Mar¨ªa Pita se va de concierto
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia vuelve a reencontrarse con su ciudad un a?o m¨¢s
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia (OSG) celebr¨® este s¨¢bado el tradicional concierto con el que cada a?o culmina la actuaci¨®n de sus diferentes agrupaciones corales e instrumentales en las Fiestas de Mar¨ªa Pita, acompa?ada por sus tres coros incluidos el Coro de Ni?os y el Coro Joven. Este ¨²ltimo ya actu¨® en el escenario de la plaza mayor coru?esa el pasado martes 14, con versiones de m¨²sica pop que fueron calurosamente acogidas por el p¨²blico.
A la llegada a la plaza, un ruido de bocinas, bombos y silbatos bastante acompasados recib¨ªa al p¨²blico que ocup¨® con antelaci¨®n las m¨¢s de 3.000 sillas preparadas para el concierto. Se trataba de una concentraci¨®n de Polic¨ªa Nacional y Guardia Civil reclamando equiparaci¨®n con otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
A su retirada de la plaza, 15 minutos antes del comienzo del concierto, fueron aplaudidos por parte del p¨²blico y el sonido caracter¨ªstico del calentamiento de los m¨²sicos y el de la afinaci¨®n se impusieron hasta momentos antes de la salida al escenario del director, Dima Slobodeniouk y de los solistas: Raquel Lojendio, soprano; Carlos Mena, contratenor y Javier franco, bar¨ªtono.
O Fortuna, primero de los Carmina burana, rompi¨® el silencio; por fin la m¨²sica se adue?¨® del ¨¢mbito sonoro de Mar¨ªa Pita y bajo la batuta de Slobodeniouk lo hizo con un dinamismo propio de un concierto popular, destacando el cambio de tempo en el primer forte de tutti orquestal y coro. Los conjuntos de voces que dirigen Joan Company, Daniel G. Art¨¦s y Jos¨¦ Luis V¨¢zquez mostraron la seguridad, flexibilidad y precisi¨®n de las que vienen haciendo disfrutar de forma creciente a su p¨²blico. Como es de esperar, este ovacion¨® con fuerza al t¨¦rmino de este primer canto y de todos cuantos terminan en un forte m¨¢s o menos espectacular, para disgusto de algunos ortodoxos que no terminan de aterrizar en el concepto ¡°concierto popular¡±.
Desde su primera intervenci¨®n, Omnia sol temperat, Javier Franco mostr¨® sus buenas cualidades vocales y un canto lleno de sensibilidad y sentimiento, dando a Ego sum abbas el adecuado car¨¢cter de engre¨ªda solemnidad. En Dies, nos et omnia salv¨® brillantemente los complicad¨ªsimos cambios de registro, manteniendo la sobresaliente redondez de su voz de pecho en el canto en falsete, pr¨¢cticamente sin soluci¨®n de continuidad entre ambos. Cerr¨® su intervenci¨®n con sobria rotundidad en Circa mea pectora.
Carlos Mena dijo con su hermosa voz de contratenor su Olim lacus colueram, de interpretaci¨®n siempre dif¨ªcil, con el peque?o punto de exceso que cabe esperar y es deseable en quien interpreta el papel de un doliente cisne asado. Que no es poco interpretar.
La dulzura del canto de Raquel Lojendio tuvo en Amor volat undique el reflejo de las voces blancas de los peque?os cantores del Coro de Ni?os. En Stetit puella y en In trutina elev¨®, incluso, el alto list¨®n interpretativo alcanzado por sus compa?eros. Y en su ¨²ltima intervenci¨®n, Dulcissime, toc¨® m¨¢s que rozar el l¨ªmite de lo sublime, haciendo que un escalofr¨ªo recorriera m¨¢s de una curtida columna vertebral.
La Sinf¨®nica tuvo una s¨®lida rentr¨¦e tras sus vacaciones y son¨® como suele hacerlo en los grandes d¨ªas de esa particular intimidad a solas con los miles de seguidores que suponen sus conciertos en Mar¨ªa Pita. Los fuertes aplausos de estos a todos los int¨¦rpretes tuvieron la respuesta de la Sinf¨®nica en una propina casi previsible: el Galop¨ªn (O voso galo comadre), en versi¨®n de Peter Hope.
Versi¨®n muy caracter¨ªstica del arreglista, con m¨¢s dosis de dulzura que de la picard¨ªa que se espera de esa canci¨®n popular. Lo que no impidi¨® que cada cual celebrara el posconcierto como los golfistas dirimen el llamado ¡°hoyo 19¡±: estos en la casa club y m¨²sicos y aficionados en los buenos y abundantes locales de hosteler¨ªa cercanos a la plaza. Porque la temporada ha empezado y ya no hay quien la pare.
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