Esperar refugio en la calle
Decenas de solicitantes de asilo duermen a la intemperie a la espera de la citaci¨®n para la tarjeta roja
Bajo la sombra de los ¨¢rboles de un parque cercano a la Mezquita de la M-30 (Madrid), una madre siria ba?a sobre una manta a su beb¨¦ con la ayuda de un barre?o. Su llanto rompe el silencio de la decena personas que hace una veintena de d¨ªas decidi¨® acampar all¨ª. Esperan la citaci¨®n del Ministerio de Inmigraci¨®n para conocer si, finalmente, les entregar¨¢n las tarjetas rojas de refugiados. Llegaron junto con otras 30 personas que, hace cuatro d¨ªas, decidieron marcharse. Ahora duermen y esperan solos.
El Samur social les ofreci¨® ayuda y cobijo hace unos d¨ªas, pero se negaron a recibirla, seg¨²n precisan fuentes policiales. "No queremos nada, pasaremos unos d¨ªas y nos iremos a Barcelona", cuenta el padre de familia con la ayuda de un int¨¦rprete. La polic¨ªa afirma que alguno de ellos ya dispone de la conocida tarjeta y que, seg¨²n les dijeron, su intenci¨®n es reunirse con algunos familiares que viven en la capital catalana.
"Huyen de la guerra y no quieren hablar", comenta el traductor. A su lado, un joven hace un gesto con los brazos como si estuviera cogiendo un fusil. "Fue duro", relata mientras una de las ni?as juguetea por la zona. Tienen miedo y no quieren que les fotograf¨ªen. Cuando acceden y ven la instant¨¢nea, su mirada parece transmitir que acababan de entregar la ¨²ltima posesi¨®n que ten¨ªan. Otros migrantes marroqu¨ªes que sobreviven en el mismo parque aseguran que los sirios duermen en el suelo porque quieren. "Mira, ?ves ese coche? Pues es suyo. Les dan ayudas, pero no las cogen. No lo entiendo", comenta otro marroqu¨ª que se niega, por miedo, a dar su nombre.
Dormir en iglesias
Varios trabajadores del Samur Social que trabajan en los centros que el Ayuntamiento ha destinado para acoger a los solicitantes de asilo dicen que no dan abasto y que hay d¨ªas en los que muchos tienen que dormir en la calle porque no hay camas suficientes. "Ves a familias enteras en la puerta, a veces con ni?os, y no puedes hacer nada", cuenta una trabajadora. Los asistentes del SAMUR relatan que, como la mayor¨ªa de los centros que acogen refugiados est¨¢n a las afueras de Madrid, muchos prefieren pasar la noche en las calles del centro. "Algunos buscan sitio donde pueden. Los que vienen de Europa del Este, por ejemplo, en iglesias ortodoxas", asegura otro trabajador.
Hace una semana, Javier Baeza, p¨¢rroco de la iglesia vallecana de San Carlos Borromeo, envi¨® un escrito al Consistorio donde relataba que tuvo que acoger durante un mes a medio centenar de personas "reci¨¦n llegadas a Madrid" en situaci¨®n de vulnerabilidad que no encontraban un sitio donde vivir. "Muchos de ellos nos contaban que en los establecimientos p¨²blicos donde se hab¨ªan albergado hasta el momento no pod¨ªan cambiarse de ropa y que las duchas eran insuficientes", asegur¨® Baeza el pasado jueves. A finales de esa semana, seg¨²n cuenta, el Consistorio realoj¨® a todos los migrantes.
Ante el crecimiento de solicitudes y la tardanza de las citaciones ¡ªalgunas hasta de 8 meses, seg¨²n fuentes municipales¡ª el Gobierno de Manuela Carmena se vio obligado a abrir los centros dormitorios de las campa?as contra el fr¨ªo (con 150 plazas cada uno) para poder albergar a los solicitantes de asilo. Hasta el mes de junio, ambos edificios ¡ªuno para familias y otro solo para hombres¡ª acogieron a unas 1.000 personas.
Cuando las personas que llegan a Espa?a solicitan asilo, tienen que esperar una cita para que el Ministerio de Trabajo e Inmigraci¨®n les entregue, si finalmente son aceptados como refugiados, la mencionada tarjeta roja. Posteriormente, y seg¨²n sus necesidades, se les facilitar¨¢ un lugar para establecerse. Mientras esperan la citaci¨®n, los solicitantes son considerados personas sin hogar, por lo que es el ayuntamiento el que se hace cargo de cubrir sus necesidades.
En febrero, unas 42.000 personas aguardaban la resoluci¨®n de su solicitud en toda Espa?a, seg¨²n la Comisi¨®n de Ayuda al Refugiado.
Madrid reconoce que es dif¨ªcil ayudar a todos los migrantes
El Ayuntamiento de Madrid reconoce que la situaci¨®n de la llegada de tantos solicitantes de asilo es dif¨ªcil de afrontar y que "lo est¨¢n haciendo lo mejor que pueden" con los recursos de los que disponen. El Consistorio subraya que "en ocasiones" no puede garantizar la seguridad y los cuidados a estas personas "como quisiera", ya que no cuenta con todos los medios necesarios. "Estas personas viven en un limbo. Las citas del Ministerio se demoran mucho. Nos estamos encargando de una situaci¨®n que es competencia del Gobierno Central", comenta una portavoz del ?rea de Equidad, Derechos Sociales y Empleo del Consistorio.
El Gobierno de Manuela Carmena subraya que el crecimiento del n¨²mero de personas que piden asilo en Espa?a es una situaci¨®n ¨²nica que no solo afecta a Madrid, sino tambi¨¦n a las principales ciudades de Europa y que "el ritmo de peticiones" es tan grande y el tiempo de citaci¨®n se demora tanto que resulta complicado albergar a tanta gente. "El presupuesto y el apoyo del Gobierno siguen siendo el mismo, hasta el momento, que el que ten¨ªamos con Mariano Rajoy. Esperamos que la situaci¨®n mejore. Nosotros vamos a seguir esforz¨¢ndonos", asegura la portavoz.
El Consistorio recuerda que, adem¨¢s de tener que atender a las personas que aguardan una respuesta del ministerio, tambi¨¦n tienen que prestar ayuda a las personas sin hogar que viven en la capital, por lo que, seg¨²n dice, su trabajo es doble.
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