Sesi¨®n de claque al Govern

Que en las sesiones de control al Govern participen los diputados de los partidos del Govern es un contrasentido. ?Qu¨¦ van a controlar ellos? En su caso se trata m¨¢s bien de la Sesi¨®n de Hacer de Claque al Govern. Eso en algunos casos. En otros, se convierte en Sesi¨®n de Control a la Oposici¨®n o a Otros Gobiernos. Ayer tuvimos algunos ejemplos del ox¨ªmoron. Primera intervenci¨®n: el alcalde de Ripoll, Jordi Munell, pregunta al conseller de Lo Digital, Puigner¨®, sobre el Mobile World Congress. Bueno,pregunta es un decir, se dedica al elogio desmesurado y en versi¨®n 5G de la excelencia y la modernidad de Catalunya por acoger ese congreso; s¨ª, de Catalunya toda ella, lo de que est¨¦ instalado en Barcelona ¡ªciudad poco adicta¡ª es un mero accidente. Tanto es el entusiasmo del diputado que se olvida incluso de formular una pregunta, que es, a priori, de lo que se tratar¨ªa en una sesi¨®n de control. Acto seguido, otro diputado de Junts per Catalunya, Ferran Roquer, pregunta sobre la pol¨ªtica de seguridad, o sea, se deshace en parabienes hacia los Mossos, de tal manera que el conseller de Interior, Buch, responde con un ¡°comparto su an¨¢lisis en toda la profundidad¡±, normal¨ªsimo cuando a uno le est¨¢n, en teor¨ªa, fiscalizando la actuaci¨®n. Por supuesto, los diputados de Esquerra interpelan a consellers de Esquerra en el mismo tono de standing ovation.

Cuando llega el turno de interpelar a Quim Torra, a los partidos que le apoyan les cuesta m¨¢s encontrar una acci¨®n suya de gobierno a la que referirse: comprensible. En ese momento se activa la segunda estrategia: disparar de dentro hacia fuera. Con el juicio del proc¨¦s en marcha, ¨¦se es un blanco f¨¢cil, y los portavoces despliegan un ramillete de conceptos entre la ret¨®rica, la ¨¦tica y la po¨¦tica dirigidos hacia los testigos de la acusaci¨®n: miseria, bajeza infinita, cinismo, mentira, verg¨¹enza, discurso del odio... Eduard Pujol, portavoz de Junts per Catalunya, ha acu?ado el t¨¦rmino ¡°Millo-perjurio¡± ¡ªpara referirse al testimonio de Enric Millo, delegado del Gobierno de Espa?a el 1-O y, desde ayer, community manager de Fairy¡ª: y se ha gustado tanto, que se ha tuiteado a s¨ª mismo con la frase en cuesti¨®n y, unas horas m¨¢s tarde, se ha retuiteado. Ya lo dijo otro conseller: la Rep¨²blica est¨¢ en la nube.

Torra responde con placer a esas intervenciones haci¨¦ndoles de eco. En cambio, se incomoda cuando a la oposici¨®n le da por jugar a ras de suelo. Por ejemplo, si In¨¦s Arrimadas, por una vez sin lucir cartelitos, le pregunta por el bloqueo del Parlament a la propuesta de Ciudadanos de ley contra los abusos y el maltrato sexual, el president contesta con alguna vaguedad tipo ¡°lo estudiaremos¡±. A la insistencia de Jessica Albiach, de los Comunes, y Eva Granados, del PSC, sobre las carencias de la Generalitat en temas de igualdad de g¨¦nero, replica con algo similar a ¡°nos preocupa mucho este tema¡±. Y cuando Alejandro Fern¨¢ndez (PP) le ataca con el mantenimiento del peaje en las autopistas de la Generalitat, el president aplica la vieja m¨¢xima: ¡°La culpa es del d¨¦ficit fiscal¡±. Lo dicho, Quim Torra se mueve mal fuera de su zona de confort de las palabras grandes. Por suerte para ¨¦l, siempre habr¨¢ alguien dispuesto a mandar a la Guardia Civil a buscar una factura del 1-O al Parlament, un a?o y medio despu¨¦s del refer¨¦ndum. Y con la instrucci¨®n judicial terminada; o si no, no s¨¦ qu¨¦ hacen en el Supremo.