M¨²sica en el colegio para cambiar el mundo
Carlinhos Brown ofrece un recital en un centro p¨²blico que apoya a alumnos vulnerables
El colegio P¨ªo XII se ha convertido este viernes en un carnaval. El escenario natural de Carlinhos Brown (Brasil, 1962). El compositor ha querido compartir su pasi¨®n por la m¨²sica con los ni?os de este centro p¨²blico con alumnos en situaci¨®n vulnerable convencido de que la m¨²sica tiene un factor de cambio social. ¡°La m¨²sica me ayuda a motivarme cuando estoy triste. Aunque lo m¨¢s importante de formar parte de una orquesta es hacer amigos y divertirse¡±, confiesa Henry, que cursa tercero de primaria en este centro ubicado en La Ventilla, un barrio humilde en pleno coraz¨®n econ¨®mico de la capital.
Henry tiene nueve a?os y sujeta a duras penas el contrabajo. Hijo de inmigrantes dominicanos, el peque?o es ya un virtuoso de las cuatro cuerdas. Su colegio es un referente socioeducativo que destaca por un innovador programa musical. Lleva a cabo varios proyectos que fomentan la convivencia escolar con la certeza de que el lenguaje de las partituras influye positivamente en el aprendizaje de las matem¨¢ticas o de la expresi¨®n de las emociones. Hace cuatro a?os la Fundaci¨®n Acci¨®n Social por la M¨²sica cre¨® la Orquesta del P¨ªo XII, que actualmente componen 50 alumnos de entre nueve y 12 a?os.
El gimnasio se ha quedado peque?o para albergar el concierto, as¨ª que una legi¨®n de ni?os se ha tenido que conformar con jugar en el patio del colegio, ajenos a la fiesta que acontec¨ªa a pocos metros. Al fondo del improvisado sal¨®n de actos estaban los miembros de la orquesta, al otro el p¨²blico. Todos esperaban con nerviosismo al invitado estrella, Carlinhos Brown, que estos d¨ªas visita Madrid para inaugurar la exposici¨®n La mirada que escucha, organizada por la Fundaci¨®n Telef¨®nica, en la que hace un recorrido por diversas iniciativas sociales a trav¨¦s de 14 pinturas propias e in¨¦ditas.
Tiempo de aprendizaje
El artista brasile?o ha irrumpido en la sala vestido de blanco inmaculado, con turbante, sandalias y gafas de sol. Todos le han vitoreado, le han hecho fotos y han tratado de tocarle. Todos menos Gabriela, una ni?a de nueve a?os de padres rumanos. La peque?a se qued¨® petrificada, con la boca abierta y el violonchelo suspendido en el aire hasta que el m¨²sico la abraz¨®. Se ha mostrado especialmente cari?oso con los peque?os, a los que incluso les ha dado las gracias por ense?arle ¡°tantas cosas buenas¡±. ¡°En un tiempo de mi vida fui un ni?o como vosotros. Es un tiempo de aprendizaje¡±, ha destacado el artista.
Si el gran pianista cubano Bebo Vald¨¦s ten¨ªa la necesidad de viajar hasta Salvador de Bah¨ªa para reencontrarse con la m¨²sica y las religiones de ?frica, Brown siente que debe exportar al mundo la obra que inici¨® en la favela de Candeal, adonde destina importantes recursos econ¨®micos para sustituir el tr¨¢fico de drogas por procesiones musicales como la Timbalada gracias a la construcci¨®n de un observatorio de m¨²sica. ¡°Mis or¨ªgenes est¨¢n en la pobreza. El arte puede cambiar la vida de las personas. Es una herramienta de cohesi¨®n. No todos podemos ser m¨²sicos, pero puede ayudarnos a ser buenos ciudadanos¡±, ha asegurado.
Los alumnos interpretaron un merengue para deleitar al maestro, pero Brown pronto dej¨® su silla para ponerse a los mandos de la percusi¨®n. La fiesta tom¨® dimensiones ¨¦picas. A la batuta estaba Noor, una estudiante de nueve a?os de origen marroqu¨ª que tambi¨¦n toca el viol¨ªn. Luego lleg¨® el turno para las bandas de rock, que son parte de El Ensayadero, un proyecto con el que Ayuda en Acci¨®n trata de combatir el abandono escolar, romper las barreras de g¨¦nero y promover la integraci¨®n. El m¨¢s aclamado fue Luis, un vocalista de 12 a?os que escribe sus propias canciones seg¨²n sus experiencias en el barrio. El frenes¨ª lleg¨® cuando Brown trat¨® de despedirse. El p¨²blico tatare¨® su Maria Caipirinha, una canci¨®n conocida mundialmente, y el j¨²bilo se apoder¨® de los presentes, que le entregaban prendas y zapatos para que Brown los firmase.
Carlos L¨®pez, director del P¨ªo XII, ha reconocido que la m¨²sica favorece el desarrollo integral de los alumnos. ¡°Lleg¨® al centro como si de la l¨¢mpara m¨¢gica de Aladino se tratara. La frotamos y apareci¨® Acci¨®n Social por la M¨²sica¡±. Esta organizaci¨®n naci¨® en 2013 entre las paredes del P¨ªo XII, meses despu¨¦s de que la abogada Mar¨ªa Guerrero se reuniera con el m¨²sico y activista venezolano Jos¨¦ Antonio Abreu. Guerrero colg¨® la toga creyendo que hab¨ªa una oportunidad de cambiar el mundo a trav¨¦s de la m¨²sica. ¡°Me temblaban las piernas cuando dije a los padres que ten¨ªamos este sue?o¡±, rememora. Los primeros instrumentos fueron elaborados con cart¨®n, pero poco a poco la gente fue donando instrumentos reales para que el ritmo de la transformaci¨®n social se escuche alto, muy alto.
De la partitura al lienzo
Carlinhos Brown acarreaba agua de casa en casa para ayudar a su familia, que viv¨ªa en Candeal, una humilde favela de Salvador de Bah¨ªa. Durante un tiempo, el peque?o tambi¨¦n ayud¨® a su padre a pintar paredes de las casas, pero al progenitor le disgustaba su originalidad art¨ªstica y lo matricul¨® en una escuela de m¨²sica. Carlinhos no volvi¨® a encontrarse con la pintura hasta 2005, cuando en una visita a Madrid descubri¨® a Mir¨® y a Picasso en el Museo Reina Sof¨ªa. "Fui tomado por una energ¨ªa que nunca sent¨ª en la m¨²sica. Volv¨ª a Brasil y empec¨¦ a so?ar con pinturas y resolv¨ª comprar lienzos y pintar. Luego record¨¦ que todo eso estaba dentro de m¨ª", explica.
Desde entonces, el artista brasile?o se expresa tambi¨¦n a trav¨¦s de la pintura. Al margen de cualquier corriente o estilo, en sus lienzos de gran formato se aprecia la frescura y el trazo vibrante de quien vive por y para la m¨²sica. De esta nueva inquietud art¨ªstica nace la exposici¨®n Carlinhos Brown. La mirada que escucha, que se podr¨¢ visitar gratis del 1 de mayo al 2 de junio en la Fundaci¨®n Telef¨®nica (Calle de Fuencarral, 3).
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