Las locas de los gatos no est¨¢n locas y tienen carn¨¦

Ella es gat¨®lica. Se llama Victoria de Lucio, tiene 60 a?os, y lleva desde el 2009 gestionando varias colonias de gatos repartidas por Madrid, sobre todo en su barrio, en Ciudad Universitaria. Se gana la vida como bibliotecaria de la UNED y de su sueldo destina una media de 250 euros mensuales para alimentar a felinos de la calle, desparasitarlos y llevarlos al veterinario si est¨¢n enfermos. Les compra pienso, les pone nombre y se preocupa de que est¨¦n sanos. En la capital hay 1.017 colonias censadas hasta la fecha y m¨¢s de 725 personas como ella ya tienen entre sus manos un carn¨¦ que el Ayuntamiento otorga a quienes pasan un curso espec¨ªfico para poder alimentar y hacerlo de una manera correcta. Estos gestores de colonias, como se llaman, est¨¢n desde hace dos a?os dentro de la ley, porque antes pod¨ªan ser multados con hasta 300 euros por dar de comer a animales de la calle si eran pillados in fraganti. El Gobierno de Manuela Carmena aprob¨® en 2016 el proyecto de gesti¨®n de colonias urbanas, y este viernes, en Vallecas, se suma una nueva al recuento con un acto oficial.

?l es antigat¨®lico, de hecho, quiere a los gestores bien lejos, porque si est¨¢n cerca significa que hay gatos a su alrededor. Luis Maestre, inform¨¢tico de 49 a?os, vive en el barrio de Nueva Espa?a desde hace seis a?os, y su calle tambi¨¦n es el hogar de una colonia felina de unos 50 gatos. A las doce de la ma?ana de un d¨ªa entre semana se dejan ver cuatro de ellos, escondidos del calor entre varios setos del parque que se sit¨²a a la espalda de su portal. Maestre se queja de los olores, sobre todo en verano, de la suciedad y de que se multiplican sin control. Reconoce que ha tenido m¨¢s de un encontronazo con el gestor de su barrio, que tambi¨¦n tiene carn¨¦, un hombre mayor de barba blanca que camina despacio.

De Lucio y Maestre representan a las caras opuestas de un encontronazo constante entre vecinos de diferentes barrios de la misma ciudad con sensibilidades opuestas. Para unos, ellas son las locas de los gatos ¡ªgeneralmente las gestoras son mujeres¡ª, y para ellas, hablar con los otros es chocar contra un muro, incapaces de entender la gesti¨®n ¨¦tica felina. Y, sin ser conscientes, ambas sensibilidades est¨¢n m¨¢s cerca de lo que creen.

¡°Antes de que se implantara la ley de sacrificio cero en la Comunidad de Madrid ¡ªen febrero de 2017¡ª, cada vez que alg¨²n vecino se quejaba por los gatos, llamaba al Ayuntamiento, los capturaban y los llevaban a la perrera, donde eran sacrificados. Y luego volv¨ªan a aparecer otros, por lo que el problema no se solucionaba. Ahora eso ya no es legal, por lo que todo pasa por el control real y ¨¦tico de la colonia¡±, explica Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid. Ese control se ha implantado con el m¨¦todo denominado CER, que significa captura, esterilizaci¨®n y retorno del animal en el mismo lugar donde fue capturado. ¡°De esta manera, se va controlando la poblaci¨®n. Los gatos de la calle son desparasitados, est¨¢n sanos y no ocasionan molestias al vecindario porque ya no hay peleas entre ellos ni gatas en celo¡±, argumenta Sanz.

