero que se ha realizado sobre este patrimonio tan visible. ¡°Si se explica bien, todo el mundo gana. Los pol¨ªticos que parecen no ser conscientes de las posibilidades de estos edificios como equipamientos y los p¨¢rrocos que pueden acabar obteniendo recursos que ayuden al mantenimiento y conservaci¨®n de los edificios¡±, remacha la investigadora.
Arboix propone un uso m¨¢s social y que la funci¨®n ¡°comunitaria¡± prevalezca sobre la ¡°sagrada¡±. Algo que no es nuevo, tal y como explic¨® durante la presentaci¨®n del libro el concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, que record¨® como durante el franquismo grupos de mujeres y sindicatos se reun¨ªan clandestinamente en las iglesias y, como hace menos, algunos de estos edificios, como Santa Maria del Pi o Sant Just i Pastor, han jugado un papel activo en la crisis migratoria y econ¨®mica.
Cat¨¢logo completo
Uno de los muchos atractivos del libro de Alba Arboix es que presenta un cat¨¢logo completo de las 132 iglesias ordenadas alfab¨¦ticamente por la advocaci¨®n, direcci¨®n, fotograf¨ªa de la fachada y su situaci¨®n en el plano de la ciudad. Est¨¦ inventario es fruto de los dos primeros a?os de su investigaci¨®n para la tesis que realiz¨® en la UPC. ¡°Fue el trabajo m¨¢s arduo del proceso porque la documentaci¨®n est¨¢ dispersa en diferentes archivos, la mayor¨ªa se destruy¨® durante la Guerra Civil y ha habido que levantar muchos de los planos¡±.
La investigadora coloca los planos (en proporci¨®n) de estos edificios en un mapa en el que se aprecia su dispersi¨®n por toda la ciudad. Tambi¨¦n que, pese a que los de mayor tama?o se concentran en el Barri G¨°tic, el templo cristiano m¨¢s grande (y m¨¢s alto) acabar¨¢ siendo la Sagrada Familia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.