El milagro de los tambores en el Candeal brasile?o
Fernando Trueba rueda en las 'favelas' de Bah¨ªa con Carlinhos Brown, Bebo Vald¨¦s, Veloso y Gil
Bebo Vald¨¦s ten¨ªa que viajar a Bah¨ªa para encontrarse con sus ra¨ªces africanas. El consejo se lo dieron hace unos cuantos lustros en Hait¨ª. Con 85 a?os cumplidos, el pianista cubano no s¨®lo est¨¢ disfrutando de un reconocimiento tan merecido como inesperado -L¨¢grimas negras, su disco a d¨²o con El Cigala, lleva vendidos m¨¢s de 200.000 ejemplares-, sino que, por fin, se halla en Salvador, en la Bah¨ªa de Todos los Santos, para la filmaci¨®n de una pel¨ªcula provisionalmente titulada El milagro de Candeal cuyo rodaje finaliza el pr¨®ximo jueves 4 de marzo.
El Candeal es el barrio de Salvador de Bah¨ªa en la que naci¨® Carlinhos Brown, que de ni?o acarreaba agua de casa en casa para ayudar al sustento familiar. Aqu¨ª, Bebo Vald¨¦s se ha encontrado con la anciana do?a Angelina, o Mayamba, una m?e de santo -figura clave del candombl¨¦- que le recuerda a su madre y uno de los personajes entra?ables que van a ocupar las pantallas en oto?o. Porque, junto a Bebo Vald¨¦s, Carlinhos Brown, Caetano Veloso, Gilberto Gil o Marisa Monte estar¨¢n en la pel¨ªcula quienes realmente han robado el coraz¨®n a los miembros del equipo de Fernando Trueba: el se?or Mariano, que tuvo aquella primera radio en la que Carlinhos descubri¨® el merengue y la m¨²sica cubana; Pedrinho, que a sus 17 a?os imparte cursos de educaci¨®n pol¨ªtica para j¨®venes; Chita, una de las l¨ªderes sociales de la comunidad; Patricia, directora de T¨¢ Rebocado, proyecto de urbanizaci¨®n, y, sobre todo, los ni?os y ni?as del Candeal, que los reciben a diario con sonrisas y saludos y a muchos de los cuales conocen por sus nombres o apodos. "Siento una fascinaci¨®n muy curiosa por la gente de este barrio", confiesa Trueba. "Lo siento muy m¨ªo. No es que t¨² formes parte de ¨¦l, pero s¨ª que ¨¦l forma parte de ti".
Es un 'western' pac¨ªfico en el que los buenos se defienden con el arma de la m¨²sica
"Lo que ense?o del Candeal es la belleza. Su dignidad y su orgullo", dice el cineasta
A trav¨¦s de los ojos del cubano se conocer¨¢ el trabajo de una comunidad que, con la ayuda incansable del m¨²sico brasile?o, ha logrado reformar cientos de viviendas, solucionar el problema del alcantarillado o inaugurar un centro p¨²blico de salud. Y, en esa isla de convivencia, que se enorgullece de tener un ¨ªndice de violencia cero, se descubre la realidad a veces dura, pero tambi¨¦n gozosa, de decenas ni?os que quieren salir adelante gracias al poder de los tambores. Formaciones como Lactomia o Meninos da Lata, que dirige Jair Rezende, tocan tambores fabricados con material reciclado. Y funciona a pleno rendimiento una escuela profesional de m¨²sica popular, Pracatum, en este barrio cuya asociaci¨®n de vecinos facilita clases de capoeira, alfabetizaci¨®n de adultos o inform¨¢tica.
Los espa?oles se han convertido en una atracci¨®n para la chiquiller¨ªa del Candeal. Por ejemplo, para Lucas, nieto del se?or Mariano y m¨¢s que probable percusionista. "Despu¨¦s de ver a esos ni?os del Candeal, con todos los problemas que tienen, los que te dan realmente pena son los ni?os de cualquier ciudad del llamado mundo civilizado. Porque estoy seguro de que no son ni la mitad de felices. Aqu¨ª ves una especie de libertad y de alegr¨ªa de vivir. La sensaci¨®n de que todo el barrio es su hogar. Van corriendo de un lado a otro y se encuentran unos con otros y juegan". No se trata de dejarse atrapar por una est¨¦tica de la pobreza. "Para nada", dice Trueba, "porque lo que estoy ense?ando del Candeal es la belleza. Su dignidad y su orgullo".
