El plan contra el fraude de Colau permite recaudar 18 millones m¨¢s
El Ayuntamiento prev¨¦ obtener otros 10 millones tras descubrir empresas que no estaban dadas de alta
El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha un plan global de lucha contra el fraude fiscal que ha permitido recaudar 18 millones de euros m¨¢s solo con las inspecciones a grandes empresas (el¨¦ctricas, superficies comerciales o constructoras). El Instituto Municipal de Hacienda ha cruzado datos con otras instituciones, lo que le ha permitido detectar, por ejemplo, actividades econ¨®micas que no estaban dadas de alta. Gracias al pago del impuesto de residuos de esas empresas, el Consistorio prev¨¦ recaudar este a?o otros 10 millones m¨¢s de lo habitual.
En Barcelona hay un impuesto municipal que grava la recogida comercial de residuos. Lo pagan todos aquellos que desarrollan una actividad econ¨®mica: desde un restaurante hasta un despacho de arquitectos, pasando por una zapater¨ªa. Es un impuesto que se paga a final de a?o y que anualmente reporta 16,9 millones al Instituto Municipal de Hacienda. Este a?o, solo hasta junio, la recaudaci¨®n se ha multiplicado por 13 respecto al a?o pasado, un 1.358%, y alcanza 9,5 millones (en 2017, a estas alturas se hab¨ªan recaudado apenas 657.000 euros).
?Y c¨®mo se explica este triple salto mortal que har¨ªa llorar de alegr¨ªa a cualquier inspector de hacienda? Lo cuenta el gerente de econom¨ªa del Ayuntamiento, Jordi Ayala. Resulta que no todo el mundo se da de alta cuando inicia una actividad econ¨®mica. La ¨²ltima revisi¨®n se hizo en 2010. Y este a?o, el consistorio ha pedido las altas del Impuesto de Actividades Econ¨®micas (IAE), que se paga a la Agencia Tributaria del Gobierno espa?ol.
¡°Dif¨ªcilmente una empresa comienza a trabajar sin IAE, todo el mundo tiene claro que hay que darse de alta, pero en el Ayuntamiento hemos cruzado datos del IAE con las empresas que hay en Barcelona y hemos descubierto que, adem¨¢s de las 67.000 empresas a las que gir¨¢bamos recibos (los 16 millones de cada a?o), no se hab¨ªan dado de alta 21.000 despachos, tiendas, restaurantes¡¡±. De ah¨ª que, solo en lo que va de a?o, la recaudaci¨®n por el impuesto se haya multiplicado por 13. Los recibos enviados por el Ayuntamiento han sido 48.000 (algunos a la misma empresa por varios a?os) y permitir¨¢n que la recaudaci¨®n final pase de 16,9 millones a casi 26.
En realidad, el caso del Impuesto de Recogida Comercial de Residuos forma parte de un plan global, explica Ayala: ¡°Hemos emprendido un plan de lucha contra el fraude fiscal desde el Instituto Municipal de Hacienda: hemos revisado los impuestos de las grandes superficies, de las el¨¦ctricas¡±. Ayala apunta que, a veces, solo es necesario ¡°cruzar datos con las otras administraciones¡±, como la agencia tributaria catalana o la del Estado. Adem¨¢s, la plantilla del IMH ha crecido en diez personas.
El gerente defiende que esta revisi¨®n impacta positivamente en la caja del Ayuntamiento, pero le da otro valor: ¡°Por justicia todo el mundo tiene que pagar. No se trata de pagar m¨¢s; sino de que todo el mundo pague lo que le toca. No vamos a exprimir a quien ya paga, sino a hacer cumplir a quien no lo hace. Si no hubiera fraude, todos los que pagamos impuestos podr¨ªamos pagar un poco menos. Lo que se llama reducir la brecha fiscal¡±, apunta. El Instituto Municipal de Hacienda tiene una tasa de morosidad muy baja: se cobra el 94% de los recibos¡ de los que se giran.
Adem¨¢s del trabajo de hormiga de girar los 48.000 recibos pendientes a las empresas, el equipo de hacienda del Ayuntamiento tambi¨¦n ha hecho inspecciones a grandes empresas: a las el¨¦ctricas (han cobrado tres millones de euros m¨¢s); a las grandes superficies comerciales (dos millones m¨¢s, porque no declaraban los pasillos), o a los grandes constructores (3,5 millones). En total, son 18 millones de euros sumando un poco de aqu¨ª y un poco de all¨¢.
Las empresas se ponen en guardia
M¨¢s all¨¢ del caso concreto de Barcelona, el gerente de econom¨ªa municipal, Jordi Ayala, defiende otro efecto colateral de incrementar las inspecciones, y es que las empresas se ponen en guardia. ¡°Si nunca inspeccionas, no solo no detectas el fraude, sino que, aunque sea sin mala fe, provocas que se relajen los controles de todas las empresas¡±, afirma. En cambio, cuando la administraci¨®n incrementa los controles, las empresas tambi¨¦n lo hacen. Curiosamente, a veces les incrementa la cifra de negocio: sea porque les va fant¨¢sticamente o porque antes no lo declaraban todo.
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