El hombre que quiso fotografiar a todos los alemanes
La Virreina expone el magno y ut¨®pico proyecto de August Sander de retratar la sociedad de su pa¨ªs entre 1892 y 1954
Los griegos ptolemaicos crearon en la ciudad de Alejandr¨ªa, a comienzos del siglo III a.C., una biblioteca para reunir todo el saber del momento. Un centro que ha quedado en el imaginario colectivo como un lugar ut¨®pico y m¨ªtico. Tan ut¨®pico como la idea de reunir en un magno trabajo a la poblaci¨®n de un pa¨ªs, ordenada por arquetipos, g¨¦neros, condiciones, profesiones y un sinf¨ªn de clasificaciones. Es lo que intent¨® hacer el fot¨®grafo August Sander (Herdorf, 1876 - Colonia, 1964) a lo largo de 60 a?os de su vida, entre la d¨¦cada de 1910 y mitad de los a?os 1950, entre la Rep¨²blica de Weimar y el ocaso del nazismo tras la Segunda guerra Mundial, que reuni¨® en su tambi¨¦n m¨ªtica Gente del siglo XX,para la que fotografi¨® solo, en pareja o grupos, a todo tipo de personas de la sociedad alemana.
Cuando falleci¨® leg¨® 1.800 negativos, adem¨¢s de una serie de carpetas de las que se conservan una veintena. La Virreina Centre de la Imatge expone 196 retratos seg¨²n el orden establecido por el propio Sander para su proyecto.
Siempre respetuosas y carentes de sentimentalismo, pero con la capacidad de mostrar las cualidades f¨ªsicas y psicol¨®gicas y dejando patente el poder que tiene la mirada humana. Los retratos de Sander, por no tener, no tienen ni el nombre de las personas que aparecen fotografiados, porque lo que interesa es lo que representan, no quienes son. Por eso, sus personajes aparecen clasificados en grupos como trabajadores, agricultores, estudiantes, artistas, burgueses y habitantes de una ciudad, adem¨¢s de personas fallecidas, que aparecen bajo el ep¨ªgrafe de ¡°las ¨²ltimas personas¡±. El proyecto de Sander comenz¨® a ver la luz en 1929, cuando public¨® el primer libro El rostro de nuestro tiempo con 60 retratos.
Pero lo tuvo que dejar inconcluso. No porque este cat¨¢logo, por extenso, fuera imposible de abarcar; sino por la llegada al poder de los nazis en 1933. Su hijo Erich, miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas, es detenido al a?o siguiente, condenado a 10 a?os de c¨¢rcel, fallece en 1944, poco antes de la finalizaci¨®n de su condena. Por entonces, durante uno de los bombardeos, su casa, pese a que se hab¨ªa traslado a vivir a una zona rural, se ve afectada y 11.000 negativos suyos se destruyen. Nada comparado con los entre 20.000 y 30.000 negativos, documentos y copias originales que se perdieron en 1946 cuando su trastero de Colonia fue pasto de las llamas.
Formada por copias modernas a partir de los cristales originales en gelatina de plata, la exposici¨®n es posible gracias a la colaboraci¨®n con el August Sander Archiv de Colonia. En Barcelona pueden verse una serie de fotograf¨ªas Estudios: el ser humano, pr¨¢cticamente in¨¦dito, una serie de detalles de gestos, miradas y posturas, sobre todo de las manos, de muchas de las personas retratadas.
Las im¨¢genes permiten ver el paso del viejo orden agr¨ªcola a la creciente industrializaci¨®n; tambi¨¦n del paso a la artesan¨ªa y los oficios tradicionales y la pujanza de las profesiones liberales y los artistas. Las im¨¢genes de Sander ofrecen la posibilidad de ver un alfarero, molinero, un pe¨®n de granja, herrero y aprendiz de carnicero (vestido con traje, chaleco, reloj de bolsillo y bomb¨ªn) que luego dan paso a un abogado, juez, m¨¦dico, farmac¨¦utico o un notario (acompa?ado de un excepcional ejemplar de doberman); nuevos profesionales que denotan que la sociedad ha cambiado con respecto al pasado. Tambi¨¦n pueden verse otros protagonistas, como gitanos, alcaldes de Colonia en coche con el presidente Paul von Hindenburg, presos pol¨ªticos (su propio hijo Erich en la celda, leyendo) o jefes nazis que hacen ostentaci¨®n de su poder, con toda su parafernalia, gamada incluida. Entre ellos, el responsable del Departamento de Cultura de 1938, puro miedo.
Junto a las fotograf¨ªas, que ocupan la mayor parte del piso principal de la Virreina, cartas manuscritas, algunas de las carpetas originales y materiales bibliogr¨¢ficos; un material que justifica la afirmaci¨®n de Valent¨ª Roma, comisario de la exposici¨®n junto con Guillermo Zuaznabar de que Sander ocupa una posici¨®n ¡°absolutamente tutelar¡± en la historia de la fotograf¨ªa.
La fotograf¨ªa m¨¢s antigua de Sander es Excursionistas en Hohenseelbachskopf, una joven pareja que posa en 1892, de forma r¨ªgida y nerviosa, ante la c¨¢mara. La m¨¢s moderna, un retrato de 1954 de Robert G?rlinger, alcalde de Colona, que mira a la c¨¢mara de medio perfil, mientras sostiene un cigarrillo encendido. Unos j¨®venes en busca de aire puro y un pol¨ªtico fumando que, adem¨¢s, falleci¨® a las pocas semanas de la fotograf¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.