El intercambio de apoyos
La alianza entre PP, Ciudadanos y Vox en Andaluc¨ªa facilita los acuerdos cruzados del PSOE y Podemos con ERC y PDeCat
Miquel Iceta, el veterano l¨ªder del PSC, ha dado una nueva muestra de sensatez al adelantar que si los diputados del PDeCat y de ERC en el Congreso votan a favor de los presupuestos del Estado presentados por el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, los diputados socialistas catalanes estar¨¢n dispuestos a negociar en el Parlament su apoyo a los presupuestos de la Generalitat para 2019. Algunos portavoces de PP y Ciudadanos se han rasgado farisaicamente las vestiduras por esa eventual connivencia con los independentistas. Pero lo cierto es que una correspondencia de este tipo ser¨ªa todo menos una novedad. Se hizo en los tiempos de Felipe Gonz¨¢lez y Jordi Pujol y en los de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Jordi Pujol. Incluso en los m¨¢s cercanos a?os de Mariano Rajoy y Artur Mas. La idea de esos apoyos presupuestarios mutuos fue propuesta hace ya unas semanas por la jefa de filas de En Com¨² Podem y alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Ella ampli¨® la f¨®rmula, incluyendo tambi¨¦n el presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona en el intercambio.
Ahora que los tres partidos de la derecha espa?ola se aprestan a sostenerse mutuamente para gobernar en Andaluc¨ªa, no deber¨ªa sorprender a nadie que las fuerzas que el a?o pasado formaron la mayor¨ªa parlamentaria para que triunfara la moci¨®n de censura contra Rajoy repitieran la f¨®rmula para dar viabilidad presupuestaria a los gobiernos de Espa?a, de Catalu?a y de Barcelona. Tienen una gran responsabilidad. Si PP, Ciudadanos y Vox se ponen de acuerdo para apoyarse all¨ª donde les interesa, ?por qu¨¦ no van a hacerlo otros all¨ª donde les convenga en funci¨®n de sus respectivos intereses?
El argumento que se alza contra esta operaci¨®n de apoyo cruzado es el del cord¨®n sanitario. Es decir, el se?alamiento de alg¨²n o algunos partidos como apestados con los que no cabe acuerdo de ning¨²n tipo. Para unos es Vox. Para otros son los independentistas catalanes y vascos. Es la f¨®rmula que en algunos pa¨ªses europeos se utiliza para mantener alejados de los gobiernos a los partidos de la extrema derecha. En Francia, sin ir m¨¢s lejos. Hay voces que lo proponen respecto a Vox en Andaluc¨ªa. Al mismo tiempo, los dirigentes del PP, Ciudadanos y Vox llevan medio a?o recriminando d¨ªa s¨ª d¨ªa tambi¨¦n a Pedro S¨¢nchez que accediera a la presidencia del Gobierno gracias a una suma de votos entre los que se contaban los de ERC y PDeCat.
El problema de los cordones sanitarios es que sirven mientras la aritm¨¦tica parlamentaria lo permite
El problema de los cordones sanitarios es que sirven mientras la aritm¨¦tica parlamentaria lo permite. Pero cuando no es as¨ª, cuando la aritm¨¦tica obliga a buscar apoyos all¨ª donde est¨¦n, aunque sea en territorios ideol¨®gicos ajenos e indeseados, aparecen afinidades escondidas y negadas hasta entonces. Aqu¨ª y en Europa, donde la extrema derecha gobierna en varias alianzas con los conservadores. Todo el mundo sabe que Vox es una rama desgajada del PP y todo el mundo sabe tambi¨¦n que entre las afinidades de las derechas en Espa?a destaca en primer lugar la de pertenecer al tronco com¨²n del conservadurismo nacionalista. Este es el poderoso cemento que les une entre s¨ª y con Ciudadanos. Por eso no hay ni va a haber cord¨®n sanitario en torno a Vox. Es cierto que hay motivos para una extraordinaria preocupaci¨®n respecto al ideario de Vox, porque aporta guerracivilismo al debate pol¨ªtico espa?ol y contiene elementos tan retr¨®grados como un machismo desatado. Pero eso no se soluciona con cordones sanitarios, sino resolviendo la crisis constitucional en Catalu?a o afrontando las causas de la violencia de g¨¦nero.
Las ¨²nicas derechas que no pertenecen a ese tronco pol¨ªtico-ideol¨®gico de la derecha espa?ola son el PNV y los herederos de CiU, hoy PDeCat, que vienen de otros universos ideol¨®gicos y nacionales. Eso es lo que les confiere la particular condici¨®n de bisagra en el parlamento espa?ol, cuando la aritm¨¦tica lo exige. Eso es lo que les permiti¨® apoyar la censura a Rajoy y en buena l¨®gica debiera ser lo que les llevara ahora a entrar en una operaci¨®n de apoyos presupuestarios mutuos entre los gobiernos que se hallan en minor¨ªa parlamentaria.
La cercan¨ªa del juicio a los dirigentes del movimiento independentista catal¨¢n complica extraordinariamente todo el panorama pol¨ªtico y reduce la capacidad de maniobra de los actores. Pero en ninguna parte est¨¢ escrito que una buena dirigencia pol¨ªtica deba dejarse llevar por la fatalidad. Dirigir una administraci¨®n con presupuestos prorrogados es peor que hacerlo con los presupuestos anuales correspondientes. Es as¨ª de sencillo para cada una de las partes. Vale para unos y para los otros. Ceder ante el tremendismo es siempre un error.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.