Esos meses
Los partidos independentistas deben reconocer que han abusado de sus posiciones institucionales
La historia de estas ¨²ltimas semanas ¡ªcomo m¨ªnimo desde el encuentro entre los presidentes S¨¢nchez y Torra¡ª se ha te?ido, a¨²n entre mil interrogantes abiertos (y a¨²n m¨¢s despu¨¦s de la delicada situaci¨®n jur¨ªdica y pol¨ªtica creada por el pronunciamiento del tribunal de Schleswig-Holstein) de un clima favorable al di¨¢logo y a la apuesta pol¨ªtica para la resoluci¨®n del conflicto catal¨¢n. Abundan ciertamente todos los condicionales y todos los condicionantes: ni la situaci¨®n est¨¢ resuelta (y no lo estar¨¢ durante mucho tiempo), ni todav¨ªa se sabe a ciencia cierta qu¨¦ tipo de rumbo coger¨¢n los acontecimientos.
Sin embargo ¡ªy as¨ª parecen reflejarlo tambi¨¦n las encuestas-, el ambiente tanto en Catalu?a como en el conjunto del estado registra una creciente hambre de superaci¨®n de toda una fase de confrontaci¨®n, de incomunicaci¨®n y de reafirmaci¨®n sorda y acr¨ªtica de las posiciones de cada uno.
Esta circunstancia puede y debe afectar (a pesar de los pir¨®manos de un lado y del otro del Ebro, y tambi¨¦n de aquellos que se encuentran en diferentes pa¨ªses europeos), la creaci¨®n de un entorno favorable a la distensi¨®n institucional, requisito previo a cualquier posibilidad de volver a hablar de pol¨ªtica.
A pesar de ello, este clima de momento ha tenido unas manifestaciones apreciables (por muy simb¨®licas que puedan ser) en lo que ata?e a una sola dimensi¨®n del conflicto, que es -para simplificar-, la que se refiere a la relaci¨®n entre Barcelona y Madrid.
Otra dimensi¨®n, si cabe mucho m¨¢s importante, se refiere a la tensi¨®n y al di¨¢logo interno en Catalu?a. La pol¨ªtica ha dado tambi¨¦n en este caso se?ales que merecer¨ªan no ser obviadas: Comunes y PSC han presentado iniciativas parlamentarias exitosas para la construcci¨®n de din¨¢micas de resoluci¨®n que pasen por un reconocimiento claro de la pluralidad de posiciones y propuestas, y por el planteamiento de soluciones que sean lo m¨¢s compartidas posible.
Es una tarea tambi¨¦n que incumbe a la ciudadan¨ªa catalana en su conjunto, a trav¨¦s de la sociedad civil (de toda ella) y del debate p¨²blico. Se ha empezado a hablar de recoser: es el objetivo m¨¢s preciado para cualquiera que se defina dem¨®crata ahora mismo en Catalu?a.
Har¨¢ falta compromiso sincero, imaginaci¨®n y capacidad de asumir errores del pasado para que no se vuelvan a repetir. Que sea dif¨ªcil no lo hace menos imprescindible. Ahora bien, uno de los prerrequisitos para poder recoser es intentar codificar una reconstrucci¨®n del estr¨¦s pol¨ªtico y social de los ¨²ltimos meses que sea m¨ªnimamente compartida.
No significa plantear un relato ¨²nico. Es imposible e incluso poco aconsejable: todo el mundo ha vivido los ¨²ltimos meses -e incluso los ¨²ltimos a?os- de una manera personal e intransferible. Para unos pocos han sido la culminaci¨®n de sus sue?os, para otros un mecanismo de politizaci¨®n (o repolitizaci¨®n) estimulante. Para unos cuantos m¨¢s han sido una ¨¦poca tensa y negativa. Muchos se han sentido excluidos y atacados, y otros m¨¢s han contemplado preocupados como los equilibrios tan sutiles de convivencia se tensaban hasta extremos nunca experimentados.
Por lo tanto, no se trata de sublimar las vivencias de cada cual en un relato cerrado y monodimensional. De lo que s¨ª se trata, pero, es hacer un ejercicio de interpretaci¨®n de nuestra experiencia colectiva reciente que pueda definir un espacio de comprensi¨®n v¨¢lido para una mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa, partiendo del presupuesto del reconocimiento (que no tiene por qu¨¦ ser aprobaci¨®n) de la referida multiplicidad de percepciones.
Ciertamente sus coordinadas no pueden ser que b¨¢sicas, ya que deben poder interpelar una porci¨®n mayoritaria de la ciudadan¨ªa, partiendo de constataciones que puedan constituir un m¨ªnimo com¨²n denominador que sin ser ambicioso, pueda ser transversal.
En mi opini¨®n hay dos coordenadas b¨¢sicas. La primera es la constataci¨®n de que hubo una extralimitaci¨®n de las prerrogativas pol¨ªticas y judiciales por parte del gobierno central y de la judicatura: por lo que ata?e a la ampliaci¨®n de las atribuciones del Tribunal constitucional y, especialmente, a la aplicaci¨®n de la prisi¨®n preventiva. Y una segunda, que se tiene que explicitar en Catalu?a sin matices: el reconocimiento de que los partidos independistas en la pasada legislatura han abusado de sus posiciones institucionales y por eso se tienen que exigir responsabilidades y rectificaci¨®n.
Seguramente, a ambos lados quedar¨¢n los irreducibles, por convicci¨®n o por qu¨¦ creen poder sacar r¨¦ditos pol¨ªticos o electorales. Pero lo m¨¢s importante es que esta lectura m¨ªnimamente compartida se pueda hacer, pueda ser debatida, enriquecida y asumida por un cuerpo central de la sociedad y de la pol¨ªtica del pa¨ªs.
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