Esquerra y el PDeCAT: primer ¡®round¡¯ por la hegemon¨ªa en el secesionismo
Los republicanos parten como favoritos en los sondeos ante un espacio neoconvergente fragmentado
Las elecciones generales, convocadas para el pr¨®ximo 28 de abril, ser¨¢n la primera vuelta de la lucha por la hegemon¨ªa del independentismo entre el espacio neoconvergente (el PDeCAT y La Crida, el nuevo partido promovido por Carles Puigdemont) y Esquerra Republicana de Catalunya. Con la presi¨®n acumulada, tras meses de desgaste en el viaje conjunto en el Parlament y en el Govern, ambas formaciones cada vez esconden menos sus diferencias. De entrada, las encuestas dan la ventaja a los republicanos. Pero ¨¦stos tienen a¨²n vivo el recuerdo de las pasadas elecciones auton¨®micas catalanas, en las que perdieron en el ¨²ltimo minuto ante Junts per Catalunya por poco m¨¢s de 12.000 votos.
El ¨²ltimo CIS y otras encuestas, como la de GESOP para El Peri¨®dico de Catalunya, dan la ventaja a Esquerra Republicana, que lograr¨ªa arrebatarle a En Com¨² Podem la primera posici¨®n como fuerza m¨¢s votada en unas generales en Catalu?a. Eso ocurrir¨ªa a costa del PDeCAT, que tiene unas perspectivas m¨¢s modestas y menguantes. En los ¨²ltimos comicios generales, ERC le sac¨® m¨¢s de 150.000 votos de diferencia a la formaci¨®n heredera de la extinta Converg¨¨ncia.
Si bien la verdadera guerra ser¨¢ en las elecciones catalanas, que posiblemente sean en oto?o, las generales permitir¨¢n dilucidar cu¨¢l ser¨¢ la estrategia de ambas formaciones. El primer punto es la lucha entre los partidarios de la confrontaci¨®n y los sectores m¨¢s pragm¨¢ticos dentro de cada partido. Los primeros, de hecho, son los que se han logrado imponer en la frustraci¨®n de la tramitaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado.
La situaci¨®n es especialmente cr¨ªtica para el PDeCAT. El partido se enfrenta a la opa que le han lanzado los presidents Carles Puigdemont y Quim Torra, con su nuevo partido, La Crida. La negociaci¨®n de los Presupuestos Generales ha dejado una vez m¨¢s al descubierto los dif¨ªciles equilibrios en el seno de la formaci¨®n entre los m¨¢s afines al expresident ¡ªque apuestan por una v¨ªa de m¨¢s confrontaci¨®n¡ª y los que, sin renunciar al independentismo, son m¨¢s pragm¨¢ticos. Esta ¨²ltima sensibilidad era mayoritaria en el grupo del Congreso de los Diputados.
Los neoconvergentes y La Crida hab¨ªan pospuesto su encaje hasta despu¨¦s de las elecciones municipales. La nueva cita electoral vuelve a poner la carpeta en la mesa y Puigdemont y su entorno querr¨¢n tener un grupo m¨¢s fiel en las instituciones espa?olas. Queda por verse si el PDeCAT m¨¢s posibilista aguanta el envite. La Crida necesita del dinero del PDeCAT (derivado de los actuales derechos pol¨ªticos) y de su implantaci¨®n territorial para poder hacer una campa?a.
Situaci¨®n en el Congreso
La cara visible del puigdemontismo en el Congreso para el PDeCAT ha sido la diputada M¨ªriam Nogueras, a la que no le ha temblado el pulso para enfrentarse a la direcci¨®n de su partido y compa?eros de grupo para defender las tesis del expresident. Dependiendo de la influencia de Puigdemont, queda en el tintero la continuidad de veteranos diputados como Ferran Bel o Carles Campuzano.
Esquerra ha sido m¨¢s monol¨ªtica durante todo este tiempo y su presidente Oriol Junqueras, en prisi¨®n preventiva, ha marcado la ruta a seguir. El partido decidi¨®, para las pasadas elecciones catalanas, hacer un giro hacia una v¨ªa m¨¢s posibilista, intentando aparcar la v¨ªa unilateral. Un cambio que los l¨ªderes aseguran que las bases han entendido pero que a¨²n no ha tenido que pasar por el cedazo de unas elecciones.
Con el viento a favor, Esquerra espera repetir el t¨¢ndem Joan Tard¨¤ y Gabriel Rufi¨¢n en el Congreso. Sin embargo, la gesti¨®n del no de los Presupuestos Generales ha desgastado a Tard¨¤, que ha sentido que Podemos ha ido directamente a la direcci¨®n de ERC, dej¨¢ndolo de lado. En el seno de los republicanos, aunque de una manera menos dura, ha habido un debate sobre si permitir tramitar las cuentas de S¨¢nchez o no. El temor a c¨®mo las bases se lo tomar¨ªan, teniendo a Junqueras y otros excargos en pleno juicio en el Tribunal Supremo, pes¨® mucho en la decisi¨®n final.
Los republicanos tienen la obligaci¨®n (y reto) de marcar sin ning¨²n tipo de tapujos sus distancias con el entorno de Puigdemont y con el camino que ha tomado por el president Torra. Hasta ahora, ERC no ha querido enfrentarse de manera frontal para intentar conservar ¡°la unidad¡± en el independentismo. Una unidad que cada vez es m¨¢s evidente que no existe y cuya respiraci¨®n asistida en el Govern y en el Parlament quita puntos a Esquerra.
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