Una vez localizada la colonia sobre la que se va a trabajar en la esterilizaci¨®n, lo adecuado, seg¨²n los expertos, es que se aplique sobre el 70% y el 80% del total de los individuos que la forman. De no ser as¨ª, la captura de los gatos con jaulas trampa ser¨¢ m¨¢s complicada. Esta labor tambi¨¦n recae sobre las propias gestoras, que motu proprio capturan a los animales con jaulas facilitadas por protectoras o compradas por ellas mismas y los llevan a esterilizar, un acto tambi¨¦n subvencionado de su bolsillo. Desde que se aprob¨® el proyecto CER por el Ayuntamiento en 2016, el Centro de Protecci¨®n Animal La Fortuna ha realizado unas 2.000 operaciones de forma gratuita, pero la lista de espera para acceder a sus servicios es tan larga que los gestores acaban busc¨¢ndose la vida. De Lucio se gasta 50 euros por cada macho y 60 por cada hembra esterilizando en cl¨ªnicas con acuerdos para realizar el CER. Ya ha castrado a 100 felinos callejeros. ¡°En realidad, lo que hacemos es bueno para la comunidad, no solo por el amor a los gatos sino por el bien del vecindario¡±. En machos castrados, disminuye la concentraci¨®n de la sustancia que produce el olor fuerte en la orina, llamada felinina, y dejan de marcar por motivos reproductivos y territoriales por la disminuci¨®n de hormonas sexuales.

De Lucio aparece vestida con ropa c¨®moda, unas deportivas, unos vaqueros y un saco de pienso. Todas las noches, a partir de las once de la noche, cuando los vecinos no la ven, se pasa una hora repartiendo comida por diferentes puntos de su zona. Da igual que sea invierno o verano. ¡°Me he quedado hasta sin vacaciones porque no ten¨ªa a nadie que me sustituyera, y los gatos tienen que comer¡±, cuenta. A tres minutos andando desde su casa, en un descampado, tiene distribuidas cuatro cajas de pl¨¢stico y tolvas semicamufladas donde deja cada d¨ªa cuencos con agua fresca y comida. Tambi¨¦n hay dos con un peque?o agujero para que los animales puedan entrar y guarecerse cuando llegan las tormentas y el fr¨ªo. El sistema es r¨²stico, pero eficaz. ¡°Tenemos que tirar de imaginaci¨®n para que todo est¨¦ limpio, para que los p¨¢jaros no se lleven la comida y para que nadie pueda quejarse¡±, justifica.

Ella, cuenta, empez¨® a ser gestora por casualidad. ¡°Un d¨ªa estaba en casa, mir¨¦ por la ventana y vi a una gata con dos cr¨ªas temblando y refugi¨¢ndose de la nieve. Se me parti¨® el alma. Las busqu¨¦ y empec¨¦ a darles de comer. Luego las esterilic¨¦, les consegu¨ª casa a dos de ellas y as¨ª, poco a poco, empec¨¦ a cuidar los gatos de la zona para hacerles la vida m¨¢s digna¡±. En total les ha conseguido adopci¨®n a 60 felinos. ¡°Es muy gratificante cuando ves que cambias la vida de seres vivos, algunos de ellos fruto del abandono. Muchos me dicen, ¡®mucho te importan los animales y los ni?os que se mueren de hambre, ?qu¨¦?¡¯. Demagogia pura. Como si no nos importara nada m¨¢s. A m¨ª me importa todo lo que pasa en el mundo. Y mira, yo colaboro econ¨®micamente con dos ONG que trabajan para ni?os desfavorecidos. Los que me suelen soltar esa frase les pregunto ?y t¨², con qu¨¦ ONG ayudas?¡±.

Lo que parece una cuesti¨®n de empat¨ªa con los animales, es tambi¨¦n una cuesti¨®n legal y de seguridad ciudadana. Seg¨²n la ley 4/2016 de protecci¨®n animal de la Comunidad de Madrid, la gesti¨®n ¨¦tica de las colonias est¨¢ contemplada en tres art¨ªculos (21.7, 27 y 28). En la mayor¨ªa de ordenanzas municipales especifican que est¨¢ prohibido alimentar a animales de la calle cuando se causen molestias, da?os o focos de insalubridad. Por eso algunos Ayuntamientos, como el de Madrid, han desarrollado protocolos para esterilizar y alimentar de manera adecuada acorde con la ley. De esta manera, se intenta erradicar la costumbre de muchos vecinos con buenas intenciones pero sin conocimientos sobre el tema que bajan a la calle las sobras de la comida de su casa, provocando acumulaci¨®n de insectos e incluso la aparici¨®n de ratas, adem¨¢s de los malos olores cuando los restos empiezan a descomponerse.

