La Tabarnia kosovar
El independentismo catal¨¢n deber¨ªa calibrar muy seriamente el riesgo de partici¨®n de una Catalu?a independiente
En el ¨¢mbito pol¨ªtico europeo, una de les principales noticias de este verano ha sido la reanudaci¨®n de las negociaciones entre Serbia y Kosovo para ¡°normalizar¡± sus relaciones, una condici¨®n sine qua non para su ingreso en la Uni¨®n Europea. En este contexto ha circulado el rumor de que el presidente de Kosovo ¡ªel antiguo guerrillero Hashim Tha?i¡ª ser¨ªa favorable a una ¡°correcci¨®n fronteriza¡± para zanjar el asunto: Kosovo ceder¨ªa a Serbia el irredento norte de Kosovo, donde se concentra la mayor¨ªa de serbios del pa¨ªs, y a cambio recibir¨ªa el valle de Pre?evo, en el conf¨ªn sur de Serbia, donde residen mayoritariamente albaneses.
La Comisi¨®n Europea guarda un elocuente silencio: a preguntas de la revista kosovar Gazeta Express la portavoz de Federica Mogherini, Maja Kocijan, se limit¨® a decir en su d¨ªa que ¡°son las partes las que deben definir el terreno de entendimiento para un acuerdo¡±. El 20 de julio, el embajador de EE UU en Pri?tina ¡ªotrora garante de la integridad territorial de Kosovo¡ª encendi¨® todas las alarmas al declarar que no iba a pronunciarse sobre cu¨¢les podr¨ªan ser los elementos de una entente. Seg¨²n Greg Delawie, los pol¨ªticos kosovares son ¡°plenamente capaces de tomar ellos mismos sus decisiones¡±. Gazeta Express no descarta que Putin y Trump hablaran del caso en su encuentro de Helsinki y dieran luz verde a la correcci¨®n fronteriza.
Las reacciones no se han hecho esperar. En julio, el primer ministro de Kosovo, Ramush Haradinaj, no se anduvo con rodeos al sentenciar que cualquier partici¨®n de Kosovo conducir¨ªa ¡°a la guerra¡±. Ahora los partidos de la oposici¨®n de Kosovo solicitan una reuni¨®n urgente del Parlamento para debatir una resoluci¨®n para garantizar la integridad territorial del pa¨ªs y denunciar las negociaciones lideradas por Tha?i.
Si en Kosovo est¨¢n preocupados, todav¨ªa lo est¨¢n m¨¢s en la vecina Macedonia, donde la ¡°correcci¨®n fronteriza¡± kosovar podr¨ªa desencadenar un efecto domin¨® que acabar¨ªa desmembrando al pa¨ªs: los territorios de mayor¨ªa albanesa acabar¨ªan integr¨¢ndose en Albania, y ya nada impedir¨ªa la reuni¨®n de todos los albaneses ¡ªde Albania, Kosovo y Macedonia¡ª en un solo estado: la Gran Albania. M¨¢s all¨¢ de Macedonia, la verdad es que se abrir¨ªa una caja de Pandora a gran escala. Los dirigentes de la Republika Srpska tendr¨ªan un aliciente para abandonar Bosnia y Herzegovina e integrarse en Serbia, lo cual estimular¨ªa a los croatas bosnios a buscar su reunificaci¨®n con Croacia. Viktor Orb¨¢n tendr¨ªa un excelente argumento para solicitar cien a?os despu¨¦s la revisi¨®n del Tratado de Trian¨®n y hacerse con los territorios de mayor¨ªa h¨²ngara de las vecinas Eslovaquia y Ruman¨ªa. Y al canciller austr¨ªaco Sebastian Kurz se le podr¨ªa ocurrir que, despu¨¦s de un siglo bajo soberan¨ªa italiana el Tirol del Sur, debe reintegrarse a Austria.
T¨¦cnicamente, lo que podr¨ªa suceder en Kosovo tiene un aire de familia con el fen¨®meno conocido como ¡°secesi¨®n recursiva¡±. Supongamos que el territorio A se separa del territorio B pero dentro de A existe un territorio C que desear¨ªa permanecer en B. ?Este territorio C tendr¨ªa derecho a separarse de A para volver a B? La partici¨®n de Irlanda no deja de ser una ilustraci¨®n (imperfecta) del fen¨®meno: cuando los irlandeses decidieron irse del Reino Unido los norirlandeses optaron por permanecer en ¨¦l. El fen¨®meno tambi¨¦n se ha discutido en casos concretos de secesi¨®n como el de Quebec: ?qu¨¦ pasar¨ªa con Montreal o los territorios abor¨ªgenes del norte de Quebec si la provincia decidiera separase del Canad¨¢? ?Podr¨ªan optar a una ¡°correcci¨®n fronteriza¡± para permanecer dentro de la federaci¨®n canadiense? En el caso de Flandes el fantasma de la partici¨®n frena de alg¨²n modo las ansias secesionistas: si Flandes decidiera irse de B¨¦lgica es probable que Bruselas optara por quedarse y una Flandes sin Bruselas no ser¨ªa lo que los secesionistas flamencos imaginan.
Inevitablemente, la reflexi¨®n nos conduce a terrenos m¨¢s cercanos. Viendo el empe?o que algunos aprendices de chetnik han puesto en retirar lazos amarillos, el independentismo catal¨¢n deber¨ªa calibrar muy seriamente el riesgo de partici¨®n de una Catalu?a independiente. Aznar dijo que antes de romperse Espa?a se romper¨ªa Catalu?a. En realidad, el orden podr¨ªa ser inverso: si llega el famoso momentum Espa?a podr¨ªa romperse (otros estados se han roto antes), pero acto seguido podr¨ªa romperse tambi¨¦n Catalu?a, si nuestros orangistas se atrincheran en sus feudos tabarneses con el apoyo indisimulado del Ej¨¦rcito espa?ol y Torra ¡ªo quien sea el Tha?i catal¨¢n¡ª se ve llevado a pactar ¡°correcciones fronterizas¡± con su hom¨®logo espa?ol para asegurar el (re)ingreso de Catalu?a en la Uni¨®n Europea.
Albert Branchadell es profesor de la Facultad de Traducci¨®n e Intepretaci¨®n de la UAB.
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