El hijo de la dama de la hipop¨®tama se instala en el Museu Egipci
El centro barcelon¨¦s celebra sus 25 a?os con la adquisici¨®n de varias obras nuevas, entre ellas dos estatuas, dos objetos con los nombres de Hatshepsut y Amenofis III y unas zapatillas
Es un hombre sentado con peluca y faldell¨ªn. Pero bajo la mirada del experto ¨Cel egipt¨®logo Luis Manuel Gonz¨¢lvez, conservador del Museu Egipci- revela cosas que lo hacen fascinante. El estilo de la escultura (su indumentaria, su musculatura y el grosor de sus piernas) lo remite al Reino Antiguo; sin embargo, las inscripciones en el asiento se refieren a un periodo m¨¢s moderno, las dinast¨ªas XXV-XXVI, 500 a?os antes de Cristo, as¨ª que probablemente sea una obra arcaizante. Se llamaba Gemefsetkap, que significa ¡°¨¦l se encuentra en un lugar escondido¡± ¨Cdesde luego ya no-, era sacerdote y su madre fue la dama Ankhtinetreret, un nombre ¡°bastante rarito¡± seg¨²n Gonz¨¢lvez que se traduce como ¡°ella est¨¢ viva con la hipop¨®tama¡±, que ya es t¨ªtulo, lo que muestra una vinculaci¨®n curiosa con el hipop¨®tamo hembra en su aspecto de representante de la divinidad. As¨ª como el macho sol¨ªa tener una connotaci¨®n hostil (era peligroso y destru¨ªa los sembrados), la hembra era asociada a la protecci¨®n del difunto y como Taweret la Grande (!) s¨ªmbolo de la fertilidad y protectora de los embarazos.
Esta es solo una de las estupendas historias que han tra¨ªdo consigo los 18 objetos reci¨¦n adquiridos en subasta que llegan al Museu Egipci de Barcelona ahora mismo para incorporarse a la colecci¨®n, en feliz coincidencia con la celebraci¨®n del 25? aniversario de inauguraci¨®n del centro. El mecenas, coleccionista y empresario hotelero Jordi Clos, presidente de la fundaci¨®n arqueol¨®gica con su nombre de la que depende el museo, ha presentado esta ma?ana las nuevas piezas junto a Gonz¨¢lvez y la directora del Museu Egipci, Maixaxa Taul¨¦, un tr¨ªo que r¨ªete t¨² de la Tr¨ªada de Micerino. Clos y Gonz¨¢lvez han destapado teatralmente las cuatro vitrinas donde se encontraban los objetos que parec¨ªan, con las s¨¢banas blancas, excitantes ¨¦mulos de aquel viejo Belphegor, el fantasma del Louvre.
Adem¨¢s de la citada escultura de Gemefsetkap figura en el conjunto otra tambi¨¦n de un sacerdote, este innominado (se ha perdido la inscripci¨®n dorsal con su nombre, aunque consta que serv¨ªa al dios Montu) pero que en cambio lleva la ex¨®tica vestimenta caracter¨ªstica de los sacerdotes consistente en una piel de leopardo (cabeza y garras incluidas), con las manchas convertidas en peque?as rosetas, a modo de mant¨®n colgado al hombro y que le cubre el torso. El museo no ten¨ªa ninguna representaci¨®n similar. Probablemente el m¨¢s famoso portador de esa indumentaria sea el fara¨®n Ay en su imagen como sacerdote sem en las pinturas de la tumba de Tutankam¨®n, en una escena en la que est¨¢ ejecutando ante la momia del rey difunto la ceremonia de apertura de la boca (Wep-ra). Precisamente otra de las adquisiciones nuevas del museo es una placa que representa los elementos asociados a ese ritual a modo de troquelados en relieve y que conserva una de las piezas, justo la m¨¢s interesante, el cuchillo peseshkef, con el que se activaban simb¨®licamente los sentidos de la momia, pero que tambi¨¦n pod¨ªa servir ¨Cglups- para practicar la incisi¨®n abdominal al iniciar el embalsamamiento.
