La v¨ªa est¨¢ abierta
Se ha dado un primer paso para encauzar por fin el conflicto a trav¨¦s de la pol¨ªtica y del di¨¢logo democr¨¢tico, es decir, del reconocimiento mutuo
La foto es un poema: presidentes y consejeros en semiarco, con cara de circunstancias y miradas que no convergen. S¨®lo el presidente S¨¢nchez esboza una t¨ªmida sonrisa mucho m¨¢s contenida de lo que acostumbra. Una foto de equilibrios forzados como la declaraci¨®n conjunta que da sentido a lo que Moncloa considera una reuni¨®n de presidentes y la Generalitat una cumbre entre gobiernos. Pero el encuentro ha existido y ambas partes han sido capaces de establecer un m¨ªnimo punto de partida para entrar en la v¨ªa pol¨ªtica que nunca se debi¨® abandonar. En resumen, una apuesta ¡°por un di¨¢logo efectivo que vehicule una propuesta pol¨ªtica que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana¡±. Y un camino: ¡°avanzar en una respuesta democr¨¢tica a la demanda de la ciudadan¨ªa de Catalu?a, en el marco de la seguridad jur¨ªdica¡±.
En el trasfondo de la apuesta, la construcci¨®n de mayor¨ªas sobre reivindicaciones concretas que superen la divisi¨®n identitaria de la sociedad catalana, que est¨¢ tanto en la estrategia llamada del 80 por ciento por parte del independentismo, como en la demanda expresada por el presidente S¨¢nchez en sede parlamentaria de que los partidos soberanistas presenten propuestas con amplio respaldo ciudadano. Adquiere de este modo cierta relevancia a la Taula de Di¨¤leg en que los soberanistas se sientan con los Comunes y con el PSC. La expresi¨®n ¡°en el marco de la seguridad jur¨ªdica¡± es obviamente un eufemismo para expresar la exigencia de respeto a la ley sin una menciona expl¨ªcita a la Constituci¨®n que el soberanismo cuestiona.
La reuni¨®n ha tenido lugar, cosa que no era evidente hace una semana. Ha habido un posicionamiento conjunto. Y se?ales previas de distensi¨®n, como el anuncio del fin de la huelga de hambre de los presos. El soberanismo va asumiendo que no es lo mismo que gobierne S¨¢nchez o que gobierne la derecha. El calendario es suficientemente complicado, en vigilias del juicio del Supremo y ante una campa?a electoral en que, de la mano de Vox y con la complicidad de PP y Ciudadanos, los vientos asfixiantes de la extrema derecha alcanzar¨¢n niveles de riesgo en el recalentamiento del clima pol¨ªtico. Pero se ha dado un primer paso, se ha abierto una v¨ªa para encauzar por fin el conflicto a trav¨¦s de la pol¨ªtica y del di¨¢logo democr¨¢tico, es decir, del reconocimiento mutuo. No ser¨¢ en absoluto f¨¢cil. Habr¨¢ intentos de bloqueo por todos lados. La derecha espa?ola no ha tardado ni un minuto en lanzar su arsenal de invectivas: ¡°Es humillante ver a un presidente de Espa?a agasajando a quien reclama la v¨ªa eslovena de confrontaci¨®n civil en Catalu?a¡±, Pablo Casado; ¡°La imagen de la humillaci¨®n: S¨¢nchez trata como si fuera un jefe de Estado a un supremacista que alienta la violencia y quiere destruir Espa?a¡±, Albert Rivera. Nunca una idea pol¨ªtica, nunca una propuesta que no sea represiva, siempre buscando solo excitar las bajas pasiones ciudadanas. Con este personal no ser¨¢ f¨¢cil hacer progresar la v¨ªa del di¨¢logo. Y al otro lado, los sectores que siguen colgados del mandato del 1 de Octubre, resisti¨¦ndose a cualquier cambio estrat¨¦gico, seguir¨¢n rechazando cualquier apuesta de negociaci¨®n, agarrados a la quimera de la Rep¨²blica ya.
Pero ahora algo est¨¢ claro: hay dos v¨ªas posibles, la de la confrontaci¨®n (en la que se encuentran la derecha espa?ola y el independentismo del cuanto peor, mejor) y la de la pol¨ªtica, es decir, la del reconocimiento mutuo y el di¨¢logo. Esta es ya la nueva l¨ªnea de demarcaci¨®n. Unos y otros tendr¨¢n que escoger. La derecha espa?ola si sigue en la frivolidad de la sobreactuaci¨®n actual s¨®lo puede conducir al pa¨ªs al desastre. Expulsar del terreno de juego a dos millones y pico de catalanes ¡ªque es lo que llaman la derrota necesaria del independentismo¡ª ser¨ªa la definitiva liquidaci¨®n del r¨¦gimen constitucional y la construcci¨®n de un nuevo autoritarismo.
Se ha abierto una v¨ªa, muy precaria todav¨ªa, pero, m¨¢s all¨¢ de los intereses partidarios, que se embrutecen con los discursos del odio y de la exaltaci¨®n patri¨®tica, todos los partidos democr¨¢ticos tendr¨ªan que apostar por ella. ?No hay en la derecha espa?ola sectores liberales o conservadores capaces de entender lo que est¨¢ en juego? A partir a ahora, no hay excusa: pacto o confrontaci¨®n, reconocimiento o satanizaci¨®n del adversario, di¨¢logo o violencia. Quiero creer que la sociedad espa?ola acabar¨¢ premiando la voluntad de acuerdo. Y espero que el presidente S¨¢nchez tambi¨¦n se lo crea.
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