Mi casa elegida
Porque yo s¨ª que te echo de menos, Madrid. Pero siempre vuelvo. No vayas a olvidarte nunca de eso


Te echo de menos, Madrid. Hay mucha gente que te detesta, que piensa que eres una ciudad saturada, llena de ruido molesto y gente con prisa. Que s¨®lo tienes conciertos multitudinarios, espect¨¢culos de fuego y parques de atracciones. Que ¨²nicamente sirves de paso para alcanzar otros destinos y que eres, de manera irremediable, una casa por accidente, el sitio donde el trabajo aflora y de donde huyen cuando el tiempo se libera. Muchos te ven como una gran nube gris, peligrosa en las esquinas, cansada y envidiada al mismo tiempo, casa de muchos y hogar de pocos. Hay quienes desmerecen tu asfalto porque desconocen que tu mar es otro.
Lo reconozco. La primera vez que llegu¨¦ a ti, Madrid, llor¨¦. A menudo, muy a menudo, me he alejado para mirarte desde lejos. Otras tantas he querido gritar y olvidar tu ruido. Tambi¨¦n he maldecido tus calles grandes, tus barrios amplios, tantas esquinas donde no poder encontrar de repente los besos que buscaba. He necesitado tomar aire, otro aire, y expulsarlo en ti. Irme para volver. Marcharme para aprender a buscarte. Cerrar los ojos para verte.
Pero yo conozco tu silencio, ese que suena cuando se prenden las farolas a media tarde. Lo he buscado, lo he necesitado y lo he escuchado. Recuerdo los d¨ªas en los que me sent¨ªa tan min¨²scula que sal¨ªa a buscarme entre la gente: cuantas m¨¢s personas hab¨ªa, m¨¢s protegida me sent¨ªa. Y recuerdo, tambi¨¦n, lo f¨¢cil que era dar con tus escondites cuando quer¨ªa hacerme invisible.
T¨² siempre tan amable, tan dispuesta. Pienso a menudo en aquel viaje en el que llegu¨¦ a ti buscando un amor que nunca fue para que fueran otros. Apenas cumpl¨ªa veinte a?os y ten¨ªa ganas de comerme el mundo empezando por ti. He conocido tu noche, me he dejado la piel en ella y he preferido saber a qu¨¦ hueles cuando todo el mundo duerme.
Despu¨¦s, he salido de mi habitaci¨®n para que me ense?es los siguientes pasos. He visto c¨®mo levantaste el mismo pu?o millones de veces ese bendito ocho de marzo, he hecho historia a tu lado en la Puerta del Sol cuando nadie cre¨ªa en nosotros y he encontrado en ti la defensa que me negaban en otros lugares. He celebrado los atardeceres desde Tirso de Molina, cobijada entre las flores. Es en tus calles en las ¨²nicas en las que retraso la vuelta a casa porque ya me siento en casa cuando paseo por ellas. Eso s¨®lo me pasa contigo.
Me has dado amor profundo y real, me has dado ilusi¨®n de la que da?a, me has dado pasi¨®n incontrolable y una libertad que defender¨¦ hasta que muera, me has dado tristeza absoluta y tambi¨¦n la manera de comprenderla, me has dado la nostalgia que se enciende con las farolas por la noche, me has dado rabia y la fuerza necesaria para combatirla, me has dado voz, me has dado palabra.
Hoy te escribo desde otro sitio donde estoy cogiendo aire, todo el que puedo, para soltarlo en tus pulmones y empezar, de nuevo, a tu lado, otra vez, porque sigo con hambre y porque hace tiempo que dejaste de ser una ciudad por accidente y te convertiste en mi casa elegida. Porque yo s¨ª que te echo de menos. Pero siempre vuelvo. No vayas a olvidarte nunca de eso.
Madrid me mata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.