Una noche, Fernando Trueba y Bebo Vald¨¦s cenan en casa de Caetano Veloso, en el Morro de la Paciencia, un acantilado sobre el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Muy cerca de all¨ª se rod¨® para la pel¨ªcula, el 2 de febrero, la fiesta de Yemanj¨¢, la diosa de los mares en el candombl¨¦, el sincretismo religioso que impregna Bah¨ªa. En el sal¨®n escuchan algunas de las canciones norteamericanas del pr¨®ximo disco de Caetano cuya edici¨®n est¨¢ prevista para finales de marzo -por esas fechas se publicar¨¢ tambi¨¦n Bebo de Cuba, el doble CD del ilustre pianista con un noneto y una big band-. La grabaci¨®n del brasile?o se abre con The carioca, la canci¨®n que sonaba en Volando hacia R¨ªo (Flying down to Rio), la primera pel¨ªcula que rodaron juntos Ginger Rogers y Fred Astaire. Las versiones de So in love o The man I love dejan extasiados a los presentes.
Tras la cena y la audici¨®n, Caetano Veloso se dirige al Candeal, al estudio de Brown -Isla de los Sapos se llama- donde est¨¢ grabando junto a Z¨¦ Miguel Wisnick -m¨²sico y profesor de Literatura en la Universidad de S?o Paulo- y Al¨º Siqueira -el mago de sonido de Tribalistas- la banda sonora del pr¨®ximo espect¨¢culo de Corpo, la compa?¨ªa de danza que en agosto estrenar¨¢ en el teatro Col¨®n de Buenos Aires una coreograf¨ªa inspirada en la m¨²sica de otro cubano universal: Ernesto Lecuona. Ya de madrugada llega a la Isla de los Sapos el guitarrista y productor norteamericano Arto Lindsay, visitante asiduo de Salvador. Para el carnaval, Lindsay prepar¨® un trabajo con su compatriota Matthew Barney, artista multimedia y actual pareja de Bj?rk, la cantante islandesa que le ha acompa?ado hasta Bah¨ªa para ver salir su carro conceptual, un tr¨ªo el¨¦ctrico-instalaci¨®n que pretende hacer reflexionar sobre la ecolog¨ªa y la pol¨ªtica y que ha causado cierto revuelo por exhibir un desnudo frontal masculino.
El carnaval es el escenario natural de Carlinhos Brown, que cumpli¨® en este a?o 25 a?os en la avenida, recorriendo, s¨¢bado y lunes por la noche, casi cuatro kil¨®metros de paseo mar¨ªtimo al frente de la original y poderosa banda de metales y cueros de su Camarote Andante. Toc¨® una apabullante versi¨®n del Blen blen blen, de Chano Pozo, en un ensayo de lo que llevar¨¢ a mediados de mayo al Forum de Barcelona (cuando est¨¢ previsto que irrumpa por el asfalto del se?orial paseo de Gracia).
Pr¨¢cticamente, todos los tr¨ªos el¨¦ctricos tocan este a?o alguna composici¨®n de Carlinhos Brown. La banda sonora del carnaval 2004 en Salvador no se concibe sin Dandaluna o Maiemb¨º Dand¨¢, que el propio ministro de Cultura, Gilberto Gil, cant¨® a d¨²o con Daniela Mercury, encaramado al tr¨ªo Expresso 2222. Antes, el d¨ªa de la inauguraci¨®n, el ministro hab¨ªa presenciado las evoluciones de m¨¢s de 100 m¨²sicos y bailarines surafricanos, y la ceremonia de apertura de los caminos que Carlinhos Brown, disfrazado de fara¨®n, realiz¨® al frente de los timbaleros del grupo Zarabes, una de las formaciones percusivas nacidas en el Candeal. "Esos grupos creados por Carlinhos como la Timbalada son aut¨¦nticos ej¨¦rcitos de la m¨²sica, ej¨¦rcitos desarmados. Est¨¢ siempre organizando movimientos de masas, pero consigue con ellos estimular a muchas personas, que muchas familias se involucren".
