El caso Iceta en su contexto
El voto contra la designaci¨®n del l¨ªder del PSC como senador auton¨®mico me parece justificado, las normas y los procedimientos existen para ser cumplidos
El voto negativo a Miquel Iceta por parte de ERC y dem¨¢s partidos independentistas me parece bien argumentado. No s¨¦, naturalmente, si por debajo de las explicaciones p¨²blicas para justificar tal negativa hay, como se comenta en voz baja, otros motivos m¨¢s esp¨²reos y partidistas. Pero, en todo caso, la explicaci¨®n oficial de ERC referente al procedimiento me parece plenamente acertada.
Vamos a ver. Que el presidente del Gobierno d¨¦ ya por designado a un presidente del Senado cuando todav¨ªa este no es siquiera candidato a senador y que, adem¨¢s, quien deba nombrarlo sea el Parlament de Catalu?a sobre el cual el presidente del Gobierno no tiene competencia alguna, va contra el m¨ªnimo respeto institucional a la instituci¨®n aut¨®noma catalana y, por supuesto, contraviene el mismo principio de autonom¨ªa. Por tanto, el voto contra la designaci¨®n de Iceta como senador auton¨®mico me parece justificado, las normas y los procedimientos existen para ser cumplidos.
Adem¨¢s, este caso adquiere todav¨ªa mayor relevancia si se analiza en su contexto porque, en efecto, una de las caracter¨ªsticas del Gobierno de Pedro S¨¢nchez es el incumplimiento de la Constituci¨®n y las leyes con impunidad y abuso de derecho. Se dir¨¢ que para evitarlo est¨¢n los controles judiciales, y es verdad. Pero tambi¨¦n es verdad que las resoluciones judiciales en muchos casos llegan tarde, cuando las consecuencias se han consumado y surtido efectos. S¨¢nchez se ha revelado como un maestro en estos abusos de poder. Pongamos algunos ejemplos.
La misma moci¨®n de censura por la que fue investido presidente es jur¨ªdicamente cuestionable. En el sistema espa?ol la moci¨®n de censura no solo comporta obligar al presidente censurado a dimitir sino, en el mismo acto, a que el candidato presidente exponga un programa de gobierno para que sea debatido y, en su caso, aprobado por una mayor¨ªa absoluta de los diputados. Pues bien, en la moci¨®n de censura de junio pasado no se debati¨® ning¨²n programa, solo quiz¨¢s, en un intento de comprensi¨®n, podr¨ªamos admitir que se redujera a uno, ¡°echar a Rajoy¡±, con lo cual una vez cumplido se deb¨ªa proceder a disolver las Cortes Generales y convocar nuevas elecciones. Pero esto no se hizo y sienta un precedente que puede cambiar las formas de destituir y constituir gobiernos.
Una de las caracter¨ªsticas del Gobierno de S¨¢nchez es el incumplimiento de la Constituci¨®n y las leyes
Pero ha habido muchos m¨¢s casos, e incluso m¨¢s flagrantes, de incumplimientos constitucionales y legales o de simples abusos. El primero que se me ocurre es la legislaci¨®n sistem¨¢tica por decreto-ley en casos que no responden, ni de lejos, al presupuesto constitucionalmente habilitante para ello: el de ¡°necesaria y urgente necesidad¡±. Casi una treintena de decretos de este g¨¦nero, la mayor¨ªa sin este condicionante, han sido aprobados de forma descarada por el Congreso, con lo que ello supone de afrenta a la posici¨®n de la ley en el ordenamiento, a la divisi¨®n de poderes y a las facultades legislativas de las c¨¢maras.
?Era urgente un decreto-ley regulador de TVE y RNE cuando a¨²n no se ha llegado a aplicar excepto en sus disposiciones provisionales, que consist¨ªan en substituir a una direcci¨®n por otra m¨¢s fiel y adicta? Quiz¨¢s no era urgente, pero s¨ª necesario, ?para el Gobierno!, ocupar los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n. Y as¨ª con tantos otros, aprobados en los llamados viernes sociales que con m¨¢s propiedad deber¨ªan haberse denominado viernes electoralistas.
Tampoco ha sido ejemplar convocar elecciones para que se celebren un mes antes de otros comicios; esta campa?a electoral continua no contribuye a serenar los ¨¢nimos para que el ciudadano deposite con responsabilidad y conocimiento su voto en las urnas. Tampoco fue ejemplar la actitud de S¨¢nchez en fijar la fecha para los debates en televisi¨®n que dio lugar a que se desarrollaran, de forma ins¨®lita, durante dos d¨ªas seguidos en la ¨²ltima semana de la campa?a. Son solo algunos ejemplos.
El caso Iceta. Un abuso m¨¢s, una falta de consideraci¨®n por las formas, por los procedimientos, ignorando que en democracia la forma es tambi¨¦n el fondo. Que sea ERC ¡ªun partido que no se caracteriza por su respeto a la Constituci¨®n y las leyes espa?olas sino por todo lo contrario y que incluso hace muy poco intent¨® un golpe de Estado en Catalu?a¡ª el que precisamente d¨¦ lecciones de democracia a S¨¢nchez, quiz¨¢s deber¨ªa hacerle meditar. La democracia es algo que perece si no se cuida d¨ªa a d¨ªa. Vamos por una cierta pendiente peligrosa, ¡°por ah¨ª vamos mal¡±, que dir¨ªa el gran juez Marchena.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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