A Maestre se le une Luis, de 60 a?os, un vecino que prefiere no dar su apellido. Vive en un bajo y tiene una peque?a terraza con jard¨ªn donde ha puesto clavos de madera para impedir que los gatos de la zona le estropeen las plantas. Tiene dos perros, y asegura que le gustan los animales. Lo que no soporta es el olor que se instala en su casa cuando abre las ventanas en verano. ¡°Yo no soy militante antigatuno. ¡°Pero los servicios de limpieza del Ayuntamiento est¨¢n desesperados, porque no dan abasto. Dicen que los castran para que no se multipliquen. Lo cierto es que aqu¨ª cada dos por tres aparece una camada de gatitos muy monos pero que al final tambi¨¦n ensucian. No s¨¦ si est¨¢n vacunados, pero yo no he visto jam¨¢s una campa?a de vacunaci¨®n de gatos. Eso es un peligro para la higiene. Y despu¨¦s hay un problema gordo con el parque de ni?os, donde no pueden entrar porque la arena, por debajo, est¨¢ llena de excrementos¡±.

Guadalupe Mir¨®, veterinaria, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y especialista en enfermedades transmisibles, responde que ¡°en realidad cuando no hay contacto directo no hay ning¨²n riesgo. Si no tocas a esos gatos, nunca te puedes contagiar. No hay esporas de hongos en el medioambiente que se transmitan a trav¨¦s del suelo o el aire. Con las heces ocurre lo mismo. A no ser que pongas a tu ni?o a jugar en una zona donde hayan defecado los gatos y que no est¨¦n desparasitados, tendr¨ªa que haber una evoluci¨®n de los par¨¢sitos en esas heces en un tiempo bastante largo para que se produjera una transmisi¨®n¡±, explica Mir¨®. ¡°Desde el punto de vista de la salud p¨²blica, es mucho m¨¢s positivo sanear a esa poblaci¨®n, estabilizarla, saber que si t¨² tienes diez gatos en tu zona y est¨¢n esterilizados, est¨¢n comiendo bien y tienen una mayor respuesta inmunitaria frente a esas posibles infecciones transmisibles, est¨¢s garantizando un buen estado de salud y minimizas mucho esos riesgos. Mientras que si t¨² tienes gatos desatendidos, se buscan la vida, van a entrar en un cubo de basura, lo van a romper, lo van a tirar¡­ est¨¢s produciendo situaciones insalubres, y favorece la llegada de ratas y muchos m¨¢s problemas¡­ Es siempre mejor un animal del tipo que sea controlado sanitariamente por un veterinario, que un animal descontrolado sin saber cu¨¢l es su estado¡±.

Por empat¨ªa o por cumplir la legislaci¨®n vigente, el caso es que vecinos de una sensibilidad u otra deben encontrar la manera de convivir con animales que est¨¢n protegidos por la ley. ¡°Lo que s¨ª deber¨ªan hacer los Ayuntamientos es controlar las zonas de areneros de los colegios, taparlas para que no vayan ah¨ª lo gatos, por ejemplo con redes, con fundas, con tapaderas, hay muchas opciones muy v¨¢lidas¡­ Es que no lo puedes evitar, los gatos defecan en la arena y adem¨¢s la esconden, son animales. Eso adem¨¢s es una responsabilidad del colegio o de la guarder¨ªa¡±, analiza Mir¨®. Javier Gavela, veterinario municipal, a?ade adem¨¢s otra sugerencia para solventar ese problema en los parques p¨²blicos: sustituir la arena por caucho. ¡°De esa manera es todo mucho m¨¢s higi¨¦nico en general, no solo por los gatos, y adem¨¢s evitas que ellos vayan ah¨ª¡±.