Asombros electorales

Asistir a una rueda de prensa con un candidato encerrado en prisi¨®n preventiva m¨¢s de un a?o no sucede cada d¨ªa. Hace mucho que no ejerzo de periodista de calle y casi nunca he sido cronista pol¨ªtica, pero me hubiera gustado asistir a la primera comparecencia ante los medios del reo candidato o candidato reo, como prefieran. Incluso a la segunda, para ver si suced¨ªa lo mismo. Fue mi primer asombro electoral de la campa?a, la semana pasada, cuando tras lo de Notre Dame y el circo que de inmediato se mont¨® descart¨¦ m¨¢s im¨¢genes inquietantes y me puse a ver series.

Pues mira, ah¨ª tienes al candidato Jordi S¨¤nchez hablando con la prensa desde de Soto del Real, en un cuartucho de pared de conglomerado la mar de feo, una mesita blanca como de pupitre (?alguien sabe para qu¨¦ sirven estas mesitas all¨ª?) y, tras ¨¦l, firmes, la bandera espa?ola y el retrato del monarca vigente. No me enter¨¦ hasta el jueves por la noche. ?Una rueda de prensa electoral desde c¨¢rcel! Me qued¨¦ tan asombrada que me la vi entera, por el m¨®vil. Me cost¨® lo m¨ªo dormir despu¨¦s. A la ma?ana siguiente, Viernes Santo, ya estaba al caso y no me perd¨ª el directo con el candidato reo Oriol Junqueras. De car¨¢cter m¨¢s festivo que su compa?ero, parec¨ªa estar pas¨¢ndolo bien, como si los presos fueran los periodistas y, de paso, yo misma que los estaba viendo, y ¨¦l nos consolara.

Si ya era bastante pasmoso o¨ªr durante hora larga a uno y a otro tras tanto tiempo sin o¨ªrles m¨¢s all¨¢ de sus declaraciones en el juicio en curso, mi inquietud fue otra. Los periodistas se dirig¨ªan a los reos del plasma de t¨² y sus preguntas sonaban dubitativas, me dije. Algo parec¨ªa haberse adue?ado de la situaci¨®n, algo que hac¨ªa que los cronistas no pudieran expresarse bien. La cosa era francamente inc¨®moda. ?C¨®mo te diriges y c¨®mo interrogas a un hombre que est¨¢ en una muy discutible prisi¨®n preventiva desde hace a?o y medio, que no sabe cu¨¢ndo saldr¨¢ porque est¨¢ siendo juzgado, pero que no deber¨ªa estar all¨ª ¡ªen la prisi¨®n, en el plasma¡ª si no es condenado?

Hubiera optado por tratarles de usted, esta primera parte es f¨¢cil de responder. Claro que los dirigentes y los cronistas pol¨ªticos se conocen y se tratan, as¨ª debe ser porque en caso contrario no tienes fuentes, pero el coleguismo del tuteo no es de recibo cuando el p¨²blico te est¨¢ viendo (pantallas) u oyendo (radio) o leyendo. Era un momento excepcional del periodismo, no sucede en cada campa?a que los candidatos hablen desde la c¨¢rcel. Querer dar apariencia de normalidad a lo que no tiene conduce hasta estas trampas fatales a los periodistas j¨®venes, como me pareci¨® que eran casi todos.

La otra parte de la pregunta ¡ªc¨®mo interrogas, c¨®mo transmites, c¨®mo sintetizas, qu¨¦ titular¡ª es m¨¢s dif¨ªcil, me dije al leer a la ma?ana siguiente las cr¨®nicas correspondientes. Ni en los medios independentistas encontr¨¦ lo que se llama propiamente una cr¨®nica, que es dar cuenta del ambiente y el sentido de lo que est¨¢s oyendo y viendo, cosa que puedes y debes hacer porque est¨¢s all¨ª: lo has visto, has preguntado y has escuchado.

Una primera conclusi¨®n me lleva a sugerir que estamos en un momento tan confuso, y en campa?a, que el periodismo no se atreve ni a decir si es de d¨ªa o es de noche por temor a ser tachado de partidista, sectario, traidor, vendido, regalado, qui¨¦n sabe si transg¨¦nero.

No fueron las ruedas de prensa desde la c¨¢rcel de los candidatos la ¨²nica ocasi¨®n de asombro electoral. Un d¨ªa despu¨¦s, y sin que fueran fallas, queman y fusilan en un pueblo sevillano a un mu?eco que representaba al bueno de Judas (sin su traici¨®n, ?qu¨¦ habr¨ªa sido de Cristo?) que este a?o, mira por donde, ten¨ªa el aspecto de Carles Puigdemont. El alcalde de Coripe, socialista, cree que es la mar de normal y que no hay para tanto. ?Cu¨¢ntas pulsiones y pasiones desbordadas emergen aqu¨ª, en esta escena coripe?a? Es tan elocuente que no vale la pena pintarla m¨¢s de negro. Sobre todo porque el ¨²ltimo pasmo me lo ha dado el tuit de un escritor al que aprecio y leo, que sin pens¨¢rselo dos veces ha escrito, en catal¨¢n la primera frase: ¡°L¡¯alcalde de Coripe al Festival de Cultura Txarnega de l¡¯any que ve. Haz que pase¡±. Como del cerdo, todo se aprovecha cuando suenan a rebato las campa?as electorales. Vale incluso una apelaci¨®n a la caza de brujas ¡ªlas Txarnegas, esas mujeres que tantas cosas catalanas tienen por decir y desvelar aunque no guste o¨ªrlo¡ª que no desmerece en absoluto del esperpento coripe?o.