Luces y sombras del cine catal¨¢n desde su inicio a 1950

El invento del cine lleg¨® a Barcelona en un tren que proced¨ªa de Par¨ªs de la mano de un operador autorizado de los hermanos Lumi¨¨re ¡ªlos inventores del cinemat¨®grafo en diciembre de 1895¡ªcon quienes hab¨ªan contactado Antonio y Emilio Fern¨¢ndez. Dos fot¨®grafos catalanes conocidos con el nombre de Los Napole¨®n que, adem¨¢s de retratar a todas las personalidades de la ¨¦poca, eran unos ¨¢vidos observadores de los avances tecnol¨®gicos. El operador franc¨¦s organiz¨® el primer pase de una pel¨ªcula en el taller de los Napole¨®n, en lo que ahora es el Front¨®n Col¨®n de La Rambla, en la tarde del 10 de diciembre de 1896. La ¡°pel¨ªcula¡± fue la disputa por un mu?eco entre dos ni?as que no llegaban a un a?o. Eran las hijas de uno de los hermanos Lumi¨¨re que en sus primeras pel¨ªculas reflejaban su entorno familiar. Lo mismo que hicieron Los Napole¨®n y los primeros pasos del cinemat¨®grafo en Catalu?a que no iba mucho m¨¢s all¨¢ de reuniones y fiestas familiares y populares de Barcelona y de las poblaciones a las que se pod¨ªa llegar en tren.

Un inicio de una cinematograf¨ªa catalana m¨¢s bien discreto que se explica en el primer cap¨ªtulo de La gran il¡¤lusi¨®. Relat intermitent del cinema catal¨¤ ¡ª que se ver¨¢ el pr¨®ximo siete de enero en TV3¡ª una serie dirigida por dos expertos en cine: ?lex Gorina i Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Catalunya. La docuserie, realizada por Mai Balaguer y producida por TV3 y por el ICEC-Filmoteca, hace un relato de la historia del cine en Catalu?a desde sus inicios en 1896 hasta 1950.

Los siete cap¨ªtulos de la serie mezclan material de archivo ¡ªprincipalmente de la Filmoteca aunque tambi¨¦n cuenta con otros fondos¡ªcon pel¨ªculas contempor¨¢neas, hace la misma combinaci¨®n con la m¨²sica y evita un tono magistral. ¡°Es una narrativa con met¨¢foras visuales con un tono ligero que quiere huir de los documentales al uso¡±, explicaba la realizadora Balaguer en la presentaci¨®n de la serie. El actor Francesc Orella imprime su particular estilo (y humor) a la narraci¨®n de los cap¨ªtulos con unos textos que mezclan la informaci¨®n, las entrevistas, la divulgaci¨®n y la iron¨ªa. ¡°Se ha evitado una exposici¨®n cronol¨®gica y optamos por un relato intermitente precisamente para hacerlo m¨¢s ¨¢gil e interesante¡±, apuntaba Gorina.

¡°El cine tuvo un ¨¦xito inmediato en parte porque no ten¨ªa competencia en cuanto a precio y porque era una actividad que se pod¨ªa hacer en grupo¡±, subrayaba Riambau. En Barcelona, se podr¨ªa decir que en sus primeros compases, de finales del XIX y principios del XX, el cine se exhib¨ªa en caf¨¦s y salones frecuentados por la burgues¨ªa en La Rambla ¡ªincluidos el teatro Romea, el Principal y el Liceo¡ª y salt¨® a locales m¨¢s populares del Paral¡¤lel, y tambi¨¦n teatros, como el Apolo, Victoria o el Arnau, donde una entrada costaba 10 c¨¦ntimos (de peseta).

La serie, que pone especial ¨¦nfasis en los nombres esenciales de la historia del cine catal¨¢n, entre ellos Segundo de Chom¨®n y Fructu¨®s Gelabert en su primera etapa, es, adem¨¢s, un buen retrato de la sociedad.

El cine mudo, el inicio del sonoro en plena Rep¨²blica con los primeros doblajes en catal¨¢n, los a?os 20 y 30 de las primeras vanguardias y el inicio de la cinematograf¨ªa amateur, el cine en la ¨¦poca de la guerra civil con una clara misi¨®n de propaganda, la llegada del No-do con el r¨¦gimen franquista y, ya en las d¨¦cadas de los 50 y 60, la irrupci¨®n en Barcelona de una generaci¨®n de cineastas que aprovecharon el cine polic¨ªaco para hacer un duro retrato de la sociedad se desgranan, por etapas, en los siete cap¨ªtulos de la docuserie nacida con la intenci¨®n de ocupar el prime time de la programaci¨®n de TV3.