Nos vemos en las calles
No han podido con nosotras. Hoy, 8M, volvemos a parar para arrancar. Porque esto s¨®lo ha comenzado. Nos vemos en las calles, hermanas
Hoy es 8 de marzo, D¨ªa Internacional de la Mujer, d¨ªa de la esperada huelga feminista. Pens¨¦ en publicar o no este art¨ªculo porque hoy, 8M, yo hago huelga, no trabajo, no voy a participar en ning¨²n acto de car¨¢cter profesional, no voy a responder correos electr¨®nicos y no voy a abrir el ordenador. Soy aut¨®noma, as¨ª que no s¨¦ si habr¨¢ estad¨ªsticas que revelen el impacto de mi par¨®n, pero al final los valores son mayores. Esta es una cuesti¨®n de coraz¨®n, nada m¨¢s. Y yo voy a salir a latir a la calle.
El caso es que dud¨¦, pero este art¨ªculo est¨¢ siendo escrito un lunes, as¨ª que he decidido dedicarlo a la causa, darle la voz que nos quitan e imprimirle la fuerza de una luchadora. Porque as¨ª tambi¨¦n se lucha: desde las palabras y las plataformas.
El a?o pasado ocurri¨® algo hist¨®rico. En un momento pol¨ªtico y social de gran divisi¨®n, de gran enfrentamiento, siento que la causa feminista logra, entre otras cosas, lo que no logran las dem¨¢s: uni¨®n. Sal¨ª a las calles de la capital sin saber que aquello establecer¨ªa un precedente y una energ¨ªa que no querr¨ªamos canalizar jam¨¢s. Supe que algo hab¨ªa pasado porque los d¨ªas posteriores tuve un viaje a Pamplona y en el tren el tema de conversaci¨®n hab¨ªa cambiado. Todo vibraba. Las mujeres nos mir¨¢bamos y nos sent¨ªamos compa?eras sin conocernos. Exist¨ªa un gui?o especial, una mirada de asunci¨®n, la frase "vamos a conseguirlo" resonando por todas las paredes. Ese poder, el que nos han quitado durante toda nuestra existencia, resquebrajaba la urna y nos hac¨ªa resurgir, poderosas, seguras, valientes. Merecedoras de lo que es nuestro.
"Y recuerdo, tambi¨¦n, mirarnos y pensar que no habr¨ªa cabida para datos falsos ni estad¨ªsticas manipuladas porque ¨¦ramos tantas que no iban a poder con nosotras"
De aquel d¨ªa recuerdo a un hombre, emocionad¨ªsimo, agitando una tela morada desde los ventanales del edificio de la UNED, en pleno Paseo del Prado, en la que se pod¨ªa leer: Sin nosotras se para el mundo. Recuerdo la conversaci¨®n de una madre con sus hijas camino de la manifestaci¨®n en la que les explicaba por qu¨¦ ella estaba ah¨ª y por qu¨¦ pap¨¢ se hab¨ªa quedado en casa. Recuerdo un grupo de mujeres africanas cantando y bailando por Cibeles, porque hay luchas que solo se pueden expresar con alegr¨ªa. Recuerdo a mi hermana apret¨¢ndome la mano con fuerza por la Calle de Alcal¨¢.
Recuerdo, tambi¨¦n, la tristeza al leer la informaci¨®n y los datos vertidos en algunos carteles: Tranquila, hermana, somos tu manada. Recuerdo a mi prima peque?a hablar con una fuerza que no he visto en nadie de otras generaciones, lo que me hace sentir aliviada porque el presente, y el mundo, ya es suyo. Y recuerdo, tambi¨¦n, mirarnos y pensar que no habr¨ªa cabida para datos falsos ni estad¨ªsticas manipuladas porque ¨¦ramos tantas que no iban a poder con nosotras.
Y no han podido. Hoy, 8M, volvemos a parar para arrancar. Porque esto solo ha comenzado.
Nos vemos en las calles, hermanas.
Madrid me mata.
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