El ¡®obispo rojo¡¯ se sube al callejero de Vallecas
La gran zona verde contigua al cerro del T¨ªo P¨ªo se llamar¨¢ desde hoy Jardines Obispo Alberto Iniesta
Las jerarqu¨ªas de la Iglesia romana no suelen recibir homenajes populares ni el honor de dar nombre a calles o plazas. Ni siquiera entre los obispos hay celebraci¨®n de efem¨¦rides. Ocurri¨® con el centenario del nacimiento del m¨ªtico cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n, presidente de la Conferencia Episcopal entre 1971 a 1981 e impulsor de la transici¨®n de su iglesia desde el nacionalcatolicismo franquista hacia la democracia. El centenario fue ignorado por sus pares con estruendo. ¡°Taranc¨®n al pared¨®n¡±, gritaban los Guerrilleros de Cristo Rey. La hostilidad del r¨¦gimen le respet¨®, pero no a algunos de sus colaboradores. Uno de sus obispos auxiliares, Alberto Iniesta Jim¨¦nez (Albacete, 1923-2016), responsable de la vicar¨ªa de Vallecas, tuvo que salir de Espa?a hacia Roma en secreto, en 1974, avisado por un ministro de Franco de que corr¨ªa peligro.
Vallecas, donde el prelado ejerci¨® durante 26 a?os, le dedica hoy m¨¢s que una plaza. Llevar¨¢ el nombre Jardines Obispo Alberto Iniesta toda la zona verde comprendida entre las calles Benjam¨ªn Palencia, Pio Felipe y Boada, frente al colegio Tajamar y contiguo el parque del cerro del T¨ªo P¨ªo. La Junta Municipal de Puente de Vallecas impuls¨® la distinci¨®n por unanimidad.
A Iniesta lo llamaban el obispo rojo porque cobij¨® comunidades de base y movimientos juveniles en ebullici¨®n, y curas obreros que renunciaban al sueldo del Estado. Taranc¨®n relata en sus memorias, con cierto regocijo, los muchos disgustos que le caus¨®. ¡°Nos pon¨ªa a todos en un brete¡±, escribe. Si su Iglesia sali¨® viva del hermanamiento con la dictadura, fue porque prelados como Iniesta cumplieron la orden de Pablo VI de irse distanciando de Franco, sin contemplaciones.
Iniesta, un m¨ªstico, fue en ese papel ¡°m¨¢s bombero que obispo¡±. Lo cont¨® en Recuerdos de la Transici¨®n, publicado por PPC en 2002. ¡°?Cu¨¢ntas veces tuve que dialogar con la polic¨ªa para evitar violencias o detenciones! Dediqu¨¦ muchas veces las ma?anas de los jueves a visitar a mis curas en la c¨¢rcel de Carabanchel¡±.
El reconocimiento a Iniesta surge desde abajo. As¨ª consta en el acta de la reuni¨®n, de 4 de octubre de 2017, del pleno de la Junta de Puente de Vallecas. ¡°Cuando conoc¨ª en 1974 a Alberto, como le llam¨¢bamos todos, yo ten¨ªa 22 a?os, era universitaria y trabajaba en una f¨¢brica. All¨ª conoc¨ª a Julio, cura obrero. Nos casamos cuatro a?os despu¨¦s. Alberto disip¨® en m¨ª todas las distancias que provocaba el clero. Ni un rasgo de clericalismo, ni de machismo¡±, afirma Emilia Robles, exl¨ªder de Somos Iglesia. Julio, su marido, era el cura de Sandi, un barrio de Vallecas. Dice: ¡°Iniesta fue un precursor del papa Francisco, un pastor profundamente creyente, con olor a oveja, sin ning¨²n ¨¢nimo carrerista. Cuando le comunicamos nuestra decisi¨®n de casarnos y de continuar la tarea pastoral, despu¨¦s de escucharnos con cari?o y respeto, nos dijo: ¡®Yo no lo har¨ªa de esa manera y pedir¨ªa la dispensa, pero el evangelio no me permite deciros que lo que vais a intentar no sea evang¨¦lico¡¯.
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