Los 365 d¨ªas de infierno en el PP
Un a?o despu¨¦s de la dimisi¨®n de Cifuentes, el paso de Garrido a Ciudadanos y de dos ediles a Vox certifica la crisis de la organizaci¨®n regional, el coraz¨®n del partido
Hace un a?o, el acorazado electoral del PP empez¨® a hacer agua. El 25 de abril de 2018, Cristina Cifuentes dimiti¨® por el caso m¨¢ster y dio un triple portazo. Adi¨®s a la presidencia de la Comunidad. Adi¨®s a la posibilidad de suceder a Mariano Rajoy. Y adi¨®s a la mejor baza del PP para mantener el gran basti¨®n electoral del partido, Madrid, que ocupa desde hace 25 a?os. Los 365 d¨ªas posteriores han sido un infierno para el partido regional, dirigido por una gestora; sojuzgado por la nueva direcci¨®n nacional tras no apoyar a Pablo Casado en las primaras; y azotado por las comisiones de investigaci¨®n de casos de corrupci¨®n. Nada refleja mejor la tensi¨®n por las malas perspectivas electorales, y el enfrentamiento entre veteranos y reci¨¦n llegados, que la marcha de ?ngel Garrido a Ciudadanos y el fichaje de dos ediles capitalinos por Vox. Ya no todo el mundo quiere estar en el PP de Madrid.
¡ª ¡°No s¨¦ si la gente va a entender esta pol¨ªtica de hacer una colecci¨®n de despechados¡±, dice el mismo mi¨¦rcoles P¨ªo Garc¨ªa-Escudero, el presidente de la gestora que dirige el PP de Madrid desde la dimisi¨®n de Cifuentes, mientras recuerda que Garrido se une a otros pol¨ªticos populares y socialistas que acaban de fichar por Ciudadanos. ¡°Es una decisi¨®n personal¡±, subraya el expresidente del Senado sobre la salida del expresidente regional.
¡ª ¡°No ha habido descontrol¡±, coincide un cargo org¨¢nico madrile?o con conocimiento de las deliberaciones de la direcci¨®n de Madrid y la nacional, cortando de ra¨ªz las cr¨ªticas que ven en la salida de Garrido un signo del deterioro de la organizaci¨®n. ¡°Esto lo sab¨ªan solo Garrido y Ciudadanos¡±, recalca.
Tres presidentes en cuatro a?os
El 8 de abril de 2018, en Sevilla, Cristina Cifuentes deja ¡ªsin saberlo¡ª la foto de su traspaso de poderes a ?ngel Garrido. Quedan casi 20 d¨ªas para su dimisi¨®n como presidenta de la Comunidad de Madrid. Se celebra la convenci¨®n nacional del PP. Y Cifuentes, enfrascada a¨²n en la defensa frente a la pol¨¦mica sobre su supuesto m¨¢ster, termina de atender a los medios de comunicaci¨®n y cede los micr¨®fonos a su n¨²mero dos eligiendo como v¨ªa de escape una suerte de sumersi¨®n entre sus cables.
Menos de un mes despu¨¦s, Garrido es investido presidente en la Asamblea de Madrid. Y menos de un a?o m¨¢s tarde, cede su puesto a Pedro Roll¨¢n, su amigo, para integrarse en las listas europeas del PP. Los titulares recogen entonces que la Comunidad tendr¨¢ tres presidentes en cuatro a?os. Lo que nadie puede imaginarse en ese momento es que a las pocas semanas dejar¨¢ la formaci¨®n en la que ha militado durante 20 a?os para integrarse en la candidatura auton¨®mica de Ciudadanos.
"Cambiarse de formaci¨®n pol¨ªtica s¨ª o s¨ª es cambiarse a peor", espet¨® ayer Roll¨¢n, el presidente interino de la regi¨®n, que estar¨¢ en las listas auton¨®micas de D¨ªaz Ayuso.
El cambio de Garrido, adem¨¢s, gener¨® ayer un conflicto burocr¨¢tico.
