Barcelona expone todos los Vel¨¢zquez que presta el Prado
Caixaforum exhibe 59 pinturas del museo, siete de ellas firmadas por el pintor sevillano
Seg¨²n un protocolo del Prado solo puede haber siete obras de Vel¨¢zquez fuera de la pinacoteca madrile?a a la vez. Durante los pr¨®ximos casi cuatro meses ning¨²n museo del mundo podr¨¢ pedir prestadas obras de Diego Vel¨¢zquez, porque las siete posibles est¨¢n en Barcelona, en Vel¨¢zquez y el Siglo de Oro; la exposici¨®n que se inaugura hoy en Caixaforum Barcelona que est¨¢ llamada a ser una de las grandes protagonistas de la temporada de la ciudad, porque Vel¨¢zquez no ha viajado solo. Est¨¢ acompa?ado de otros grandes pintores que firman 52 obras m¨¢s de la exposici¨®n. Entre ellos Ribera, Zurbar¨¢n, Murillo, Tiziano, Rubens, Brueghel el Viejo o Van Dyck. 40 de las 59 obras est¨¢n siempre expuestas en las salas del primer museo espa?ol.
El desembarco de pinturas barrocas celebra en Barcelona el bicentenario del Prado inaugurado en 1819; unos fastos que arrancan hoy tambi¨¦n con una exposici¨®n extraordinaria en Madrid, tal y como explic¨® ayer el director del museo Miguel Falomir.
Es dif¨ªcil decir algo nuevo de Vel¨¢zquez, uno de los pintores m¨¢s estudiados y aclamados de la pintura mundial. La exposici¨®n, la primera que puede verse dedicada a Vel¨¢zquez en Barcelona, fruto del acuerdo entre la Obra Social La Caixa y el Prado de 2011, brinda la oportunidad de comprobar ¡°el mayor n¨²mero de facetas del poliedro que es el pintor¡±, adem¨¢s de cu¨¢les fueron ¡°los est¨ªmulos visuales y creativos que recibi¨® durante su carrera¡±, seg¨²n el comisario Javier Port¨²s, jefe de conservaci¨®n de pintura espa?ola (hasta 1700) del Prado. Este juego de miradas permite, explica, ver la originalidad de Vel¨¢zquez como narrador en comparaci¨®n con otros artistas.
Las siete obras de Vel¨¢zquez que han viajado a Barcelona presiden cada uno de los siete ¨¢mbitos de la muestra. A trav¨¦s de ellas se abordan temas como la reivindicaci¨®n de la condici¨®n del artista. En este caso con el retrato de Juan Mart¨ªnez Monta?¨¦s (1636); la sabidur¨ªa, unido a conceptos como el de pobreza, a trav¨¦s del fabulador Esopo (hacia 1638); la mitolog¨ªa est¨¢ representado por Marte (hacia 1636), ¡°que pint¨® de forma melanc¨®lica y nada guerrero ni victorioso¡± y que comparte sala con contundentes desnudos pintados por Tiziano, Rubens y Gregorio Mart¨ªnez. Las naturalezas muertas cuentan con obras de Brueghel y Cot¨¢n y virtuales de El aguador de Sevilla y Vieja friendo huevos de Vel¨¢zquez que no han viajado a Barcelona.
La corte, donde Vel¨¢zquez trabaj¨® desde 1623 hasta su muerte en 1660, est¨¢ representada por un magn¨ªfico Retrato de Felipe IV (rehecho en 1626) en una sala en la que tambi¨¦n brillan retratos pintados por S¨¢nchez Coello, Carre?o de Miranda y Antonio Moro. Tambi¨¦n por uno de la docena de ¡°hombres de placer¡± que pint¨® Vel¨¢zquez, el llamado Buf¨®n con libros (1640), ¡°en el que el pintor muestra tambi¨¦n una voluntad de precisi¨®n paisajista¡±, seg¨²n Port¨²s. Lo mismo ocurre con el enorme El pr¨ªncipe Baltasar Carlos, a caballo (1635), el hijo de cinco o seis a?os de Felipe IV; el quinto retrato ecuestre que el sevillano hizo para el Sal¨®n de Reinos. ¡°Le pint¨® la misma cara de palo que al padre¡±, explica el comisario que destaca que Vel¨¢zquez es el autor de ¡°los retratos m¨¢s inexpresivos de la historia del arte, quiz¨¢ porque se trataba de reyes¡±.
La exposici¨®n acaba con obras de tem¨¢tica religiosa. La de Vel¨¢zquez es Adoraci¨®n de los Reyes Magos (1619). Magn¨ªfica, pero el protagonismo de la sala se lo lleva otra obra maestra, la deliciosa Sagrada Familia del pajarito (1650) de Murillo, pese a que la Virgen, Jos¨¦ y Jes¨²s miran a un travieso perro.
La muestra de Caixaforum (abierta hasta el 3 de marzo) permite algo excepcional. "Comparar a Vel¨¢zquez es justo cuando se hace con obras de la m¨¢xima calidad de los artistas con los que se compara. Es lo que hace justicia a la verdadera dimensi¨®n de Vel¨¢zquez", explica Port¨²s, con pasi¨®n, delante de las obras. "Una exposici¨®n como esta da una oportunidad al espectador, pero tambi¨¦n a los museos que las organizan; ya que museos como El Prado ordenan y articulan las obras entorno a las escuelas nacionales; algo ¨²til, pero tambi¨¦n reductor, pero de lo que todav¨ªa vivimos las grandes pinacotecas hist¨®ricas", prosigue el comisario, dando ejemplos "de peque?as matizaciones", como que en la misma galer¨ªa en la que est¨¢ el Ad¨¢n y Eva de Tiziano est¨¢ el Ad¨¢n y Eva de Rubens, o donde est¨¢ Las Hilanderas de Vel¨¢zquez puede verse El rapto de Europa de Rubens, [que aparece representado como un tapiz en la primera obra], pero son solo t¨ªmidos acercamientos", aclara el experto. Por su parte, Falomir a?ade: "Me gustar¨ªa comenzar a vencer la timidez tan sorprendente como que Goya Tiepolo y Megs que estaban pintando al mismo tiempo en Madrid est¨¦n en diferentes escuelas y sea imposible verlos juntos". A la pregunta de si eso se puede conseguir en un museo c¨®mo el Prado, el director contesta, con un contundente y sonoro: "?Bueno!, cuesta".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.