El candidato Pedro S¨¢nchez, de inc¨®gnito en Lleida
El presidente del gobierno hace un par¨®n en la campa?a y realiza una visita privada a la Seu Vella
Pedro S¨¢nchez se ha dado un ba?o en Lleida, pero no de multitudes sino de fr¨ªas y gordas gotas de agua. El candidato socialista,? en plena campa?a electoral, ha visitado esta ma?ana, casi de inc¨®gnito, la catedral de la Seu Vella. Su paso por la ciudad ha sido tan discreto como fugaz. Un corredor espigado y de tez morena trotaba a primera hora de la ma?ana cerca del cauce del r¨ªo Segre, terreno habitual de entrenos para runners de Lleida. Despertaba la curiosidad la escolta que rodeaba al ma?anero corredor, nada habitual salvo que el deportista sea el? presidente del gobierno.
La visita a la ciudad del candidato socialista no constaba en ninguna convocatoria oficial -aunque la semana pasada s¨ª se vislumbraba un acto de campa?a de S¨¢nchez a primera hora de hoy en Lleida- ni se hab¨ªan dado detalles de horarios ni de qu¨¦ planes ten¨ªa. Deb¨ªa ser "una visita privada", seg¨²n el PSOE. Tan privada que, a las diez de la ma?ana, en la Seu Vella, a S¨¢nchez le esperaba toda la plantilla socialista de la ciudad. Estaban el alcalde F¨¦lix Larrosa, la candidata al Congreso, Montse M¨ªnguez, el ex alcalde ?ngel Ros, ahora embajador en Andorra, o el ex alcalde y ex consejero de la Generalitat,? Antoni Siurana. Junto a ellos, los integrantes de las listas del PSC a las pr¨®ximas elecciones, municipales y generales, prestos para la foto. Hab¨ªa empujones para guarecerse bajo el toldo protector del bar, con vistas excepcionales, que hay a los pies de la torre de la hist¨®rica Catedral. S¨¢nchez llegaba acompa?ado de Miquel Iceta y, nada m¨¢s poner el pie sobre los adoquines del recinto hist¨®rico de la Seu Vella, la lluvia apretaba. Ver llover en Lleida es casi tan improbable como toparse con un presidente del gobierno corriendo junto al r¨ªo. El Jueves Santo ha venido este a?o dispuesto a reventar estad¨ªsticas.
El ciudadano Pedro S¨¢nchez, con el rastro de las gordas gotas sobre su chaqueta azul marino, saludaba a los presentes y conced¨ªa fotos, una tras otra, mientras su equipo de asesores se apresuraba a buscar un paraguas. Ha permanecido plegado porque la visita del ciudadano S¨¢nchez prosegu¨ªa bajo techo. Dentro del templo, unos turistas con lazos amarillos en la solapa se han cruzado con la comitiva socialista. "Tranquilos, que los catalanes somos gente pac¨ªfica", indicaba una se?ora a los escoltas.
Con letra de m¨¦dico, S¨¢nchez ha escrito un agradecimiento en el libro de visitas y ha necesitado preguntar la fecha para rubricar la firma. El traj¨ªn, es lo que tiene. "Mientras no me pase como aquel que dijo Viva Honduras", ha dicho a modo de despedida, antes de meterse en el coche. Entonces, ya no llov¨ªa. Por la tarde le aguarda un acto de campa?a, ese s¨ª, en Badalona.
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