¡°Deber¨ªamos aprender a sentir como los perros¡±
La paseadora de canes Andrea Sancho se ha convertido en una "atracci¨®n tur¨ªstica" en el barrio de La Latina. La calle es su gimnasio: se pasa el d¨ªa caminando y haciendo sentadillas
Andrea Sancho, 31 a?os, lleva paseando perros para ganarse la vida desde hace 12, cuando una casualidad la convirti¨® en una aut¨¦ntica rara avis. Cuando camina por la calle se la reconoce desde lejos, pelirroja, con paso firme y rodeada de sus fieles clientes. ¡°Me he convertido en una atracci¨®n tur¨ªstica¡±, se r¨ªe. Lo cierto es que se comunica con ellos mejor que con las personas o, al menos, entiende mejor muchos de sus comportamientos. En casa convive con tres canes y durante el d¨ªa se relaciona al menos con 20. En el momento en el que empez¨®, convertir un paseo placentero para otros en un trabajo no era nada com¨²n. Hoy sufre los sinsabores de la competencia.
Lo tuyo fue visi¨®n de futuro. ?C¨®mo supiste que se convertir¨ªa en una profesi¨®n?
Un gimnasio en la calle
Andrea Sancho se mont¨® con un compa?ero el negocio Soloesunperro.com, en el que ambos se coordinan para dar clases de adiestramiento, ofrecer rutas tur¨ªsticas dogfriendly y pasear a los animales del barrio. Lo peor, por ahora, es la inestabilidad, ya que hay meses que no para y puede ganar hasta 2.000 euros y otros, sobre todo en verano, que el trabajo se aligera y su sueldo se reduce a 500. Por lo dem¨¢s, est¨¢ tan contenta. "Me paso el d¨ªa haciendo sentadillas", cuenta mientras se agacha a recoger el regalo de un cliente. "No me hace falta ir al gimnasio, paseo sin descanso al menos cinco horas diarias".
En realidad fue casualidad. Yo ten¨ªa 17 a?os y sab¨ªa que quer¨ªa dedicarme a algo relacionado con los perros, as¨ª que empec¨¦ a sacarme el curso de adiestradora canina y el de peluquer¨ªa canina. A la vez, trabajaba en una tienda de ropa para pag¨¢rmelo todo, y me qued¨¦ sin curro. Entonces, a una mujer del barrio le contrataron por jornada completa y ten¨ªa tres perros, y de repente se vio saturada y me pidi¨® que si le pod¨ªa sacar a los perros porque se hab¨ªa enterado de que me hab¨ªa quedado sin trabajo. Y as¨ª empec¨¦. Iba por la calle todas las tardes con cuatro perros, el m¨ªo y los otros tres. Y llam¨¦ la atenci¨®n y me lo empez¨® a pedir m¨¢s gente, y hasta ahora. Ya hay varias personas que tambi¨¦n pasean en mi barrio, algunas de ellas con malas artes porque incluso han llegado a borrar mi tel¨¦fono de carteles que hab¨ªa colgado en la calle.
?Eso es lo que peor llevas?
No, de eso paso, la verdad es que soy muy positiva. Lo que peor llevo es cuando se mueren algunos de mis clientes, porque se hacen mayores. Con algunos llego a crear un v¨ªnculo muy fuerte y es como si se muriera uno de los m¨ªos. Alguna vez hasta he acompa?ado a alguien a llevar a su perro a dormir al veterinario. Normalmente trabajo para gente que vive sola, que est¨¢ soltera, viuda o simplemente no vive en pareja. Y aunque tenga amigos, no suelen entender lo que cuesta ese momento, y acabo yendo yo con ellos. Y eso es lo peor. De hecho, alguno me ha dejado bastante tocada.
La mayor parte de tu d¨ªa lo pasas entre perros, ?has llegado a pensar que te entiendes mejor con ellos que con las personas?
Es m¨¢s f¨¢cil entender qu¨¦ es lo que siente un perro que lo que siente una persona. Un perro no te miente, nunca va a ocultar que algo le duele, que est¨¢ triste o contento. Hay que saber interpretarlo, claro, porque no siempre que un perro mueve el rabo es de felicidad, por ejemplo. Y una persona es f¨¢cil que te est¨¦ poniendo una sonrisa pero por dentro se est¨¦ cagando en tus muertos. Los perros muy listos no se dejan enga?ar, pero no te mienten.
?Tu les adiestras pero ellos te ense?an?
Deber¨ªamos aprender todos de ellos a sentir con sinceridad y a amar sin condiciones. Suena a ut¨®pico, pero es verdad, nuestro amor siempre tiene condiciones. No creo que se pueda comparar. Ellos siguen a rajatabla la frase de ¡®si algo no se puede comer, m¨¦alo y vete¡¯, pues nosotros deber¨ªamos hacer lo mismo, si tienes un problema y no lo puedes solucionar en el momento, d¨¦jalo. Pero es que en realidad no se puede comparar, nosotros somos racionales, y ellos no. Aunque a veces molar¨ªa tener esa parte de ellos. Yo en realidad soy un poco perro, porque las cosas no me suelen provocar mucho conflicto.
?Y alguna vez te has llevado mejor con el perro de un cliente que con ¨¦l?
Hay veces que me encuentro con due?os muy exigentes, que se creen que son mis jefes y que estoy disponible todos los d¨ªas y a todas horas porque me est¨¢n pagando. Intento esquivarlo como puedo. Due?os que te llaman un domingo a mediod¨ªa para que vaya a sacar al perro. Y les digo, ¡®hombre, no, es domingo, sabes que no trabajo los domingos¡ ?por qu¨¦ me pones en ese aprieto para tener que decirte que no?¡¯. Pero tambi¨¦n hay veces que el cliente se porta muy bien, aprecia lo que hago con sus animales, hasta me traen regalos cuando se van de vacaciones. En general es un trabajo muy bonito porque disfruto pasando horas con ellos.
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