Oficialmente, el expresidente sigue siendo diputado popular en la Asamblea. As¨ª, el PP valora expulsarle de su grupo tras su fichaje por Ciudadanos. El partido quiere que sea el exdirigente el que tome la iniciativa, como ha hecho ya con su baja de la formaci¨®n y su renuncia a ir en las listas europeas.
Pero fuentes populares se?alan a Europa Press que ma?ana a las 14 horas, cuando se cierre el registro de la C¨¢mara regional, se habr¨¢n cumplido 48 horas de su marcha, un tiempo "prudencial". Ser¨¢ a partir de ah¨ª cuando decidan si toman la decisi¨®n de expulsarlo del grupo.
¡ª ¡°Si no lo sab¨ªa el equipo de Garrido, los que estaban a su lado, no lo pod¨ªa saber la gestora¡±, opina un dirigente municipal. ¡°Ha sido una operaci¨®n personal¨ªsima¡±.
La frialdad con la que reaccionan Garc¨ªa-Escudero y los dirigentes m¨¢s pr¨®ximos a Pablo Casado contrasta con el incendio interno que se desata en el partido. Cuando Garrido da su golpe de mano, marcando con su fuga el sprint final de la campa?a de las elecciones generales, pilla por sorpresa a su antigua organizaci¨®n. Entonces, muchos ojos se giran hacia la gestora que dirigen Garc¨ªa-Escudero ¡ªque declin¨® hablar con este diario¡ª y Juan Carlos Vera.
¡°El PP de Madrid se est¨¢ convirtiendo en una pandilla¡±, dice sobre las decisiones de la gestora un colaborador del antiguo presidente. ¡°Tambi¨¦n se est¨¢ derechizando, y ?ngel no estaba c¨®modo¡±, a?ade sobre Garrido, portavoz p¨²blico en los ¨²ltimos meses de los cifuentistas, que consideraban que los casadistas hab¨ªan sacado al PP de Madrid del centro pol¨ªtico, ¡°voxiz¨¢ndolo¡± con el verbo acerado de D¨ªaz Ayuso y de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida, el candidato capitalino.
La lista de agravios de los cr¨ªticos con la gestora que dirige el PP de Madrid desde la dimisi¨®n de Cifuentes es larga.
Suya es la selecci¨®n de los nuevos miembros de la Ejecutiva regional, donde se integran afines a Casado y quedan sin sitio pesos pesados pr¨®ximos a Garrido, como Pedro Roll¨¢n, hoy presidente interino de la Comunidad. Suyas son las decisiones que marcan el orden y los integrantes de las listas madrile?as del PP tras la ¨¦poca de Cifuentes, que dedic¨® el principio de su mandato a deshacer los equipos de Aguirre para construir los propios. Y suyo fue uno de los apoyos decisivos en la promoci¨®n interna de Isabel D¨ªaz Ayuso como candidata auton¨®mica del PP, en detrimento de Garrido, la mano derecha de Cifuentes, su escudero como n¨²mero dos, y el hombre que hab¨ªa aceptado el desaf¨ªo de sustituir a la presidenta saliente en pleno esc¨¢ndalo del caso m¨¢ster.
Declive electoral
¡°El PP est¨¢ despreciando la experiencia y el talento que tiene dentro y est¨¢ apostando por una renovaci¨®n que se basa solamente en la fidelidad de los afines por encima de la val¨ªa personal. Y eso lo termina pagando la organizaci¨®n¡±, dice bajo la exigencia de preservar el anonimato un pol¨ªtico que se ha sentido maltratado en la elaboraci¨®n de las listas. ¡°A eso se une que en Madrid hay una gestora, no una direcci¨®n regional legitimada en un congreso. No han velado por unas listas electorales con gente de categor¨ªa¡±. Y recalca: ¡°Lo hacen por tener el control del partido ante unos posibles malos resultados electorales. No quieren que en sitios clave haya gente con capacidad para levantar la voz¡±.
