Dal¨ª, bajo el influjo de Rafael
Una exposici¨®n en el Teatro Museo de Figueres une por primera vez obras de los dos pintores, ¨²ltimo cap¨ªtulo de una relaci¨®n de 150 a?os entre Prado y Catalu?a
Uno de los pintores que m¨¢s admir¨® Salvador Dal¨ª fue, despu¨¦s del neerland¨¦s Johannes Vermeer y del sevillano Diego Vel¨¢zquez, el renacentista Rafael Sanzio (1483-1520). De hecho, el pintor de Urbino le caus¨® alg¨²n problema en su etapa de juventud, tal como, a?os m¨¢s tarde, record¨® que le hab¨ªa pasado el 1926: ¡°A la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, durante un examen, cog¨ª la bola con el tema que me tocaba y le¨ª: ¡®Rafael, pintor del Renacimiento¡¯ y les dije a los miembros del tribunal: ¡®Miren, yo s¨¦ mucho m¨¢s de Rafael que ustedes tres juntos, y me niego a contestar¡¯¡±. As¨ª que acab¨® suspendido y expulsado de manera fulminante de la sala. En este mismo momento Dal¨ª intenta asemejarse a Rafael dej¨¢ndose las patillas largas y los cabellos hasta los hombros, y cuando pinta sus primeros autorretratos no duda a titularlos expl¨ªcitamente como Autorretrato con cuello rafaelesco (1921), cosa que reconoce en sus escritos: ¡°Adoptaba con frecuencia la postura y el melanc¨®lico aspecto de Rafael, a quien me habr¨ªa querido asemejar tanto como fuera posible¡±. Seg¨²n su hermana Anna Maria, a la cual ador¨® hasta que el 1929 apareci¨® Gala para no desaparecer nunca m¨¢s, ¡°se quedaba literalmente extasiado ante las obras del artista renacentista¡±.
El 1948 Dal¨ª public¨® 50 secretos m¨¢gicos para pintar, una especie de tratado de pintura al estilo de los cl¨¢sicos renacentistas como el de Cennino Cennini, donde aconseja a los j¨®venes artistas c¨®mo pintar e incluye un cuadro en el que punt¨²a t¨¦cnica, inspiraci¨®n, color, tema, genialidad, composici¨®n, originalidad, misterio y autenticidad de once pintores. Rafael obtiene una segunda posici¨®n con 176 puntos de 180 posibles, s¨®lo superado por Vermeer, que casi hace el pleno con 179, por delante de Vel¨¢zquez (173) y Leonardo (166).
En este ranking de los mejores pintores, Dal¨ª se asign¨® 148 puntos, de los cuales 19 en misterio, autenticidad y genialidad, a pesar de que con 16 a?os ya estaba convencido de su potencialidad: ¡°Cuando vuelva despu¨¦s de cuatro a?os a Roma ser¨¦ un genio y el mundo me admirar¨¢. Quiz¨¢s ser¨¦ despreciado e incomprendido, pero ser¨¦ un genio, un gran genio, de esto estoy seguro¡±. La suma de los puntos lo situaba por delante incluso de su venerado Picasso, que s¨®lo consegu¨ªa 109 puntos. Al compararse con Rafael y a pesar del enorme ego del pintor que lo ha hecho popular, escribi¨® el 1958: ¡°Soy un mal pintor. Si comparo mis teles con las del Renacimiento, con las de Rafael por ejemplo, me doy cuenta del desastre total de mi obra. Pero esto no impide que sea, gracias a mi estilo, uno de los mejores artistas actuales¡±.
El 1950, la revista Vogue encarg¨® al pintor una gu¨ªa para vender los atractivos espa?oles a turistas americanos. En Barcelona recomendaba las construcciones modernistas de Gaud¨ª y el templo g¨®tico de Santa Maria del Mar. Y en Madrid, el Museo de Prado y sus ¡°tesoros notables que no hab¨ªa que perderse¡±. Entre ellos, el excepcional retrato El cardenal de Rafael y una ¡°peque?a escena familiar del mismo artista¡±, no identificada, adem¨¢s de El jard¨ªn de las delicias de Bosco. Y es que, seg¨²n el director de Prado, Miguel Falomir, ¡°Dal¨ª siempre tuvo el anhelo confeso de ver su obra junto a la de Rafael¡±, algo que desde este martes ha conseguido despu¨¦s de que La ascensi¨®n de Santa Cec¨ªlia, que pint¨® alrededor de 1955, est¨¦ situada, hasta el pr¨®ximo 6 de enero, junto a una obra maestra de la pinacoteca madrile?a, La Virgen de la rosa, pintada por Rafael alrededor de 1517. Esto es posible gracias a la exposici¨®n Dal¨ª-Rafael. Un ensue?o prolongado, que se ha inaugurado en el Teatro Museo Dal¨ª de Figueres, la primera de m¨¢s de una docena de muestras que se inaugurar¨¢n en todo Espa?a el 2019 con obras maestras del museo de Madrid para celebrar el bicentenario de la inauguraci¨®n de esta gran pinacoteca.
