La m¨¢s pura soledad rodeada de gente
En Madrid hay mucha gente sola, aunque no es f¨¢cil identificarla a simple vista
Podr¨ªa ser cualquiera. El hombre que se aprieta un chato de vino en la barra del bar. La joven estudiante que se agarra a una barra del metro. La anciana que ve pasar la tarde en un banco del parque. ?Qui¨¦n est¨¢ solo en Madrid? Uno se imagina que toda esta gente volver¨¢ a casa y le esperar¨¢ una familia, o la llamada de un amigo. Sin embargo, es posible que en casa solo espere el silencio, el fulgor azulado del televisor siempre encendido, el fregadero lleno de platos sucios, acaso el maullido de un gato viejo. En la gran ciudad, rodeados de tanta gente, es posible estar muy solo.
Es dif¨ªcil decir qui¨¦n est¨¢ solo en Madrid. A simple vista todos parecemos funcionar aut¨®nomamente, puros individuos, sobre todo en el horario laboral. Es al atardecer cuando se juntan las parejas, cuando los amigos toman ca?as, cuando salen los perros a husmear. Pero hay gente que no tiene con quien estar. En realidad, la soledad es un estado mental. Para algunos su soledad, aun existiendo f¨ªsicamente, no supone ning¨²n problema. Otros se sienten m¨¢s solos que la una incluso rodeados de seres queridos. El problema es la soledad no deseada.
Ahora el Ayuntamiento se ha comprometido a luchar contra la soledad urbana, y es l¨®gico que lo haga porque la palabra ayuntamiento viene de ayuntar, es decir, de juntar. Y quien se junta ya no est¨¢ solo. As¨ª que, ya desde la pura etimolog¨ªa, la soledad debe ser un importante enemigo del Consistorio. Hay 240.000 solitarios entre nosotros que no desean serlo.
Olivia Laing se fue a Nueva York y se encontr¨® muy sola, sol¨ªsima, entre tal densidad de gente amontonada, seg¨²n relata en un libro reciente, La ciudad solitaria (Capit¨¢n Swing). En sus p¨¢ginas retrata a otros solitarios urbanos, artistas como Warhol, Hopper o Henry Darger.
Aqu¨ª la soledad m¨¢s que de artistas es de personas mayores. La juventud es gregaria y funciona en manada, basta ver las redes sociales de la chavaler¨ªa: fotos de mucha gente en discotecas, en playas, en excursiones, en botellones. Luego, a lo largo de la vida, nos vamos independizando de los dem¨¢s hasta que nos independizamos de nosotros mismos.
Es descorazonadora la soledad de algunos sin techo. Hay uno en Lavapi¨¦s que tiene pinta de llevar a?os sin hablar con nadie. Vive solo, embutido en sus mantas, ajeno a la exuberancia inmobiliaria que le rodea. En la pared le han colocado una pintada inspiracional, de esas de persigue tus sue?os. Por el d¨ªa se sienta en un banco, liando cigarrillos, con la mirada perdida, tan solo que solo habla consigo mismo. Mueve los labios, farfulla cosas que solo ¨¦l entiende, mira a personas invisibles. Qu¨¦ vac¨ªo rodea a las personas sin hogar, qu¨¦ tiempo tan vac¨ªo y sobrecogedor enfrentan cada d¨ªa, donde solo resuena la nada.
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