¡°Los cabreados disparan a cualquier cosa, pero las candidaturas han estado pensadas para reforzar equipos¡±, contrapone un dirigente nacional que pertenece al c¨ªrculo de confianza de Casado. ¡°Este es un proceso de renovaci¨®n en el que todo el mundo ha sido reubicado de una u otra manera¡±, a?ade sobre la configuraci¨®n de las listas electorales. ¡°No hay m¨¢s¡±, recalca. ¡°Se ha incorporado mucha gente de fuera del partido y esto es se?al de que seguimos siendo un partido atractivo¡±.
Donde Casado ve renovaci¨®n, y una justa apuesta por personas de su confianza tras imponerse en las primarias, sus cr¨ªticos sienten que las listas no tienen en cuenta a la experiencia, o que hacen sitio a pol¨ªticos de otros territorios ¡ªcomo las catalanas Andrea Levy y Alicia S¨¢nchez Camacho¡ª en detrimento de dirigentes con d¨¦cadas de servicio en Madrid que se arriesgan a perder el esca?o en una ¨¦poca de retroceso electoral.
¡°La direcci¨®n nacional, en cualquier lista, tiene siempre un cupo, y m¨¢s en una situaci¨®n como la actual¡±, defendi¨® un candidato madrile?o que cuenta con toda la confianza de Casado, en referencia a la necesidad de buscar hueco en las listas madrile?as a pol¨ªticos de otras circunscripciones ante las malas perspectivas electorales.
Entre el triunfo de Alberto Ruiz Gallard¨®n en las municipales de 2003 y el de Esperanza Aguirre en las locales de 2015, el PP se dej¨® el 36% de los votos. Entre la victoria auton¨®mica de Aguirre en 2003 y la de Cifuentes en 2015, la formaci¨®n conservadora perdi¨® el 27% de sus votos. Ninguna encuesta apuesta ahora porque el PP mejore los resultados de hace cuatro a?os, ya que compite con la pujanza de Ciudadanos o la irrupci¨®n de Vox. Eso se traducir¨¢ necesariamente en menos representantes, lo que ha tensado la vida interna del partido, donde hay quien teme por su futuro y quien calcula que ir m¨¢s all¨¢ del n¨²mero 30 en la lista auton¨®mica es ocupar una zona de riesgo.
¡°El partido ha aguantado razonablemente bien todos los embates que hemos recibido¡±, matiza un cargo municipal de Madrid. ¡°Me gustar¨ªa saber qu¨¦ otro partido resiste lo que ha pasado este en el ¨²ltimo a?o: dimisi¨®n de la presidenta del partido, de la presidenta de la Comunidad, del presidente nacional, del presidente del Gobierno, una moci¨®n de censura, un Congreso, llega Casado, se tienen que nombrar candidatos, que siempre provoca bronca...¡±, enumera la lista de crisis populares del ¨²ltimo a?o. ¡°Si algo bueno ha tenido lo de ?ngel [Garrido], es que ha unido a la gente de nuevo entorno al partido. La gente est¨¢ cabreada con ¨¦l. As¨ª de claro¡±.
El PP siempre se caracteriz¨® por su unidad gran¨ªtica de puertas afuera. La organizaci¨®n de Madrid, por su parte, se especializ¨® durante 20 a?os en ser algo m¨¢s que el gran granero electoral del nacional. Fue el escaparate de las propuestas con las que la formaci¨®n conservadora quer¨ªa conquistar La Moncloa. Y sirvi¨® como un oasis en el que acoger a los cargos que perd¨ªan su puesto en otras partes de Espa?a, tan abrumadores eran las mayor¨ªas, o que se hab¨ªan jugado la vida en el Pa¨ªs Vasco en los tiempos de plomo de ETA.
Sin embargo, ahora todo eso ha cambiado. Por primera vez en casi un cuarto de siglo, est¨¢ claro que no hay sitio para todos en las listas, porque las perspectivas electorales son mucho peores que antes. Y hay, tambi¨¦n, pol¨ªticos de renombre que dejan por voluntad propia el PP de Madrid. La salida de Garrido, todo un expresidente regional, ha dejado temblando a la formaci¨®n. Como dijo un antiguo consejero de Rajoy: ¡°Es terrible. Ha hecho mucho da?o¡±.
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