En dos paredes contiguas pueden verse los ¨®leos de Dal¨ª y de su invitado Rafael, que si bien de entrada no parecen tener mucho que ver, permiten comprobar hasta qu¨¦ punto trabaj¨® bajo el influjo de los cl¨¢sicos, y sobre todo de Rafael, desde que el 1948 dio por finalizada su etapa americana. Fue entonces cuando empez¨® a reivindicar la tradici¨®n y se reivindic¨® a si mismo como un buen artista en relaci¨®n con sus contempor¨¢neos. ¡°Si miro atr¨¢s, seres como Rafael me parecen verdaderos dioses¡±, escribi¨® poco antes a La vida secreta de Salvador Dal¨ª.
El cuadro de Dal¨ª La ascensi¨®n de Santa Cec¨ªlia es una obra de su etapa misticonuclear, la cual se desarroll¨® despu¨¦s del impacto que le caus¨® el lanzamiento de las dos bombas nucleares en el Jap¨®n que puso fin a la Segunda Guerra Mundial el 1945; un momento en que realiza un buen n¨²mero de pinturas en las cuales trata el tema de la discontinuidad de la materia. En Confesiones inconfesables, de 1975, recordaba: ¡°La explosi¨®n at¨®mica del 6 de agosto de 1945 me hab¨ªa estremecido s¨ªsmicamente. Desde aquel momento, el ¨¢tomo fue mi tema de reflexi¨®n preferido¡±.
Esta pintura, en la cual subyace una imagen de una Virgen Mar¨ªa cl¨¢sica copiada literalmente de Santa Catalina de Alejandr¨ªa, pintada por Rafael el 1506 o 1507 y que se conserva en la National Gallery de Londres, est¨¢ dominada por una serie de estructuras grises monocromas, ¡°el gris ¨®ptico de Vel¨¢zquez¡±, que parecen haber explotado y que representan o derivan del cuerno de un rinoceronte; una forma perfecta para Dal¨ª, representaci¨®n de pureza y castidad, y a la vez s¨ªmbolo de sexualidad. Lo deja claro en su Joven virgen autosodomitzada en su propia castidad, de 1954, una versi¨®n desestructurada en que carga contra su hermana Anna Maria, que no tiene nada que ver con su famosa Chica a la ventana de 1925. En la parte inferior del cuadro pint¨® unas paredes de piedra seca, como las que dominan el paisaje interior de Cadaqu¨¦s. ¡°El importante es que hay que pintar los temas de una manera que corresponda a la ¨¦poca en que vivimos, el 1951; esto quiere decir que si Rafael pintaba una virgen seg¨²n la cosmogon¨ªa del Renacimiento, hoy esta cosmogon¨ªa ha variado; y si la pintara hoy tendr¨ªa otros conocimientos, de f¨ªsica nuclear y psicoan¨¢lisis, por ejemplo; pintar¨ªa todo lo bien que entonces, pero con la cosmogon¨ªa de hoy¡±, dijo en una entrevista de aquel mismo a?o.
Son muchas las obras de Dal¨ª que se inspiran en Rafael, en sus temas, pero tambi¨¦n en la t¨¦cnica refinada del dibujo del renacentista. Una de ellas es Cabeza rafaelesca estallando (1951), en la que reproduce la c¨²pula del pante¨®n romano. Tambi¨¦n en Galarina (1945), en la que Gala aparece mostrando el pecho izquierdo desnudo, inspirada en La Fornarina de Rafael. Por su parte, M¨¢xima velocidad de la Madona de Rafael y Madona microf¨ªsica (1954) parten de la obra de Rafael de La Virgen del jilguero. En el lejano 1979 todav¨ªa pinta Alucinaci¨®n rafaelesca y En busca de la cuarta dimensi¨®n, en las que aparecen figuras y composiciones inspiradas en La escuela de Atenas del pintor italiano.
