Vox visto desde Vic
Espa?a ha demostrado que existen las condiciones para el ascenso de la extrema derecha populista.
Si algo ha marcado la pol¨ªtica espa?ola en los ¨²ltimos meses es la tormenta pol¨ªtica desatada en el espacio de la derecha. Hasta hace unos pocos meses, el PP pod¨ªa sentirse relativamente a salvo gracias a un poderoso aliado: la inquebrantable lealtad de los votantes m¨¢s conservadores. A lo largo de los ¨²ltimos a?os, este colectivo hab¨ªa cerrado filas en torno este partido, incluso en sus peores momentos. Gracias a la fidelidad del votante conservador, el PP hab¨ªa logrado en 2015 y 2016 revalidar sus mayor¨ªas parlamentarias a¨²n habiendo quedado relegada a tercera fuerza entre los votantes moderados de centro.
La derecha ha sido, pues, el salvavidas que ha mantenido a flote al PP todos estos a?os de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y dificultades econ¨®micas. Pero la crisis catalana lo cambi¨® todo. Tras el desenlace del proceso soberanista el pasado invierno, el sentimiento nacionalista tom¨® relevancia en el escenario pol¨ªtico espa?ol y la derecha empez¨® a coquetear por primera vez en d¨¦cadas a abandonar al PP para sumarse a las filas de otro partido, Ciudadanos.
La llegada de Pablo Casado ha permitido frenar, al menos por el momento, la sangr¨ªa que sufr¨ªa el PP de Rajoy. Y su estrategia para lograrlo ha sido precisamente disputarle a Ciudadanos su condici¨®n de partido antinacionalista catal¨¢n por excelencia. Es por este motivo que este oto?o la pol¨ªtica espa?ola ha estado marcada por un proceso de polarizaci¨®n en torno a la dimensi¨®n nacionalista espa?ola.
La clave del ¨¦xito de Plataforma per Catalunya fue lograr que el ingrediente nacionalista de la extrema derecha se conectara con la inmigraci¨®n
As¨ª pues, Vox ha irrumpido en un contexto en el que la polarizaci¨®n ya estaba en marcha. En este sentido, la emergencia de Vox no ha alterado la estructura de competici¨®n que se hab¨ªa abierto en la derecha. Vox se ha sumado a una fiesta en la que PP y Ciudadanos llevaban ya meses en la pista de baile. Es por ello que, tanto PP y Ciudadanos gozan de una reputaci¨®n de partidos antinacionalista catal¨¢n que dif¨ªcilmente puede Vox arrebatarles. Ante este contexto, Vox puede tener m¨¢s dificultades para ascender y convertirse en un partido de extrema derecha populista homologable a pa¨ªses de nuestro entorno.
?Debemos considerar, pues, que Vox s¨®lo puede aspirar a ser un partido marginal? En realidad, no. Espa?a ha demostrado que existen las condiciones para el ascenso de la extrema derecha populista. De hecho, contamos con un importante precedente: el caso de Plataforma per Catalunya en Vic, (Osona). Esta formaci¨®n logr¨® convertirse en las elecciones de 2011 en segunda fuerza en las elecciones locales con el 20 por ciento de los votos. Con ese nivel de apoyo, Plataforma demostr¨® que la extrema derecha populista en Espa?a puede expandirse creando coaliciones de apoyos m¨¢s all¨¢ de los votantes tradicionalmente conservadores.
Los rivales pol¨ªticos de Plataforma per Catalunya no cesaron en denunciar que su l¨ªder, Josep Anglada, hab¨ªa sido un destacado dirigente de movimientos franquistas. A¨²n con ello, su partido logr¨® erigirse como segunda fuerza en unos de los feudos del independentismo catal¨¢n. ?C¨®mo se puede explicar esta aparente contradicci¨®n? La clave de su ¨¦xito fue lograr que el ingrediente nativista y nacionalista propio de la extrema derecha populista se desvinculara de la tradicional lucha centro-periferia y se conectara exclusivamente con las amenazas culturales y econ¨®micas de la inmigraci¨®n. Su discurso xen¨®fobo y populista permiti¨® que muchos votantes vicenses tradicionalmente de la ¨®rbita del nacionalismo catal¨¢n no tuvieran reparos en votar a un candidato con un acreditado pasado franquista.
La experiencia de Vic ofrece importantes lecciones para entender qu¨¦ podemos esperar de Vox. La m¨¢s importante de ellas es que nuestro pa¨ªs no se encuentra a salvo de la expansi¨®n de la extrema derecha populista. Es cierto que hasta hoy este tipo de partidos no han logrado consolidarse como en otros pa¨ªses de nuestro entorno. Esta excepcionalidad de Espa?a se explica en parte por la existencia del tradicional conflicto territorial centro-periferia, el cual ha absorbido el voto m¨¢s identitario o nacionalista. Sin embargo, no es descartable que surjan ventanas de oportunidad para que Vox u otro partido populista de extrema derecha pueda conectar el nacionalismo m¨¢s con la xenofobia que con el conflicto territorial. Si eso ocurre, puede que el discurso de Vox logre tomar aliento, pues en ese terreno no cuenta con rivales cre¨ªbles.
En definitiva, para entender el potencial poder de expansi¨®n de partidos de extrema derecha como Vox no es necesario buscar referentes m¨¢s all¨¢ de los Pirineos. Existen referentes m¨¢s cercanos. S¨®lo debemos poner nuestra mirada en lo acontecido apenas siete a?os atr¨¢s en el coraz¨®n de la Catalu?a central: Vic.
Lluis Orriols Galve es profesor de ciencia pol¨ªtica de la Universidad Carlos III de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.