Transici¨®n hacia el nuevo modelo econ¨®mico: los pactos verdes
Econom¨ªas como la danesa logran ya ser proveedoras de servicios verdes de alta tecnolog¨ªa a China, fruto de sus din¨¢micas pol¨ªticas de descarbonizaci¨®n y liderazgo industrial
En perspectiva hist¨®rica, un ¡°desarrollo ¡°informal¡± del Estado de las Autonom¨ªas ha ido poniendo en evidencia que el Estado de Bienestar descarga su gesti¨®n sobre unas Comunidades Aut¨®nomas carentes de recursos. El primer paso para avanzar hacia un modelo federal y cooperativo pasa, evidentemente, por el reconocimiento de esa informalidad, incluso al nivel constitucional, tal como hizo Alemania al vincular en su Ley Fundamental la distribuci¨®n competencial con un prolijo detalle de los derechos y obligaciones financieras de los lander, y todo ello para evitar desigualdades territoriales.
Diariamente padecemos las disfunciones de una administraci¨®n anticuada que se ve obligada a afrontar nuevos retos (especialmente los de car¨¢cter territorial/medioambiental y los sociales/laborales). La sanidad, la educaci¨®n y los servicios sociales se prestan con grandes dosis de imaginaci¨®n que suplen la falta de recursos financieros, y ello en un marco en que el di¨¢logo necesario con los departamentos estatales es r¨ªgido y poco funcional, cuando deber¨ªa presentar grandes dosis de bidireccionalidad.
El caso m¨¢s reciente lo estamos viendo con la gesti¨®n de las pol¨ªticas medioambientales, la cuarta pata del Estado de Bienestar. Desde la movilidad en el transporte (Corredor Mediterr¨¢neo, movilidad urbana), a la agricultura (plagas en cultivos, producci¨®n de alimentos ecol¨®gicos), energ¨ªa (transici¨®n a renovables, tratamiento de residuos, cambio clim¨¢tico); cualquiera de los temas emergentes es responsabilidad auton¨®mica, pero requiere constante di¨¢logo estatal y europeo. Tambi¨¦n lo hemos vivido en primera l¨ªnea con la atenci¨®n a los flujos migratorios, en plena comunicaci¨®n con nuestras competencias exclusivas en servicios sociales.
Mi experiencia de gesti¨®n me ha convencido de la importancia de hacer un buen enmarcado de los problemas sociales, sobre todo si se repara en que unos ¨¢mbitos competenciales se cruzan con otros, y la transversalidad acaba por ser la nota com¨²n a cualquier problema, de manera que resulta posible su abordaje de forma cooperativa por m¨¢s de un departamento. La pregunta clave por tanto es reconocer qu¨¦ tipo de sociedad se est¨¢ conformando tras los ¨²ltimos acontecimientos pol¨ªticos y sociales, y por tanto, cu¨¢l es el tipo de administraci¨®n que creemos, va a poder dar soluci¨®n a sus problemas.
Es urgente la necesaria racionalizaci¨®n y flexibilizaci¨®n de los cauces de relaci¨®n interadministrativa superando el esquema jer¨¢rquico del franquismo -que algunos parecen a?orar- de bastantes leyes organizativas, haciendo una interpretaci¨®n innovadora del principio de eficacia y de las garant¨ªas para el administrado. Este aspecto es esencial para poder liberar energ¨ªas procedentes de recursos ociosos que ya hemos identificado durante los primeros a?os de gesti¨®n.
Para afrontar el nuevo Modelo Econ¨®mico nos hemos comprometido en diversos foros (Kioto, ODS), concibiendo un entendimiento diferente del proceso productivo. Por ello, ¨¦ste s¨®lo puede emerger desde abajo, mediante la co-creaci¨®n y el co-modelado de nuevos mercados y h¨¢bitos, mediante la movilizaci¨®n, el empoderamiento de los recursos humanos y financieros disponibles, y siempre de forma sostenible y social.
Esto exige un impulso desde la Generalitat, estable y consistente, a una hoja de ruta cre¨ªble que premie la innovaci¨®n en todas las fases de la cadena, utilizando herramientas para dirigir la oferta (contrataci¨®n p¨²blica + redes de difusi¨®n de informaci¨®n y de planificaci¨®n de ¨¦sta), que refuercen la demanda (proyectos estrat¨¦gicos empresariales de fabricaci¨®n y consumo de econom¨ªa circular), generando confianza ascendente en torno a una estabilidad real de financiaci¨®n a futuro, y aguas abajo, invirtiendo en investigaci¨®n b¨¢sica. Todo ello necesita estructuras institucionales adecuadas, como nuestros Institutos Tecnol¨®gicos.
