El Centro de D¨ªa que quiere acabar con la exclusi¨®n social de los menores en Valencia
La Fundaci¨® Per Amor a l'Art lanza un proyecto para sacar de la calle a j¨®venes de entre 12 y 16 a?os
Talleres de desarrollo emocional, clases de danza urbana y percusi¨®n africana, un comedor para ense?ar los valores de la nutrici¨®n saludable o apoyo educativo. Estas son algunas actividades con las que el nuevo Centre Jove, impulsado por la Fundaci¨® per Amor a l'Art, pretende acabar con la exclusi¨®n social de menores vulnerables de entre 12? y 16 a?os del barrio valenciano de Marxalenes.
"Cuando vinimos aqu¨ª no llev¨¢bamos este proyecto bajo el brazo, fue el propio barrio el que nos dijo lo que ten¨ªamos que hacer" afirma Susana Lloret, directora general de?la Fundaci¨® Per Amor a l¡¯Art.? As¨ª surgi¨® la de idea de crear un Centro de D¨ªa ubicado en el recinto de arte Bombas Gens dirigido a alejar a los j¨®venes del absentismo?y ayudarles en la transici¨®n de la educaci¨®n primaria a la secundaria. "Vimos que era en esta etapa donde hab¨ªa que poner el foco tras visitar varias centros educativos, ya que muchos?pierden el servicio de comedor de sus centros, y adem¨¢s pasan a tener las tardes libres", explica Lloret.
Los menores que ocupan las 36 plazas que el centro ofrece vienen derivados de entidades como Servicios Sociales Municipales, Centros Educativos o de otros programas de prevenci¨®n. La mayor¨ªa de ellos viene de familias con falta de recursos o que han sido victimas de maltrato o desatenci¨®n parental. "Si el menor decide que no viene, no podemos obligarle, por eso intentamos mostrarle las posibilidades que tiene y darles las herramientas para que cuando cumpla los 16 pueda seguir solo y tenga las capacidades suficientes para labrarse un futuro", declara Lloret.?
El centro funciona en horario extraescolar, de lunes a viernes de 14:30 a 19:30, ya que uno de sus objetivos principales es servir de refuerzo educativo a los j¨®venes. "Esto no es una ludoteca; queremos darles herramientas para que se desarrollen como personas, estimular su autoestima y evitar que abandonen el sistema educativo. Y para conseguirlo, trabajamos tanto con los menores como con sus familias y sus centros educativos", sostiene Soledad Mart¨ªnez,?responsable del ?rea Social de la?Fundaci¨® per Amor a l'Art. En los espacios del recinto, los menores tienen prohibido el uso del tel¨¦fono m¨®vil. Para Mart¨ªnez esta es una forma de que "se sociabilicen entre ellos mientras est¨¢n aqu¨ª y se despeguen un poco de su realidad cotidiana".
El centro, que comparte recinto con el espacio de arte Bombas Gens, intenta crear una sinergia con la que los j¨®venes desarrollen inter¨¦s por el arte y sus diferentes formas de expresi¨®n. "Vienen aqu¨ª porque se olvidan de lo que tienen en casa, para huir de su realidad", asegura Carla Gago, monitora de Danza Urbana del centro. En clases de una hora de duraci¨®n, j¨®venes de todas las nacionalidades aprenden la importancia de la actividad f¨ªsica y de la buena alimentaci¨®n. "Muchos de ellos bailan en la calle porque no tienen medios y cuando hacemos talleres de expresi¨®n corporal ves que tienen muchas carencias emocionales".?
Para Ibu Gueye, los talleres que el Centre Jove ofrece sirven para canalizar la tensi¨®n de estos menores. Este monitor senegal¨¦s de percusi¨®n africana ense?a a los j¨®venes a usar instrumentos t¨ªpicos de su pa¨ªs como el djembes o el sabar. "Al ver los instrumentos por primera vez se quedaron alucinados y se pusieron a tocarlos de forma violenta e impulsiva". Una de las funciones de Gueye es hacerles entender el valor del arte y que, para aprender a tocar, primero hay que escuchar. "Despu¨¦s de un tiempo hemos conseguido tocar entre todos el ritmo Kuku, que es t¨ªpico del oeste de ?frica. Esto demuestra que lo que estos chavales necesitan es un poco de seguridad y confianza en s¨ª mismos".
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