La obra de Rafael expuesta, que volver¨¢ a Prado a principios de a?o, tambi¨¦n ha tenido una vida azarosa. Posiblemente fue traspasada a lienzo a la primera mitad del siglo XIX, modificando las medidas y a?adiendo la banda inferior con la rosa; un elemento nuevo que, al final y de manera parad¨®jica, ha acabado dando nombre a la obra ¡ªque tambi¨¦n se conoce como Sagrada Familia con San Juanito¡ª. La ausencia del apoyo original y el desgaste de la superficie dificultan la dataci¨®n del cuadro, que se habr¨ªa pintado hacia 1517, cosa que no es segura, seg¨²n consta en la p¨¢gina web de Prado. Por suerte, es de las pocas obras de Rafael que puede viajar. ¡°Por su medida y porque est¨¢ pasada a tela. Para el resto es demasiado peligroso, porque son extremadamente fr¨¢giles¡±, apostilla el director de la pinacoteca madrile?a.
Junto a las dos obras se exponen algunos de los libros que Dal¨ª ten¨ªa en su biblioteca desde joven y que hoy conserva el Centro de Estudios Dalinianos de la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, como The Masterpieces of Raphael, editado por Gowans Grey en Londres el 1906, o Raphael¡¯s Drawings, de Ulrich Middeldorf, publicado en Nueva York el 1945, que conserva restos de pintura y denotan su uso por el pintor. Tambi¨¦n, algunos de los recortes de revistas y l¨¢minas con im¨¢genes tuneades e interactuadas con esbozos y dibujos, o a trav¨¦s de la realizaci¨®n de cuadriculados para pasar las im¨¢genes a la tela a medida m¨¢s grande.
A las fotograf¨ªas que ayudan a entender el proceso de trabajo del genio de Figueres, se ve el pintor trabajando en sus estudios de Portlligat y Monterrey, en California. En algunas de las im¨¢genes se comprueba c¨®mo ha colocado l¨¢minas enganchadas en el caballete, directamente sobre la tela de las obras, o bien las ha enmarcado y colgado a las paredes de estos peque?os espacios donde trabajaba y que aparecen plenos de objetos que lo inspiraban. Se pueden ver obras de Rafael, como La Virgen del jilguero, Madonna Sixtina o El traslado de Cristo, pero tambi¨¦n de sus admirados Vermeer, como la famosa Encajera y algunas de las meninas e infantas de Vel¨¢zquez, obras que adem¨¢s lleg¨® a copiar en directo de los originales en el museos del Louvre y Prado.
La exposici¨®n, que ha abierto las puertas este martes, cont¨® en la inauguraci¨®n con Falomir; con la directora de los Museos Dal¨ª, Montse Aguer, comisaria de la muestra, que asegur¨®: ¡°Dal¨ª quiso ser Rafael de su ¨¦poca; abandon¨® la gloria surrealista para volver a la tradici¨®n¡±; con Jordi Mercader, presidente de la Fundaci¨®n Dal¨ª; con el arquitecto y amigo del pintor ?scar Tusquets, y con la presencia estelar del pintor realista Antonio L¨®pez, que durante su participaci¨®n en un coloquio en que se abord¨® la pintura en general ¡ªla de los cl¨¢sicos y la de Dal¨ª en particular¡ª, asegur¨® que ¡°cada d¨ªa me gusta m¨¢s su pintura, es un aut¨¦ntico maestro¡±. ¡°La importancia de Dal¨ª y su relaci¨®n con Rafael es que, en un momento en qu¨¦ el Prado lo releg¨® en unas salas secundarias, en qu¨¦ estuvo hasta hace poco, para dar cabida a Vel¨¢zquez, ¨¦l lo reivindic¨® y defendi¨® la importancia de su obra¡±, explic¨® Falomir junto a las obras de los dos creadores.
La exposici¨®n tambi¨¦n ha permitido realizar un trabajo de documentaci¨®n para el web, a cargo de Fiona Mata y Lucia Moni, del Centro de Estudios Dalinianos, que aborda esta intensa relaci¨®n de Dal¨ª con Rafael y que quedar¨¢ m¨¢s all¨¢ de esta temprana y fruct¨ªfero encuentro entre Dal¨ª y Rafael.
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