¡°Hay quien solo viene a pisotear la tumba de Franco¡±
La gu¨ªa tur¨ªstica Alicia Fern¨¢ndez Guerrero visita el Valle de los Ca¨ªdos cinco d¨ªas a la semana
La primera vez que Alicia Fern¨¢ndez Guerrero (Almer¨ªa, 36 a?os) visit¨® El Valle de los Ca¨ªdos ¡ªcuyo nombre original es Cuelgamuros¡ª fue para explic¨¢rselo a un grupo de visitantes. Tras licenciarse en Historia del Arte en Granada, Guerrero consigui¨® trabajo explicando los entresijos de este lugar, epicentro del actual debate sobre memoria hist¨®rica. Ya lleva cuatro a?os acompa?ando a la zona a curiosos, turistas, morbosos o nost¨¢lgicos, ¡°aunque la mayor¨ªa de visitantes son extranjeros y jubilados¡±, remarca. El a?o pasado, 283.277 personas visitaron El Valle, un 7,8 % m¨¢s que en 2016, seg¨²n los datos de Patrimonio Nacional, gestor del enclave.
Pregunta. Su primera vez en El Valle de los Ca¨ªdos fue¡
Respuesta. Impresionante. Aparte de una obra fara¨®nica, es patrimonio y, nos guste o no, es parte de nuestra historia.
P. ?Qu¨¦ perfil tiene la gente que se apunta al tour?
R. Principalmente, turistas de fuera de Espa?a, personas mayores que est¨¢n jubiladas y que vienen en pareja.
P. ?C¨®mo reaccionan los visitantes extranjeros ante el monumento?R. Se sorprenden. Los que vienen del norte de Europa y los estadounidenses no pueden creer que est¨¦ aqu¨ª la tumba [del dictador]. A los alemanes no les gusta absolutamente nada. Tambi¨¦n hay gente que solo viene para confirmar que Franco est¨¢ ah¨ª y pisotear su tumba.
P. ?C¨®mo le explica a los turistas lo que significa esto?
R.Me gusta explicar la historia de este lugar. Les cuento que el monumento se ide¨® como un s¨ªmbolo de paz, en honor de la gente que luch¨® y muri¨® durante la Guerra Civil. Tambi¨¦n que Franco, tras ganar el conflicto e instaurar una dictadura, quien lo mand¨® construir. Explico que las obras empezaron en 1940 y que se acab¨® inagurando el 1 de abril de 1959... Lo intento hacer de la manera m¨¢s objetiva posible y sin dar mi opini¨®n.?
P. ?Habla, entonces, de los presos republicanos que construyeron esto y que est¨¢n enterrados ah¨ª, en fosas comunes?
R. S¨ª. Tambi¨¦n digo que 15.000 murieron de silicosis.
P. ?Percibe cuando le toca un franquista en el grupo?
R. Uy, s¨ª... se exaltan bastante. En esas ocasiones, me toca hablar con cuidado.
P. ?Se nota en las visitas el efecto exhumaci¨®n?
R. Hay mucha m¨¢s afluencia. Ahora hay m¨¢s espa?oles que vienen en su coche particular. Lo s¨¦ porque hay largas colas. [En julio de este a?o, poco despu¨¦s del anuncio de la posible exhumaci¨®n del dictador, acudieron al monumento 12.737 personas m¨¢s que el mismo mes del a?o anterior]
P. ?Cree que si exhuman a Franco bajar¨¢n las visitas?
R. No, el Valle seguir¨¢ despertando inter¨¦s.
P. ?Qu¨¦ piensa que se deber¨ªa hacer con este lugar?
R. Deber¨ªan trasladar la tumba de Franco al lugar que la familia decida.
P. ?Qu¨¦ an¨¦cdotas remarcar¨ªa de los tours?
R.?Interesan mucho las tumbas [de Franco y Primo de Rivera] y las flores: mucha gente quiere saber qui¨¦n le deja flores al dictador. Les hablo sobre ello y les cuento que, si nadie las lleva, los monjes del monasterio se las colocan. El a?o pasado, durante un tour, me pas¨® algo curioso: estaba hablando con un grupo de turistas sobre el posible traslado de los restos de Franco, cuando una se?ora ajena al grupo me escuch¨®. Empez¨® a gritarme, muy exaltada: ¡°Eso nunca iba a pasar, nunca van a sacar a Franco de aqu¨ª¡±. ?Ah! Y siempre me preguntan si les da tiempo a visitar la tienda de regalos.
R. ?Triunfa el merchandising del Valle??
P. Tampoco hay tanto entre lo que elegir. Muchos compran el libro sobre el monumento editado por Patrimonio Nacional. Como en teor¨ªa no se puede sacar fotos...
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