Agitaci¨®n cultural en la colina de los chopos
Visita a la Residencia de Estudiantes cuando se cumple un siglo de la llegada de Federico Garc¨ªa Lorca a la insituci¨®n
¡°Yo he nacido poeta y artista como el que nace cojo, como el que nace ciego, como el que nace guapo¡±. Esto proclamaba Federico Garc¨ªa Lorca (Granada, 1958-Granada, 1936) en una carta a sus padres. La escribi¨® en su habitaci¨®n de la Residencia de Estudiantes de Madrid, en los n¨²meros 21 y 23 de la calle del Pinar, justo detr¨¢s del Museo de Ciencias Naturales. Ah¨ª se instal¨® en 1919, por lo que este a?o se cumple un siglo de la llegada a la capital del entonces joven poeta (ten¨ªa 21 a?os). En los jardines de esta colina de los chopos, que se eleva sobre el skyline de la capital, Lorca entabl¨® amistad con otros grandes artistas como Luis Bu?uel, Salvador Dal¨ª o Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. La Residencia hab¨ªa abierto sus puertas en este lugar en 1915, cuatro a?os antes de la llegada de Lorca.
El esp¨ªritu de esa generaci¨®n de creadores trata de mantenerse activo en la actualidad gracias a las becas que el Ayuntamiento de Madrid concede a artistas e investigadores. Tras d¨¦cadas cerrada, la Residencia reabri¨® en 1986. Entonces, contaba con una veintena de j¨®venes residentes, todos menores de 30 a?os, entre los que destacan escritores como Mercedes Cebri¨¢n o Andr¨¦s Barba. Actualmente, la instituci¨®n acoge a una decena de becados, que desde septiembre del a?o pasado conviven en las mismas habitaciones ¡ªahora reformadas¡ª que el efervescente colectivo creativo de principios del siglo XX. Ah¨ª, desarrollan su creatividad al amparo de una beca de alojamiento y dieta.
La Residencia, dirigida en su primera etapa por Alberto Jim¨¦nez Fraud, estaba vinculada a los c¨¢nones marcados por la revolucionaria Instituci¨®n Libre de Ense?anza. En su auditorio se dieron cita celebridades como Albert Einstein o H.G. Wells, y all¨ª fue donde el poeta granadino compuso el grueso de su temprana producci¨®n po¨¦tica y teatral. Obras como Romancero gitano o Poema del cante jondo fueron creadas y editadas durante la estancia de Lorca en la Residencia, donde estuvo m¨¢s de una d¨¦cada.
Los diez becarios que ahora residen all¨ª, trabajan juntos en la biblioteca; comen y cenan juntos en el comedor; y viven en habitaciones individuales ubicadas en un mismo pasillo. Funcionan como una hermandad. De las nueve becas concedidas por el Ayuntamiento, seis est¨¢n destinadas a doctorandos en Humanidades y Ciencias, y tres para j¨®venes creadores. Hay otra m¨¢s financiada por T¨¦cnicas Reunidas (empresa privada del sector de ingenier¨ªa qu¨ªmica).
Por sus pasillos se cruzan creadores e investigadores de diversas ramas. Andrea Chapela Saavedra viene desde M¨¦xico y pasa, gracias a esta beca, su segundo a?o en Europa. ¡°Desarrollo una novela con car¨¢cter de ensayo sobre el viaje, las ra¨ªces y la globalizaci¨®n¡±, cuenta. Entre los dem¨¢s proyectos aparecen una revisi¨®n en clave feminista de El Quijote, una investigaci¨®n sobre la desinfecci¨®n de agua usando energ¨ªa solar, un estudio sobre la regeneraci¨®n del coraz¨®n tras sufrir un infarto o una reflexi¨®n sobre el lenguaje en la poes¨ªa. Los residentes han creado un club de lectura y escritura que se re¨²ne todas las semanas en el sal¨®n, al amparo del piano que tocaba Garc¨ªa Lorca. All¨ª leen sus textos, los comentan e intercambian ideas.
