Pol¨ªtica de luces largas
La ciudadan¨ªa est¨¢ pidiendo a sus pol¨ªticos que dejen de lado la confrontaci¨®n y la polarizaci¨®n

Hace unas semanas celebramos una cena editorial de Agenda P¨²blica en Madrid en la que el invitado era Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Yo no pude asistir porque deb¨ªa cumplir con mis responsabilidades docentes en Barcelona. En aquel momento me supo fatal no poder acudir, pero este fin de semana me he lamentado amargamente de haber perdido la ¨²ltima oportunidad de poder conocer a una persona tan relevante de la construcci¨®n democr¨¢tica espa?ola. Reconozco que me sent¨ªa alejada ideol¨®gicamente de algunas de las posiciones y apuestas personales llevadas a cabo por P¨¦rez Rubalcaba. Sin embargo, a las que nos apasiona la pol¨ªtica como entramado institucional que debe gestionar el bien com¨²n, compartir conversaci¨®n con este tipo de personajes es siempre una aut¨¦ntica experiencia. El conocimiento del intraestado es necesario muchas veces para entender el porqu¨¦ de las cosas.
Me hubiera gustado preguntarle sobre Catalu?a. ?l impuls¨® y sostuvo pol¨ªticamente el di¨¢logo con ETA, gracias al que, tras varios fracasos, la organizaci¨®n dej¨® las armas. S¨¦, por referencias, que cre¨ªa que hab¨ªa que ser pol¨ªticamente estricto con la deslealtad independentista, pero asumo que, vista su trayectoria, no hubiera optado por la imposici¨®n, por ejemplo, de un 155 de la Constituci¨®n sine die que no har¨ªa m¨¢s que enquistar el problema pol¨ªtico-social que se ha aposentado en Catalu?a. En todo caso, desafortunadamente, nunca podr¨¦ ya plantearle mis dudas. Una l¨¢stima.
Rubalcaba ya no est¨¢, pero el problema catal¨¢n sigue y seguir¨¢ sobre la mesa, pol¨ªtica y cotidiana, si no se toman medidas. Por eso sorprende tant¨ªsimo la postura, quiz¨¢ teatralizaci¨®n, de los partidos independentistas respecto de la elecci¨®n de Miquel Iceta como nuevo senador auton¨®mico y potencial presidente del Senado. El Sr. Iceta es un relevante y bregado pol¨ªtico catal¨¢n, al que nadie puede negar su catalanismo. En su caso, solo podr¨¢n hacerlo aquellos que defienden una idea de catalanidad peque?a y excluyente. Asimismo, y m¨¢s all¨¢ de su catalanismo, es un pol¨ªtico que ha defendido siempre el modelo federal para Espa?a, verdaderamente federal. Y, por ¨²ltimo, una persona que se ha prestado en los ¨²ltimos a?os a hacer de interlocutora, de puente, entre las diferentes sensibilidades pol¨ªticas presentes en Catalu?a para buscar los puntos de acuerdo que permitieran salir del barro en que estamos encallados. Seguramente no guste a todos, ni siquiera dentro del PSOE, por su malinterpretada ¡°benevolencia¡± respecto de los l¨ªderes independentistas. Por estas razones, es dif¨ªcil de entender la negativa de estos ¨²ltimos a favorecer una presidencia del Senado dispuesta a reorientar, dentro de sus posibilidades, la posici¨®n institucional de la segunda c¨¢mara y, qui¨¦n sabe, a elaborar una proposici¨®n de reforma territorial. No ser¨¢ una presidencia que promueva la independencia de Catalu?a, no es su apuesta pol¨ªtica, como tampoco la apuesta mayoritaria pol¨ªtica en Catalu?a; nunca lo ha sido. Tanto es as¨ª que, seg¨²n la encuesta postelectoral del CEO, la opci¨®n por un estado independiente sufre su ca¨ªda m¨¢s fuerte de los ¨²ltimos a?os (35%), mientras que el federalismo, tan denostado por los sectores independentistas, vuelve a ser una opci¨®n para muchos catalanes (29,4%).?
No hay que perder de vista que tambi¨¦n en el ¨²ltimo CEO las cifras sobre la situaci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a es alarmante, dado que el 45,9% de catalanes opinan que es mala y el 22,1 que es muy mala (tampoco las cifras sobre la situaci¨®n espa?ola es para tirar cohetes). Todav¨ªa m¨¢s alarmante, a la pregunta ¡°?est¨¢ usted satisfecho con nuestra democracia?¡±. El 47,9% de catalanes responde estar poco satisfecho y el 31,8%, nada satisfecho. Cabe inferir de estos datos que la ciudadan¨ªa est¨¢ pidiendo a los pol¨ªticos que dejen de lado la confrontaci¨®n y la polarizaci¨®n como casi ¨²nicas armas pol¨ªticas. Por cierto, conclusi¨®n que tambi¨¦n se sostiene con los resultados de las ¨²ltimas elecciones generales en Catalu?a.
En todos los espacios pol¨ªticos necesitamos de nuevas formas e impulsos pol¨ªticos. Empe?arse en convertir al adversario pol¨ªtico, o al vecino que no piensa como nosotros, en un enemigo solo trae m¨¢s confrontaci¨®n. Lo mismo que definir como fracaso del Estado (espa?ol) el funcionamiento de la tutela (espa?ola) de los derechos fundamentales; o utilizar un discurso nativista en el que el emigrante (espa?ol) de los a?os 50 y 60 es culpable de la situaci¨®n pol¨ªtica catalana actual; o querer convertir a Barcelona en la capital de una rep¨²blica inexistente y que, como muchos de sus defensores defiende, est¨¢ lejos de llegar.
Es el momento de la pol¨ªtica, de resolver los problemas de la ciudadan¨ªa. De poner las luces largas; las de posici¨®n, recuerden, solo nos dejan ver el aqu¨ª y ahora.
Argelia Queralt Jim¨¦nez es profesora de Derecho Constitucional a la UB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.