Las protestas y el terrorismo lastran la lucha policial contra los hurtos en Barcelona
La escasez de Mossos, los narcopisos, un cambio de jurisprudencia o el ¨¦xito tur¨ªstico de la ciudad explican tambi¨¦n los malos datos
La delincuencia de baja intensidad se ha disparado en Barcelona, con un 19% m¨¢s de hurtos (86.834) en lo que va de a?o. Los expertos buscan una explicaci¨®n en las caracter¨ªsticas propias de la ciudad porque el incremento no se ha dado en otras urbes como Sevilla, Madrid o Valencia. Los dos factores que la mayor¨ªa se?ala como propios son las protestas pol¨ªticas y los atentados terroristas de agosto, que han obligado a dedicar m¨¢s polic¨ªas a estas tareas en detrimento de otras.
¡°El aumento del 20 por ciento es muy sorprendente. Las tendencias suelen ser m¨¢s lentas, no es normal en un periodo tan corto, un crecimiento tan grande¡±, explica la experta en Seguridad Gemma Gald¨®n. Se refiere a la ¡°reordenaci¨®n de efectivos¡± fruto de los atentados terroristas del 17 de agosto, un ¡°escenario de cuerpos policiales que no crecen¡± y a?ade tambi¨¦n la ¡°dificultad¡± en la relaci¨®n entre distintas polic¨ªas.
Amadeu Recasens, comisionado de Seguridad de la ciudad, subraya que el crecimiento de los delitos est¨¢ acotado sobre todo en el barrio de Ciutat Vella. ¡°Se debe a una concentraci¨®n for¨¢nea y de turistas donde se da la oportunidad¡±, asegura el comisionado. A ello, indica, se a?ade que muchos polic¨ªas est¨¦n ¡°ocupados en hechos sobrevenidos¡±, como la gesti¨®n tras los atentados terroristas, el proceso independentista, con una gran movilizaci¨®n en la calle, o la aplicaci¨®n del 155, que supuso cierta paralizaci¨®n.
El jefe de investigaci¨®n de Mossos en Barcelona, el inspector Pere Pau Guill¨¦n, recuerda que el aumento de los hurtos, que suponen el 60% de todos los delitos que se cometen en la ciudad de Barcelona, arrastra la estad¨ªstica y la hace crecer en general. Y considera que hasta ahora las cifras eran anormalmente reducidas, fruto de una estrategia de trabajo conjunta, policial y judicial, contra los ladrones multirreincidentes, que ha dado m¨¢s de 200 ¨®rdenes de alejamiento de ladrones del metro.
¡°De 2010 a 2017 las cifras bajaban mientras el turismo [principales v¨ªctimas] segu¨ªa subiendo. Pero al final, cuando los ladrones vuelven, lo hacen con fuerza¡±, indica Guill¨¦n. A ello, a?ade el problema de los narcopisos (viviendas ocupadas donde se consume y trafica con droga), de los ladrones de relojes y de un aumento preocupante de la delincuencia entre j¨®venes de entre 16 y 19 a?os, extranjeros.
Para acabar con la sensaci¨®n de impunidad, Mossos trabaja con los jueces para emitir ¨®rdenes de detenciones europeas de hurtadores, una medida normalmente reservada para delitos m¨¢s graves, como las ruedas de reconocimiento, que tambi¨¦n practican. ¡°Tres personas han sido trasladadas a Catalu?a¡±, cuenta Guill¨¦n.
En diversas juntas de seguridad, se ha abordado tambi¨¦n el problema de un cambio jurisprudencial, fruto de una sentencia del Supremo de junio de 2017, que impide agravar las penas de los hurtos, acumulando cuatro delitos leves, castigados con multa, para tratarlo como uno grave, lo que permite aplicar penas de prisi¨®n. Eso provocaba que muchos de los ladrones abandonaban Barcelona para evitar la c¨¢rcel. El efecto disuasorio se ha acabado con el fin de la medida, admiten desde instancias judiciales y policiales.
¡°Tormenta perfecta¡±
¡°Pero si fuese exclusivamente la sentencia, su efecto hubiese impactado tambi¨¦n en Madrid, en Sevilla o en Valencia¡±, apunta Oscar Jaime, profesor de Sociolog¨ªa de la UNED y exdirector de Instituto de Estudios de la Polic¨ªa (2004-2006). A su entender, en Barcelona se ha vivido una ¡°especie de tormenta perfecta¡±, con una ¡°falta objetiva de funcionarios dedicados al tema del yihadismo¡± que ha obligado a ¡°derivar efectivos¡±. Lo que se suma a una ¡°situaci¨®n pol¨ªtica confusa¡± donde ¡°los servicios policiales procuran no comprometerse¡±. ¡°En lugar de sobreactuar, se infract¨²a¡±, indica Jaime. Y a todo ello, el profesor a?ade la ¡°relaci¨®n bastante problem¨¢tica de los partidos de izquierda con la seguridad¡±, que tienden a ¡°lanzar el mensaje de menor fuerza posible y de que la polic¨ªa no sea muy evidente en la calle, lo que hace que un submundo se aproveche de ello¡±.
Josep Cid, coordinador de estudios de Criminolog¨ªa de la UAB, a?ade otro elemento m¨¢s: ¡°Un menor control social en los barrios donde crecen las cifras¡±. Expone la tesis de que haya una menor ¡°capacidad¡± por parte de los vecinos de Ciutat Vella y Eixample ¡ªtambi¨¦n muy afectado¡ª para saber qu¨¦ ocurre en sus calles. ¡°La sensaci¨®n de anonimato es enorme, de que no est¨¢s sometido a control¡±, razona. ¡°Es posible que no se trabaje suficiente con la gente del barrio¡±, dice.
Algo que admite el propio Recasens, que asegura que parte de la soluci¨®n pasa por un trabajo m¨¢s a fondo con los vecinos de las zonas m¨¢s afectadas, como El Raval. Gald¨®n apunta a una posible ¡°falta de complicidad¡± ante el modelo del Gobierno de Colau, basado en la polic¨ªa de proximidad. Y pide un ¡°an¨¢lisis exhaustivo¡±: ¡°Otro incremento como este en los pr¨®ximos seis meses es inasumible¡±.
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