Noches toledanas
Si es famosa la amistad entre Bu?uel, Dal¨ª y Lorca, tambi¨¦n lo son sus fechor¨ªas. Se conocen las tertulias intelectuales y las representaciones del Don Juan Tenorio de Zorrilla; pero no tanto las escapadas nocturnas de la tropa. En cierta ocasi¨®n, seg¨²n cuentan en los pasillos de la Residencia, Lorca y Dal¨ª llenaron de arena el suelo de la habitaci¨®n que compart¨ªan y gritaron pidiendo auxilio por la ventana, proclamando encontrarse varados en una isla desierta. Otra vez, la azotea de la Residencia se convirti¨® en un improvisado ring de boxeo donde pelearon Luis Bu?uel y un estudiante de arquitectura. Fue antes de que el aragon¨¦s tocara una c¨¢mara por primera vez.
De entre esas aventuras, quiz¨¢s la m¨¢s c¨¦lebre sea la fundaci¨®n de la Orden de Toledo como una asociaci¨®n vanguardista de escritores y artistas j¨®venes que estudiaban en Madrid y que viajaban a menudo a Toledo. Una suerte de excusa para recorrer y disfrutar en los bajos fondos de la ciudad manchega.
Las actividades de los residentes actuales son menos canallas. Compaginan la creaci¨®n, la investigaci¨®n, o la escritura con conferencias, conciertos del Real Conservatorio Superior de M¨²sica, obras de teatro y ciclos divulgativos en los que ciencia y arte se unen. Acuden como ¡°anfitriones de la casa¡±, en palabras de la junta directiva de la instituci¨®n.
¡°Estoy creando una serie de ¨®leos de gran formato, titulada Si es azul, me pongo contento e inspirada en un texto de John Berger, quien tambi¨¦n dio una conferencia en la Residencia¡±, explica Jorge Gimeno Muro. En sus pinturas retrata la Gran V¨ªa madrile?a. ¡°Todas las ma?anas pinto desde diferentes puntos de la ciudad; el primero es desde la azotea del C¨ªrculo de Bellas Artes, una vista de la calle Alcal¨¢, y tambi¨¦n pinto a pie de calle, en el cruce entre Alcal¨¢ y Gran V¨ªa¡±, contin¨²a el artista. Su compa?era, la ge¨®loga planetaria Laura M. Parro tiene los ojos puestos en Marte, adem¨¢s de ejercer, en sus ratos libres, como youtuber cient¨ªfica. En ¨¦poca de Lorca, en este lugar llegaron a residir m¨¢s de un centenar de j¨®venes. Ahora, solo est¨¢n ocupadas todo el a?o las diez habitaciones de los becarios.
Tras la Guerra Civil, en 1939, el dictador Franco desmantel¨® la Residencia. Para redimir su origen laico e intelectual, sobre el Auditorium de la instituci¨®n se erigi¨® la iglesia del Esp¨ªritu Santo, proyectada por el genial arquitecto Miguel Fisac. Este espacio, que hab¨ªa funcionado como centro de expansi¨®n de la cultura espa?ola por toda Europa, se marchit¨®.
Hasta 1986 no volvi¨® a reabrir sus puertas. Ahora, la labor de investigaci¨®n, divulgaci¨®n y residencia se mantiene gracias al Patronato de la Residencia, presidido de forma honor¨ªfica por Felipe VI y gestionado conjuntamente por el Ministerio de Educaci¨®n y el Ministerio de Ciencia. En el 2007, el espacio fue declarado Patrimonio Europeo.
Entre las paredes de la Residencia surgi¨® el germen creativo de una panda de despreocupados y socarrones j¨®venes. Todos ellos acabaron siendo artistas e intelectuales clave en la historia de Espa?a y de la creaci¨®n universal. Nadie adivinar¨ªa que la amistad entre Dal¨ª y Bu?uel dar¨ªa como resultado, a?os despu¨¦s, un icono del surrealismo cinematogr¨¢fico como Un perro andaluz. Tampoco se atisbaban el golpe de Estado de los fascistas ni la posterior dictadura. Mucho menos el vil asesinato hom¨®fobo cometido por los franquistas cuando mataron al poeta que compuso Poeta en Nueva York.
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