La desbordante energ¨ªa
La Orquesta Joven de la Sinf¨®nica de Galicia muestra su ¨ªmpetu y calidad en el Palacio de la ?pera de A Coru?a
El primer encuentro de la Orquesta Joven de la Sinf¨®nica de Galicia (OJSG), que ha sido dirigido por Fran?ois L¨®pez-Ferrer, ha culminado con un concierto celebrado este mi¨¦rcoles en el Palacio de la ?pera de A Coru?a. El programa elegido constaba de las Danzas h¨²ngaras n? 1, 5 y 6 de Johannes Brahms (1833-1897); Rhapsody, concierto para saxof¨®n contralto y orquesta de Andr¨¦ Waginein, y la Sinfon¨ªa en re menor de C¨¦sar Franck.
Siempre pasa: la energ¨ªa vital y art¨ªstica de una orquesta joven rebasa los l¨ªmites de la mera lectura de las obras que tienen en sus atriles para contagiarse al auditorio que la escucha. Empezar con obras tan llenas de fuerza ¨¦tnica como las Danzas h¨²ngaras de Brahms puede ser una forma id¨®nea de canalizarla antes de pasar a la interpretaci¨®n de otras obras de m¨¢s hondo calado.
El inicio de la primera de estas danzas mostr¨® una cuerda de rara untuosidad en una orquesta joven, unas maderas incisivas y unos metales poderosos, caracter¨ªsticas que se prolongaron en las otras dos danzas programadas. La precisi¨®n r¨ªtmica lograda por L¨®pez-Ferrer fue realmente notable; y m¨¢s teniendo en cuenta los fuertes contrastes de tempi que impuso el director hispanoestadounidense.
Xi¨¢n V¨¢zquez Fern¨¢ndez gan¨® el VI Concurso de Interpretaci¨®n Solista del Conservatorio Superior de M¨²sica de A Coru?a. Gracias a ¨¦l hemos tenido la oportunidad de escuchar un concierto para saxof¨®n y orquesta como Rhapsody. Una oportunidad, rara por escasa, de gozar como p¨²blico del instrumento de viento-madera construido con m¨¢s cantidad de metal enfrentado a una gran orquesta.
Pero tambi¨¦n una oportunidad de lucimiento t¨¦cnico y musical para cualquier int¨¦rprete del instrumento. V¨¢zquez la aprovech¨® a fondo: su impecable t¨¦cnica instrumental se manifest¨® en todas las agilidades, saltos interv¨¢licos y gama din¨¢mica presentes en la partitura. Todos estos aspectos fueron puestos al servicio de esta por el joven int¨¦rprete de Ribadavia y la matizaci¨®n din¨¢mica o el hermoso color que logra de su instrumento tuvieron su traducci¨®n en un bello fraseo y una gran musicalidad.
El acompa?amiento estuvo muy bien por el director y permiti¨® aprecias toda la capacidad de expresi¨®n del solista. En ¨¦l destacaron el discreto fondo de color prestado por el piano de Iago Franqueira y el eco mel¨®dico de la trompa solista.
Tras el descanso, la Sinfon¨ªa en re de C¨¦sar Franck fue el cauce musical por el que hab¨ªa de transcurrir la gran energ¨ªa de los j¨®venes m¨²sicos de la OJSG. En el Lento que sirve de introducci¨®n, la c¨¦lula de tres notas desde la que se generar¨¢ toda la obra son¨® otra vez con el buen empaste ya mostrado por las cuerdas y a partir del Allegro ma non troppo se sucedieron los fuertes contrastes tanto din¨¢micos como r¨ªtmicos que caracterizaron toda la interpretaci¨®n de L¨®pez-Ferrer al frente de la OJSG.
Todas las secciones mostraron la buena preparaci¨®n de la obra a lo largo del encuentro. L¨®pez-Ferrer, que dirigi¨® sin partitura, la condujo con mano m¨¢s firme para la precisi¨®n r¨ªtmica que para el control del sonido, habiendo momentos de un cierto desequilibrio din¨¢mico. Est¨¢ claro que con una orquesta joven hay que tener la c¨¦lebre mano de hierro enguantada en la m¨¢s suave seda. Pero no siempre se puede evitar que la energ¨ªa de una joven orquesta se desborde, ni tampoco es este el peor pecado, cuando el entusiasmo se transforma en pasi¨®n por la m¨²sica.
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