¡°Lo que lees modifica tu vida, si eres sensible¡±
Carme Riera Sanfeliu, editora adjunta de Literatura Random House
Carme Riera Sanfeliu tiene una teor¨ªa sobre su generaci¨®n: viven en diagonal. ¡°Pasamos de puntitas por encima de todo y no vamos al fondo de las cosas¡±. Claro, en tiempos tan acelerados¡ ¡°No, no es falta de tiempo; ?cu¨¢l es la gran caracter¨ªstica humana: el miedo o la pereza? Es un poco lo de la pel¨ªcula Waking life: la actitud de vivir en diagonal nace del miedo o de la pereza, no del estr¨¦s o la prisa; nada nos impregna y eso nos lleva a vivir, y a leer, en diagonal¡±.
Cita en primera persona del plural, pero no es su caso. ¡°Todo lo que me ha de ocurrir en la vida me ha de tocar a fondo; no quiero que me pase de lado, ni deseo un entorno as¨ª¡±, se define, pr¨®xima, pero con los ojos en un punto perdido de la calle, oblicuos e huidizos al interlocutor, buscando un escondite imposible tras una cabellera lacia¡ De ni?a ya era as¨ª, ¨ªntimamente vital; quiz¨¢ por eso se aburr¨ªa un mont¨®n cada verano en Sant Vicen? de Montalt, algo de lo que la rescat¨® la bibliotecaria. Y ah¨ª estaba ella, ¡°con nueve o diez a?os, y tres novelas de Le Carr¨¦ porque un d¨ªa o¨ª su nombre a saber d¨®nde¡±; o enfurru?¨¢ndose con su padre porque habi¨¦ndole pedido El carrer estret de Josep Pla (¡°hab¨ªa le¨ªdo un fragmento en la escuela¡±), le compr¨® El quadern gris. ¡°En casa no hab¨ªa una gran biblioteca; mi padre es m¨¦dico y mi madre, secretaria, pero no son grandes lectores, aunque siempre existi¨® el libro como preciado regalo¡±.
Una d¨¦cada despu¨¦s
Nombre y edad: Carme Riera Sanfeliu, 29 a?os.
Si no fuera lo que es le hubiera gustado ser... "Soy una loca de la m¨²sica electr¨®nica. Empec¨¦ a pinchar hace un a?o, como Sophie Lekker".
Se va de vacaciones: Entre Maresme, Garrotxa y Empord¨¤
Dentro de 10 a?os trabajar¨¢ en... "Como editora, pero no creo que independiente".
Infancia y primera juventud fueron, admite, ¡°solitarias, muy de hija ¨²nica¡±, o sea, ¡°inevitable inventarse un mundo interior¡±. El manual la llev¨® al periodismo (¡°era lo m¨¢s pr¨®ximo a las letras¡±) y a unos felices pinitos literarios que se tradujeron, primero, en un diario que ha llevado ¡°siempre, desde los seis a?os, un lugar donde reflejar por qu¨¦ te sientes c¨®mo te sientes, qu¨¦ te ha pasado¡±, y luego, en el premio N¨²vol de relatos 2016. ¡°Pero eso se acab¨®: ahora llevo el sombrero de editora y me ha hecho ser m¨¢s exigente, s¨¦ que me examinar¨ªa tant¨ªsimo que... Es curioso: hoy siento una verg¨¹enza al escribir que antes no ten¨ªa¡±. Porque s¨ª, desde hace un a?o, Carme Riera (¡°compartir nombre realcad¨¦mico es complicado¡±, dice de su feliz coincidencia con la escritora mallorquina) es editora, mirlo blanco seg¨²n los entendidos del sector: dej¨® el periodismo tras pasar por televisi¨®n y una corresponsal¨ªa de un diario en Par¨ªs, curs¨® con brillantez el exigente M¨¢ster de Edici¨®n de la Universidad Pompeu Fabra y ha acabado ya, de momento, como editora adjunta de Literatura Random House.
