Un ¡®bien com¨²n urbano¡¯ sin consenso
Colau no ha conseguido, como quer¨ªa, un acuerdo de m¨ªnimos con la oposici¨®n sobre la Rambla
Objetivo: rescatar La Rambla de Barcelona. Es gr¨¢fico el verbo que ayer empleaba la arquitecta y ex concejal de Ciutat Vella, Itziar Gonz¨¢lez, que ha capitaneado a los 30 expertos que han redactado el proyecto de transformaci¨®n de la calle m¨¢s c¨¦lebre de la ciudad tras un proceso participativo. En pocas d¨¦cadas hemos dejado de sentirla nuestra hasta el punto de evitarla, tomada como est¨¢ por el turismo masivo y sus consecuencias: souvenirs por todos lados y una oferta comercial y de restauraci¨®n alejada de las necesidades de los vecinos.
El documento es el en¨¦simo intento de recuperarla. ¡°Vecinificarla¡±. Es el ant¨®nimo que emplean al concepto de gentrificaci¨®n. En este caso, la expulsi¨®n de vecinos es literal. Aseguran que quedan solo 48 y juran que lo han comprobado llamando a todos los timbres. Aunque parece exagerada, teniendo en cuenta que en la v¨ªa hay unos 260 edificios.
En cualquier caso, el ambicioso documento contempla dos tipos de actuaciones. Unas para tocar la piedra (ensanchar aceras, crear tres plazas, mejorar la conexi¨®n con el mar, redistribuir y reducir los quioscos y florister¨ªas, reducir el tr¨¢fico al m¨ªnimo). Y otras para incidir en el modelo de actividad econ¨®mico, cultural y de gesti¨®n del turismo. El calendario de la transformaci¨®n va para largo y las obras no comenzar¨¢n hasta finales de 2019 o 2020.
Es de esperar que la parte urban¨ªstica se materialice. Pero ?y el resto? Cambiar el modelo comercial no es sencillo, conseguir un ¡°turismo cooperativo, cr¨ªtico, sostenible y ecol¨®gico¡±, como el que describe el documento estrat¨¦gico, es un objetivo tan l¨ªcito como ut¨®pico. Tambi¨¦n es l¨ªcito centrarse en la cultura y los equipamientos de proximidad como elementos de transformaci¨®n urbana. Los equipamientos funcionan desde el minuto uno, pero la oferta cultural no siempre, por mucha calidad que tenga: dos de los museos que menos visitantes tienen de la ciudad est¨¢n en La Rambla. Son la Virreina y el Arts Santa M¨°nica. Algunas de las medidas propuestas necesitar¨¢n, adem¨¢s, apoyo pol¨ªtico para aprobar modificaciones puntuales del Plan General Metropolitano o planes especiales.
La alcaldesa Ada Colau no ha conseguido ni siquiera un acuerdo de m¨ªnimos con los partidos de la oposici¨®n como quer¨ªa. Desde el distrito que depende de la concejal Gala Pin lo han intentado. Su idea era presentar un gran pacto para blindar la materializaci¨®n del proyecto de transformaci¨®n. Que esta fuera la reforma definitiva. Pero a seis meses de las elecciones es impensable que la oposici¨®n se haga una foto con el gobierno en la l¨ªnea de las que ha protagonizado con otros pactos de ciudad. Como la reurbanizaci¨®n del entorno del Camp Nou o las terrazas.
Y precisamente por la falta de entendimiento las terrazas se han aparcado del documento de La Rambla. El poderoso Gremio de Restauraci¨®n dej¨® ayer claro que no est¨¢ dispuesto a perder ni una mesa. Y pese a la tregua que supone dejar las terrazas para m¨¢s adelante, convoc¨® una rueda de prensa asegurando que no se les ha consultado y agu¨® la fiesta reventando la foto de celebraci¨®n del plan con una cacerolada. Tambi¨¦n record¨® que la redacci¨®n del proyecto ha costado 800.000 euros, se recre¨® en la afinidad ideol¨®gica entre Itziar Gonz¨¢lez y los comunes, y amag¨® con medidas judiciales contra lo que aseguran que no ha sido participaci¨®n real.
En cambio, en pleno puente de Todos los Santos, la oposici¨®n no hizo grandes aspavientos. Nadie convoc¨® para despellejar el plan. El PDeCAT lament¨® que ¡°los comunes hayan perdido tres a?os teorizando y filosofando mientras la v¨ªa se degradaba¡±. La concejal Gala Pin reconoci¨® que el proyecto ¡°va tarde¡±. ¡°Pero estamos a tiempo¡±, asegur¨®. Entre expresiones presuntuosas como ¡°urbanismo t¨¢ctico para la pedagog¨ªa del cambio¡± o ¡°vincular al sector tur¨ªstico a las estrategias pedag¨®gicas de socializaci¨®n del cambio¡±, el documento estrat¨¦gico tambi¨¦n apuesta por un ¡°pacto para declarar La Rambla bien com¨²n urbano¡±. A ver.
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