Normalmente, los responsables pol¨ªticos son llamados a asumir los riesgos de la inversi¨®n, a ¡°arreglar¡± los errores del mercado. Hay que tener claro que el mercado por s¨ª mismo no encontrar¨¢ el camino verde. Requiere inversiones responsables en ¨¢reas de mayor intensidad de capital, de alto riesgo en las primeras etapas; remoci¨®n de las trabas burocr¨¢ticas existentes inter-administraciones; reestructuraci¨®n radical y audaz del sistema tributario para primar las inversiones en mano de obra e I+D y favorecer la movilizaci¨®n de todos los recursos humanos de la nueva sociedad civil.
M¨¢s all¨¢ de la simple mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, el desarrollo verde debe enfocarse a la innovaci¨®n y nuevas oportunidades de inversi¨®n que nos permita llegar hacia la transici¨®n ecol¨®gica. Sin miedos al ¡°?c¨®mo se paga esto?¡±, con visi¨®n pol¨ªtica positiva, con claridad en el campo presupuestario y financiero, y planificando los resultados del potencial del crecimiento verde, as¨ª como apoyando las nuevas habilidades de la sociedad civil.
Repensar la pol¨ªtica fiscal, y monetaria de una forma global, que acompa?e los efectos aceleradores de la econom¨ªa al crear sinergias y conexiones en los diversos sectores econ¨®micos, y tambi¨¦n entre el ¨¢mbito de la fabricaci¨®n y de los servicios. Existen ejemplos visibles de ¨¦xito. Econom¨ªas como la danesa logran ya ser proveedoras de servicios verdes de alta tecnolog¨ªa a China, fruto de sus din¨¢micas pol¨ªticas de descarbonizaci¨®n y liderazgo industrial.
Todo esto exige un gran plan. Un nuevo Pacto por el Estado de Bienestar, que ponga en el centro a los territorios, con instrumentos legales que permitan el avance del crecimiento verde en el terreno de una Nueva Tratativa entre los agentes sociales y econ¨®micos.
Asum¨¢moslo ya, las innovaciones s¨®lo tendr¨¢n ¨¦xito si tienen sentido para empresas, trabajadores y consumidores, si existe una cuadratura convincente entre c¨®mo se fabrica, c¨®mo se consume, c¨®mo se trabaja, c¨®mo se vive. Por ello la co-creaci¨®n inductiva, desde abajo e inclusiva, es m¨¢s esencial que nunca. Los sindicatos deber¨ªan participar m¨¢s estrechamente en el dise?o de las pol¨ªticas de transici¨®n, a nivel de ciudad, de regi¨®n, de estado.
En este sentido, se puede avanzar mucho con pr¨¢cticas europeas socialmente fruct¨ªferas. Adapt¨¢ndolas podr¨ªan ser algo as¨ª como dos tipos de Pactos Verdes, uno social, otro econ¨®mico con un objetivo com¨²n: conectar agentes concretos focalizando problem¨¢ticas espec¨ªficas, para su resoluci¨®n (soberan¨ªa alimentaria, energ¨¦tica, conservaci¨®n del territorio, entre otros)
a) Los Pactos para la Acci¨®n Verde, que se ce?ir¨¢n a impulsar productos o servicios ya existentes en el mercado (comercio de proximidad, consumo km 0...)
b) Los Pactos para la Innovaci¨®n Verde, que buscan estimular las fases anteriores a la prestaci¨®n de ese servicio o fabricaci¨®n de ese producto, las fases de dise?o o redise?o de ¨¦stos (puentes entre sectores industriales, o entre municipios, con visi¨®n de opciones maduras para la econom¨ªa circular)
Hemos avanzado mucho, tenemos un buen punto de partida en pol¨ªticas p¨²blicas municipales y auton¨®micas dise?adas colaborativamente en materia de energ¨ªa, turismo, urbanismo, con el impulso de las convocatorias de proyectos europeos para la innovaci¨®n, especialmente las EDUSI, las Europe Innovative Actions, los proyectos Horizonte 2020, en los que universidades y empresas han alcanzado grandes cuotas de captaci¨®n de inversi¨®n.
Un mundo est¨¢ por explorar, y una ciudadan¨ªa joven, cualificada, con ilusi¨®n por afrontar los retos de futuro, est¨¢ pidiendo que los poderes p¨²blicos les acompa?en con una gran apuesta, con un Nuevo Pacto, Verde.
Myriam Fern¨¢ndez Herrero, doctora en Ciencia Poli?tica y experta en Financiacio?n, Innovacio?n y Unio?n Europea.?
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