Otra pieza interesant¨ªsima es un peque?o bloque de caliza con el molde de un ave que pod¨ªa servir para fabricar amuletos o acaso sea (presenta una ret¨ªcula) un ensayo de escultor. A la gente le encantar¨¢, aunque el museo ya ten¨ªa uno, el min¨²sculo ata¨²d de musara?a (un animalito ampliamente momificado en Egipto y al que se veneraba por su actividad tanto nocturna como diurna y sus connotaciones osir¨ªacas), que presenta una mini escultura del bicho y que parece (hay que hacerle a¨²n un esc¨¢ner a la pieza) que conserva restos org¨¢nicos. Pero lo m¨¢s destacable del lote, adquirido en la casa de subastas Pierre Berg¨¦&Associ¨¦s, creada por el compa?ero sentimental de Yves Saint Laurent, seguramente son los dos objetos que llevan el cartucho con el nombre, respectivamente, de dos de los faraones m¨¢s famosos, la reina Hatshepsut y el rey Amenofis III, padre de Akenat¨®n. En el primer caso se trata de un vasito de alabastro procedente de un dep¨®sito de fundaci¨®n, posiblemente del templo de Montu en Armant, y en el segundo de un tubito de cosm¨¦tico kohol de madera que luce el prenom de Amenofis III, Nebmaatre, y parece conservar algo de la sustancia en su interior.
Las zapatillas, que fueron usadas antes de colocarlas junto a un difunto, se exhiben en una bonita caja decimon¨®nica donde debi¨® meterlas el coleccionista que las adquiri¨® y que les da un aire muy rom¨¢ntico, a lo Le roman de la momie de Gau(l)tier (no Jean Paul, y perdonen el atroz juego de palabras, pese a la procedencia, sino Th¨¦ophile). Las alpargatas, como las ha denominado Clos, son de hoja de palma y a ojo de buen cubero de un n¨²mero 45, o sea de un egipcio que pisaba fuerte.
Forman parte de las nuevas adquisiciones asimismo unos ¡°percings¡± de bot¨®n de alabastro para oreja y una excepcional base de reposacabezas del Imperio Nuevo, de madera, con incrustaciones en hueso que representan a dos monos y que, seg¨²n ha indicado Gonz¨¢lvez (los simios eran s¨ªmbolo de actividad sexual desaforada) incitar¨ªan a tener sue?os h¨²medos.
Clos ha destacado que la compra es ¡°extraordinaria¡± y ha dicho que es la m¨¢s importante del museo despu¨¦s de la ¡°irrepetible¡± adquisici¨®n en 1992 en Nueva York de objetos de la colecci¨®n del Toledo Museum de Ohio. El coleccionista y mecenas se ha felicitado de la coincidencia con el aniversario del Museu Egipci (una fiesta con los patronos y amigos del museo celebrar¨¢ esta noche la efem¨¦ride).
Maixaxa Taul¨¦ ha recordado que el museo se inaugur¨® en 1994 en rambla de Catalu?a con 400 piezas (se traslad¨® a la actual sede en 2000) y hoy posee 1.200, lo que, ha dicho, da la medida del esfuerzo de coleccionista que hay detr¨¢s. Ha afirmado que el Museu Egipci vino a cubrir un importante vac¨ªo en Barcelona y que en estos a?os ha recibido 2.700.000 visitas y ha presentado 85 exposiciones. La directora ha apuntado que cada a?o se realizan 1.500 actividades y ha racalcado la importancia de la organizaci¨®n de cursos, talleres y visitas escolares.
Preguntado por qu¨¦ les falta todav¨ªa, Gonz¨¢lvez ha suspirado por una espada del Imperio Nuevo que no han podido adquirir en esta ¨²ltima compra. ¡°Nos falta armamento, y osas de vida cotidiana que yo valoro especialmente como arque¨®logo¡±, ha respondido mientras le brillaban los ojos pensando seguramente en los tesoros del viejo Museo Egipcio de El Cairo a cuyo progresivo desmantelamiento en favor del nuevo Gran Museo Egipcio junto a las Pir¨¢mides de Giza ha asistido con la natural nostalgia, y mucha envidia.
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