Y hasta aqu¨ª llego
La Sinf¨®nica de Galicia celebra el que puede ser ¨²ltimo Concierto de Navidad una semana antes del cierre del Museo de Arte Contempor¨¢neo
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia, dirigida por Andrew Litton, ha celebrado el tradicional Concierto de Navidad con el que la empresa energ¨¦tica patrocinadora obsequia a sus invitados. El concierto se celebra una semana antes de que la energ¨¦tica eche el el cierre definitivo del Museo de Arte Contempor¨¢neo de A Coru?a el pr¨®ximo d¨ªa 30. Unas cuartillas entregadas a la entrada del concierto lo recordaban con una petici¨®n a la en la que se pod¨ªa leer en gallego y castellano ¡°el compromiso con la cultura se expresa todos los d¨ªas, No solo en v¨ªsperas de Navidad. No al cierre del MAC¡±. Nada hubo en el interior del Palacio de la ?pera, en el que todo eran sonrisas, que recordara la inmensa p¨¦rdida cultural que est¨¢ a punto de sufrir la ciudad.
El programa del concierto -que ya se hab¨ªa tocado dos d¨ªas antes en el Auditorio MAR de Vigo, dentro del abono que la OSG tiene en la ciudad- estaba compuesto por las dos suites de El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla (1876 - 1946) en la primera parte y la Sinfon¨ªa n? 5 en re menor, op. 47 de Dmitri Shostak¨®vich (1906 - 1975) en la segunda.
Que Litton y la Sinf¨®nica se entienden a la perfecci¨®n se comprob¨® en el ¨²ltimo concierto dirigido por Litton al conjunto gallego, igual que en tantos anteriores. En el del s¨¢bado se pudo escuchar ¨Cpor quien sepa hacerlo, eso s¨ª- desde los primeros compases de la Introducci¨®n de la primera suite. El piano de Ludmila Orlova marc¨® el car¨¢cter desde su registro grave y El sombrero tuvo la copa de un tempo id¨®neo y el ala de la riqu¨ªsima paleta t¨ªmbrica de la m¨²sica de Falla. El aplauso extempor¨¢neo de parte del p¨²blico al final de esta pieza y otras no fue ¨®bice para una excelente versi¨®n en la que todas las secciones y solistas de la orquesta gallega mostraron su enorme calidad y Litton su fuerza interpretativa. Solo se ech¨® en falta una mayor claridad de las m¨²ltiples l¨ªneas mel¨®dicas contenidas en la Jota final.
La versi¨®n de la Quinta de Shostak¨®vich.estuvo marcada por el dramatismo de su Moderato inicia y el bell¨ªsimo canto de la violas, estas en todos los caracteres que Shostak¨®vich les exige a lo largo de la obra. La cuerda grave y los clarinetes al inicio del segundo, Allegretto, dieron paso al sarcasmo de su tema fugado y a los solos del viol¨ªn de la concertino invitada, Maaria Lenio. El sentid¨ªsimo inicio del Largo y el canto de los violines segundos destacaron antes del pasaje en el que las notas del arpa de Celine Landelle parecieron l¨¢grimas engarzadas por el canto de la flauta de Claudia Walker Moore.
Una gran tensi¨®n expresiva que condujo a los dos cl¨ªmax del movimiento y su soberbio final fueron la r¨²brica del concierto antes de la archisabida y sobada (y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n exigida en contrato) propina de la Marcha Radetzky seguida con las casi siempre imprecisas palmas del p¨²blico. ?Cu¨¢ndo nos sacudiremos el papanatismo que supone esta imitaci¨®n del p¨²blico vien¨¦s? ?Tanto necesitan quienes solo acuden a estos conciertos sentirse ¡°culturalmente europeos¡±? La respuesta quiz¨¢s la d¨¦ el p¨²blico que asista al concierto del mi¨¦rcoles 19 en el Palacio de la ?pera a beneficio de la Obra Social Padre Rubinos, con un precioso programa de zarzuela que los abonados de Iberm¨²sica podr¨¢n escuchar el viernes 21 en el Auditorio Nacional de Madrid.
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