Madrile?os que se organizan para consumir energ¨ªa renovable
La Corriente, una cooperativa madrile?a que comercializa electricidad limpia es un proyecto pionero en la regi¨®n
Su casa es una imagen del futuro descarbonizado. Mari Luz Sandino posa junto a las flamantes placas fotovoltaicas que destacan en un claro del jard¨ªn, a las afueras de San Agust¨ªn de Guadalix. En la puerta hay aparcado un coche el¨¦ctrico y el interior del domicilio se caldea mediante aerotermia, un sistema de suelo radiante que utiliza la energ¨ªa del aire. Esos 16 paneles solares de silicio solventan tres cuartas partes del consumo efectivo de la vivienda. El resto lo suministra La Corriente, una cooperativa madrile?a que comercializa energ¨ªa verde para 310 socios.
En la pen¨ªnsula hay 40.863 kil¨®metros de circuito el¨¦ctrico. El origen de la energ¨ªa que transporta es variopinto, aunque en la actualidad el 60% procede de fuentes no renovables, como el carb¨®n, el ciclo combinado o la energ¨ªa nuclear. La Corriente, sin embargo, compra tan solo electricidad e¨®lica, hidr¨¢ulica y solar con certificado. Puesto que se trata de una cooperativa sin ¨¢nimo de lucro, los precios se ajustan al m¨¢ximo y pueden competir con las grandes distribuidoras. Entre los cooperativistas se encuentra, por ejemplo, el Mercado de San Fernando, situado en el barrio de Lavapi¨¦s. Un equipo de profesionales de La Corriente les asesor¨® para implementar medidas que mejoraran el aislamiento del edificio, erigido durante la posguerra.
Mari Luz tambi¨¦n recibi¨® consejos de ahorro al vincularse a La Corriente. Primero, para optimizar su factura, ajustando la potencia y la tarifa contratadas. Despu¨¦s, para dise?ar el sistema de energ¨ªa solar que le cost¨® 8.000 euros: ¡°Fue una inversi¨®n acertada. Si antes pagaba 500 euros de luz, con La Corriente empec¨¦ a pagar 350. Meses despu¨¦s, tras instalar las placas fotovoltaicas, la factura volvi¨® a descender, hasta 195¡±, cuenta esta empresaria de 55 a?os mostrando los papeles. La casona de granito con dos pisos en la que vive est¨¢ rodeada de pinos y buganvillas en flor. Pronto podr¨¢ recoger tomates del huerto y descubrir la piscina.
Gracias al real decreto regulador del autoconsumo el¨¦ctrico aprobado el pasado 5 de abril, Mari Luz puede volcar a la red su excedente de energ¨ªa ¡ªsi produjera m¨¢s de lo que consume¡ª y ser¨¢ compensada por ello con un descuento en el cargo mensual de la luz. La mayor¨ªa de los socios de la cooperativa vive en pisos, donde es m¨¢s complicado ubicar paneles solares. Con todo, la nueva norma permite el autoconsumo colectivo, por lo que Soledad Montero, cofundadora de La Corriente, lo quiere en su edificio: ¡°En nuestro tejado no cabr¨ªan muchas placas, pero s¨ª las suficientes para la luz de la escalera o del ascensor¡±, explica. Aunque sea algo testimonial, agrega, supone un cambio de paradigma. ¡°El reto ser¨¢ poner de acuerdo a toda la comunidad de vecinos¡±, r¨ªe.
Soledad tiene 51 a?os y est¨¢ desempleada desde que ¡°pinch¨® la burbuja de las energ¨ªas limpias¡±. Aquello sucedi¨® en 2012, cuando el gobierno suprimi¨® las atractivas primas a las renovables con el fin de reequilibrar el d¨¦ficit tarifario; el precio regulado de la electricidad no hab¨ªa aumentado en proporci¨®n a su verdadero coste. Un lustro antes, el Instituto para la Diversificaci¨®n y el Ahorro de la Energ¨ªa (IDAE) hab¨ªa lanzado la famos¨ªsima campa?a ¡°El sol puede ser tuyo¡± y muchos ahorradores se lanzaron a invertir en plantas de energ¨ªa solar, como los huertos solares. Soledad trabajaba para una intermediaria que importaba desde China material termosolar y, al reducirse dr¨¢sticamente las ayudas, la empresa prescindi¨® de personal.
Tras aquella debacle, y con el abaratamiento de la tecnolog¨ªa, hace tres a?os surgi¨® la idea de organizarse entre consumidores e imitar el modelo de GoiEner, una cooperativa vasca. Por ahora, La Corriente solo comercializa electricidad limpia, pero su objetivo es reunir el capital social suficiente como para empezar a generarla. Otra pata del proyecto es el activismo: ¡°Por falta de conocimiento, el usuario a veces consume m¨¢s energ¨ªa de la que necesita. Por eso impartimos talleres sobre medidas de ahorro energ¨¦tico. Aconsejamos cerrar las persianas por la noche, tener un hervidor de agua en lugar de utilizar siempre la vitrocer¨¢mica (que gasta m¨¢s luz), lavar en frio o apagar el calentador si no se utiliza¡±, anota Soledad.
De informar tambi¨¦n se encarga Pablo L¨®pez. Este ingeniero de 30 a?os conforma el consejo rector de La Corriente y realiza estudios para comunidades de propietarios sobre la instalaci¨®n de puntos de carga en el interior de los garajes. Todo suma en esta carrera de fondo por reducir las emisiones contaminantes: ¡°Las medidas institucionales son importantes, por ejemplo, limitar el tr¨¢fico privado, pero los ciudadanos tambi¨¦n debemos cambiar h¨¢bitos y conductas¡±, cuenta. Le preocupa dejar ¡°en manos de las grandes empresas¡± el cambio de modelo energ¨¦tico, porque, entonces, ¡°siempre estar¨¢ al alcance solo de unos pocos bolsillos¡±. Asociarse, defiende, ser¨ªa la mejor forma de evitarlo.
La estrategia contra la pobreza energ¨¦tica
El Consejo de Ministros del pasado 5 de abril aprob¨® la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energ¨¦tica, que marcar¨¢ hasta 2024 las l¨ªneas de actuaci¨®n en este ¨¢mbito. Por primera vez una iniciativa de este tipo contempla medidas de eficiencia en los hogares, como el recambio de equipos t¨¦rmicos, las ayudas para sustituir electrodom¨¦sticos o las subvenciones destinadas a rehabilitar edificios y mejorar su aislamiento. ¡°El bono social est¨¢ muy bien, pero adem¨¢s es importante garantizar pol¨ªticamente que las compa?¨ªas no abusen de los ciudadanos con tarifas innecesarias¡±, critica Soledad, impulsora de La Corriente.
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