La primera piedra de la nueva movilidad
El autor, diputado de Podemos, reflexiona sobre la reforma del Consorcio Regional de Transportes
Hace unas semanas tuve el inmenso honor de llevar al pleno de la Asamblea de Madrid una Propuesta de Modificaci¨®n del Consorcio Regional de Transportes de nuestra Comunidad. Esta propuesta fue tristemente rechazada al contar tan solo con el apoyo del PSOE a pesar de que todos los grupos parlamentarios, en alg¨²n momento de la legislatura, hemos coincidido en que es central para cambiar la movilidad de la regi¨®n.
El Consorcio Regional de Transportes fue creado en 1985, en una ley que dotaba a la Comunidad de Madrid de un valios¨ªsimo instrumento de gesti¨®n y de coordinaci¨®n de los transportes p¨²blicos, y supuso un avance innegable hacia algunas cuestiones que son hoy de sentido com¨²n en Europa y en el mundo. La introducci¨®n del abono de transportes permiti¨® hablar de intermodalidad, d¨¦cadas antes de que el libro blanco de transportes de la Uni¨®n Europea la colocase como uno de los grandes objetivos para reducir el impacto de la contaminaci¨®n en las grandes ciudades, y la coordinaci¨®n de la mayor parte de los medios de transporte colectivo supuso un salto cualitativo del que nos hemos beneficiado todos los ciudadanos de esta comunidad.
La creaci¨®n del Consorcio fue un trabajo arduo que no empez¨® el d¨ªa que se aprob¨® la ley, sino que m¨¢s bien empez¨® aquel d¨ªa. Cientos de reuniones, horas de trabajo, negociaciones y convenios tuvieron que celebrarse hasta que los 179 ayuntamientos de la Comunidad de Madrid accedieron a ceder sus competencias en pos de una mejor comunidad y de un sistema de transporte m¨¢s eficiente. Incluso Metro de Madrid, joya de la corona del ayuntamiento, cedi¨® las competencias de su gesti¨®n para cumplir con las tablas de trenes y frecuencias aprobadas por el consorcio.
Sin embargo, tras m¨¢s de 30 a?os bajo el paraguas de esta ley, m¨¢s de 20 a?os de gobiernos monocolor han dejado ciertamente deslustrada esta estructura otrora tan ¨²til. La decadencia del consorcio ocurre por una parte porque hoy se han integrado de manera sustancial y protagonista en la agenda p¨²blica nuevas realidades y nuevos paradigmas, cobrando carta de naturaleza y determinando la gobernanza de la movilidad, problem¨¢ticas tales como el medio ambiente, la accesibilidad universal, la aparici¨®n de aplicaciones tecnol¨®gicas que permiten alquilar un coche por minutos o compartir un patinete el¨¦ctrico con cientos de usuarios.
Por otra parte, la estructura del consorcio, bien definida en un principio, ha ido pareci¨¦ndose cada vez m¨¢s a un ap¨¦ndice del gobierno de la comunidad de Madrid, permitiendo actuaciones completamente injustificadas como los metros ligeros, por los que vamos a pagar m¨¢s de 4.000 millones de euros, o ampliaciones de metro electoralistas sin los estudios imprescindibles para evitar que la l¨ªnea que llega a San Fernando se parezca m¨¢s a un parque acu¨¢tico que a un suburbano.
La propuesta de ley que llevamos a la Asamblea abordaba la reforma desde tres ejes distintos: la forma jur¨ªdica del consorcio, la ampliaci¨®n de competencias y la elecci¨®n del director gerente.
La forma jur¨ªdica para permitir la creaci¨®n de una Agencia Madrile?a de Movilidad con una estructura estable y profesionalizada que impulse de manera eficaz la necesaria competencia de este organismo. La ampliaci¨®n de competencias porque el transporte no es ya sin la movilidad y es imperativo afrontar de manera sistem¨¢tica las interdependencias que se dan en los desarrollos urban¨ªsticos, los Planes de Movilidad en los ayuntamientos y permitir la gesti¨®n conjunta de las carreteras que siguen siendo a d¨ªas de hoy uno de los elementos principales para los desplazamientos. Por ¨²ltimo, la elecci¨®n de la direcci¨®n ejecutiva de la Agencias de movilidad tiene que responder a una competencia fruto del mayor de los consensos y no de la familia pol¨ªtica a la que pertenezca.
Esta vez, la ley no ha salido adelante, pero aunque hayamos tropezado con una piedra en el camino, esta es sin duda la primera piedra para construir una Comunidad de Madrid mejor, un mejor transporte p¨²blico y una movilidad que sea de verdad pensada por y para las personas.
Alberto Oliver es diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid
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