Dos horas al d¨ªa de libertad
El programa SGAE ACT?A conecta, a trav¨¦s de la cultura, a socios y personas en riesgo de exclusi¨®n social
En el interior del Centro Penitenciario Madrid III (Valdemoro), al que se accede tras cruzar una decena de puertas que solo se abren si la anterior se ha cerrado completamente, el tiempo se mide de otra forma. ¡°La realidad de una c¨¢rcel es dif¨ªcil de explicar¡±, dice el recluso Julio S¨¢nchez, que est¨¢ cumpliendo una condena de tres a?os y ocho meses. ¡°Hay que estar dentro para saber qu¨¦ es esto¡±. A su lado, Young Pil Wong Mic¨®, que lleva 31 a?os en prisi¨®n, lo corrobora: ¡°Las 24 horas del d¨ªa son eternas aqu¨ª. En la c¨¢rcel no se vive, se sobrevive, y para eso tienes que mantenerte ocupado¡±.
Para luchar contra el tiempo, S¨¢nchez y Wong Mic¨® decidieron crear en 2016 un grupo de rock, ¡°Cal Viva¡±, al que m¨¢s tarde se uni¨® el recluso Miguel Llanos. Los tres ensayan dos horas al d¨ªa en el sal¨®n multiusos del m¨®dulo sociocultural de la prisi¨®n, donde han colgado un cartel para reclutar m¨¢s miembros. ¡°La m¨²sica es, para nosotros, dos horas al d¨ªa de libertad¡±, dicen mientras esperan al m¨²sico Luis Mart¨ªn, quien en las ¨²ltimas semanas les ha ayudado a perfeccionar su manejo de los instrumentos a trav¨¦s de un taller organizado por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y que se enmarca dentro del programa SGAE ACT?A.
Con esta medida, SGAE pretende conseguir un doble objetivo: reactivar las carreras profesionales de aquellos socios que atraviesan largos periodos de desempleo y acercar la cultura a personas en riesgo de exclusi¨®n social. ¡°SGAE ACT?A propone a sus socios impartir talleres y clases para un p¨²blico que no tiene garantizado el acceso a la cultura como pueden ser reclusos, pero tambi¨¦n se dan en comedores sociales, hospitales, residencias¡ y no solo de m¨²sica, sino tambi¨¦n de teatro, dramaturgia, cine¡¡±, explica Rub¨¦n D¨¢vila, trabajador social y coordinador del ?rea Social y Asistencial de SGAE.
¡°Trabajamos tanto con entidades privadas como p¨²blicas, como la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias con la que firmamos un acuerdo el a?o pasado¡±, a?ade. SGAE ACT?A ha desarrollado tambi¨¦n talleres en otras prisiones de la Comunidad de Madrid, Soto del Real y Navalcarnero, y de Espa?a.
Como explica Vanesa Valc¨¢rcel, directora de socios de SGAE, ¡°los socios que, como Luis Mart¨ªn, participan en este programa, son contratados y dados de alta en la Seguridad Social por un periodo de tres meses¡±. ¡°Hay ciertos sectores como es el de la m¨²sica, en el que no existen apenas los contratos fijos¡±, dice Valc¨¢rcel. ¡°Nosotros les damos la oportunidad de que realizan un trabajo remunerado que, adem¨¢s, les permita cotizar y les puede servir para lanzar sus carreras de nuevo¡±, a?ade.
Desde 2016, una centena de socios se han beneficiado del programa SGAE ACT?A, financiado ¨ªntegramente por esta entidad cultural. ¡°Se destina una partida presupuestaria para todos los programas que se desarrollan dentro del ?rea Social y Asistencial, que tambi¨¦n engloba ayudas econ¨®micas directas para socios. En concreto, para esta iniciativa de empleabilidad se han invertido unos cien mil euros¡±, explica Valc¨¢rcel.
Mart¨ªn, l¨ªder de la banda Lobos Negros, ¡°no hab¨ªa dado nunca clases en una c¨¢rcel, aunque s¨ª que hab¨ªa tocado con mi grupo dentro en alguna ocasi¨®n¡±. ¡°Este taller ha supuesto muchas cosas para m¨ª, ha sido un aprendizaje en todos los aspectos¡±, cuenta y anuncia que para esta ¨²ltima sesi¨®n han preparado un peque?o concierto.
Tras saludarse, profesor y alumnos se colocan en sus posiciones sobre el escenario, junto a sus instrumentos. Mart¨ªn a la guitarra ac¨²stica y a la voz, S¨¢nchez a la guitarra el¨¦ctrica, Llanos al bajo y Wong Mic¨® a la bater¨ªa. Los cuatro se miran y sonr¨ªen. Suenan los primeros acordes. ¡°?Esto suena muy bien!¡±, les anima Mart¨ªn, cuyo deseo es ¡°continuar ense?¨¢ndoles, aunque sea de voluntario¡±.
¡°Se nos ha hecho muy corto, yo me he quedado con ganas de preguntarle muchas cosas, de que nos ense?¨¦ m¨¢s¡±, dice S¨¢nchez y a?ade que le gustar¨ªa grabar un disco cuando los tres est¨¦n fuera. A ¨¦l le quedan ocho meses, a Llanos tres, y a Wong Mic¨®, dos a?os. ¡°Lo primero que voy a hacer cuando salga es comprarme una bater¨ªa electr¨®nica, nunca pude tener una, ni antes de entrar aqu¨ª¡±, dice Wong Mic¨®. ¡°Y despu¨¦s, mi deseo es que los tres juntemos a nuestras familias y toquemos para ellos. Pero para eso todav¨ªa queda. Mientras tanto seguiremos viniendo aqu¨ª para combatir el tiempo a trav¨¦s de la m¨²sica¡±.
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