Lleva tatuado en la cara posterior de su brazo izquierdo una chica en plongeon. ¡°S¨¦ alguna cosa de saltar al vac¨ªo¡ y volver¨ªa a repetirlos todos¡±, dice para responder a su acelerado y mutante cambio de tercio vital. Pero del oficio no espera nada distinto a lo que ha perseguido siempre en otras latitudes: ¡°Busco voces que me hablen de la cotidianeidad de la vida tal como es, gente que quiz¨¢ rastrea la belleza en los momentos que, en principio, no podemos tenerla, como hace James Salter¡±, cita, tras haber dejado caer previamente a John Cheever, Denis Johnson o Joan Didion. Ella a¨²n no tiene un hijo literario propiamente dicho, pero persigue voces como la que pueda representar Eva Baltasar (Permagel), ¡°una prosa fresca, que lo que escriba sea palpable, con im¨¢genes no vistas, y que lo haga de t¨² a t¨², que no me mire por encima del hombro; donde el clima sea otro personaje fijo; tambi¨¦n me pierde la forma, interesant¨ªsima siempre¡±.
?Y esa b¨²squeda puede aprenderse? ¡°La parte pr¨¢ctica de la edici¨®n, la creaci¨®n de una programaci¨®n, cu¨¢ndo y d¨®nde poner un libro en ella, el tiraje, la edici¨®n tipogr¨¢fica..., todo eso s¨ª, claro, pero la sensibilidad no se puede educar¡±. Y ah¨ª sale el ejemplo de un Jorge Herralde ¡°que era ingeniero industrial¡±, a la vez referente profesional, como ¡°los cl¨¢sicos¡± Beatriz de Moura o S¨ªlvia Querini. Entre los m¨¢s cercanos en espacio y tiempo, Aniol Rafel y Eug¨¨nia Broggi. ¡°Tampoco somos tan diferentes a los veteranos: quiz¨¢ acentuamos como prioridad m¨¢xima el gusto personal; se creen su cat¨¢logo sin fisuras ni concesiones¡±.
Debe un editor, eso s¨ª condici¨®n sine qua non, saber captar el air du temps, mecanismo que Riera dice que en parte tiene integrado por su ya viejo (??) oficio de periodista y por estar generacionalmente inmersa en las redes sociales, de las que ella admite ser una early adopter, de cuando a¨²n no hab¨ªa ni aplicaci¨®n por m¨®vil de Twitter. ¡°Ni que sean tres personas, la Red me ayuda a captar las preocupaciones de la gente y tambi¨¦n la de mi generaci¨®n¡±, compa?eros de ¨¦poca que, admite, ¡°leen muy poco: son muy inteligentes y muy buenos en su trabajo, pero no leen y se autoflagelan por ello; y luego, lo quieren arreglar abordando Ana Karenina en verano y lo acaban dejando, claro¡±. Son gente que ¡°llega agotada a casa, con el trabajo que los desborda y que desconectan solo con Netflix o saliendo de copas, nunca abriendo un libro¡ Para eso, necesitas cruzarte en tu vida con un loco de la lectura, con tu bibliotecaria¡±, juguetea con su propio pasado. Y es importante hacerlo eso de leer, porque ¡°aprendes m¨¢s de la vida leyendo que vivi¨¦ndola; encuentras lecciones en la vida de los otros; lo que lees te modifica un poco la tuya, si eres m¨ªnimamente sensible¡±.
¡°La novela es una suma de mentiras cuyo resultado es la verdad¡±, sosten¨ªa el gran Juan Rulfo. Pero la joven editora discrepa: ¡°En la vida hay menos verdad que en las novelas sobre esa vida porque si no, ?por qu¨¦ escribirlas?¡±. Consecuencia: ?Uno es lo que lee, que dec¨ªa Joseph Brodsky? Chica de car¨¢cter, tambi¨¦n matiza al Nobel: ¡°Uno es lo que vive, antes que nada, pero lo que vivimos se complementa o modifica con lo que lees¡±. O sea, que lo que leemos nos cambia la vida¡ ¡°O, al menos, la conforma de alg¨²n modo¡ Qu¨¦ responsabilidad ser editor, ?no le parece?¡±.
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