Trueba define su largometraje -que guarda cierta relaci¨®n con Milagro en Mil¨¢n, de Vittorio de Sica: "Me acord¨¦ de esa pel¨ªcula porque trata de alguien que se queda all¨ª atrapado en un barrio"- como un musical social. Tambi¨¦n dice que es un western pac¨ªfico en el que los buenos se defienden con el arma de la m¨²sica: han optado por el tambor en lugar de la pistola. "A m¨ª me gusta que las pel¨ªculas tengan siempre una dosis de utop¨ªa. Me gustan m¨¢s las que apuntan a mejores formas posibles de vida a las que podemos aspirar que las que denuncian o toman nota del mal estado de las cosas. Billy Wilder me dijo en una ocasi¨®n: 'Fernando, la virtud no es fotog¨¦nica'. Y creo que ten¨ªa mucha raz¨®n, pero tambi¨¦n Renoir dijo que el cine era el arte de retratar los bellos sentimientos. Y eso es algo que se me ha quedado en la cabeza".
Asegura que no se parece a ninguna de las pel¨ªculas que ha dirigido, ni a ninguna de las que ha visto -"y he visto unas cuantas", a?ade-. "Hay que derrotar al fatalismo y siempre he pensado que el mundo s¨®lo mejora gracias a los ingenuos. La gente muy inteligente es demasiado esc¨¦ptica. Se transforma el mundo a trav¨¦s de la belleza de forma pac¨ªfica e inteligente. En el ejemplo del Candeal ves que otro Brasil es posible".
El pa¨ªs de los tr¨ªos el¨¦ctricos
Sucedi¨® en 1950. Antonio Adolfo Nascimento, Dod?, y Osmar Alvares de Macedo, Osmar, restauraron un viejo Ford de 1929, y el domingo de carnaval, sobre las cinco de la tarde, aparecieron por el desfile de carros aleg¨®ricos tocando unas guitarras rudimentarias que hab¨ªan electrificado previamente y con el sonido amplificado por unos altavoces caseros. Cuando se quisieron dar cuenta les segu¨ªan cientos de personas saltando y bailando. Al a?o siguiente, con la inclusi¨®n de Tem¨ªstocles Arag?o, la pareja musical se convirti¨® en tr¨ªo y se present¨® con una camioneta en cuyos laterales pod¨ªa leerse el r¨®tulo de "Tr¨ªo el¨¦ctrico". Como ya cant¨® otro hijo de la tierra, Caetano Veloso, detr¨¢s del tr¨ªo el¨¦ctrico s¨®lo no va quien ya muri¨®. Estas bandas ambulantes que lideran cantantes como Daniela Mercury, Ivete Sangalo o Margareth Menezes se desplazan sobre potentes camiones y compiten en popularidad con otras coloridas formaciones que reivindican la negritud con el poder de sus tambores, y que tienen sus principales exponentes en nombres como Olodum, Il¨º Aiy¨º, Mal¨º Debal¨º o Muzenza. En 1984 se cre¨® un circuito alternativo porque el carnaval se hab¨ªa quedado peque?o. El circuito Dod? (que parte del faro de Barra y llega hasta el barrio de Ondina por el paseo mar¨ªtimo) se a?ad¨ªa as¨ª al circuito Osmar (que une las plazas de Campo Grande y Castro Alves). Con un circuito Batatinha -nombre de un sambista ya fallecido- inaugurado en el centro hist¨®rico de Salvador, declarado patrimonio hist¨®rico de la humanidad por la Unesco, suman 25 kil¨®metros de calles y avenidas dedicadas a la fiesta colectiva. Una celebraci¨®n que re¨²ne diariamente a m¨¢s de dos millones de personas, genera 200.000 empleos directos y atrae a medio mill¨®n de visitantes. Se han repartido 800.000 preservativos y no hay rastro alguno de latas, porque un ej¨¦rcito de personas sin recursos las van recogiendo con sus bolsas para reciclarlas.
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