Asesinato de una anciana frente a la comisar¨ªa
Preocupaci¨®n y miedo en Fuenlabrada tras la muerte a golpes de una vecina de 84 a?os tras sufrir un robo en su vivienda el mi¨¦rcoles 22 de mayo
Unos 30 pasos separan la comisar¨ªa de la Polic¨ªa Nacional de Fuenlabrada?(Madrid) y el piso bajo en el que viv¨ªa Mercedes Vill¨¦n Cort¨¦s, de 84 a?os. Esta mujer, ¡°toda vitalidad y fortaleza¡± como la describen sus familiares y amigos, fue hallada muerta a golpes la tarde del mi¨¦rcoles 22 de mayo en su domicilio. Estaba tirada en medio de un gran charco de sangre en el sal¨®n y la vivienda est¨¢ completamente revuelta, fruto de un robo. ¡°Lo han tenido que hacer entre tres o cuatro, porque, aunque era mayor, ten¨ªa mucha fuerza y era muy corpulenta¡±, afirma su hermano Jos¨¦ Mar¨ªa. Este asesinato ha levantado el temor entre los allegados de Mercedes, por si alguna banda dedicada a asaltar a mayores.
Mercedes naci¨® en el pueblo jienense de Castillo de Locub¨ªn, pero pronto se traslad¨® a Fuenlabrada. Era la segunda de cinco hermanos. A?os despu¨¦s, emigr¨® a la regi¨®n francesa de Burdeos, donde trabaj¨® en la crianza y recogida de la uva. ¡°Era muy buena en su trabajo. Iba con dos cuchillos a la vez cortando las hierbas¡±, recuerda su hermano. Cuando se jubil¨®, regres¨® a su vivienda, situada en el bajo D del n¨²mero 6 de la calle de los ?ngeles.
La comisar¨ªa se encuentra en el n¨²mero 9, a pocos metros de su domicilio. Lo que llama la atenci¨®n es que a las horas a las que se mov¨ªa la v¨ªctima, es frecuente la entrada y salida de las personas de este centro policial. ?Nadie vio nada sospechoso? Adem¨¢s, siempre hay agentes que se mueven con veh¨ªculos patrulla o camuflados, por lo que deber¨ªan haberse percatado de que ocurr¨ªa algo extra?o. Adem¨¢s, la comisar¨ªa cuenta con c¨¢maras de seguridad que controlan todo el per¨ªmetro. ?Podr¨ªan estar grabados los asesinos? Los dispositivos apuntan al edificio, pero siempre captan una parte m¨¢s o menos amplia de la calle. Esto servir¨ªa para tener im¨¢genes, por borrosa que fuera, de los criminales y ver c¨®mo abordaron a Mercedes.
Los vecinos aseguran que, pese a tener al lado la comisar¨ªa, no est¨¢n tranquilos. Es el caso de otra residente en el bajo del n¨²mero 6 de la calle de los ?ngeles, Mar¨ªa del Carmen Gallego. ¡°Cre¨ªamos que est¨¢bamos m¨¢s seguros por estar en la puerta de la comisar¨ªa, pero ya se ha visto que no es as¨ª. Yo, por si acaso, me puse una alarma en mi casa¡±, afirma la mujer, que no ha dormido en los ¨²ltimos d¨ªas, presa de los nervios y el miedo. ¡°No salgo ni a la puerta de la calle¡±, a?ade.
Mercedes siempre hac¨ªa la misma rutina. Por la ma?ana iba a hacer alguna compra, com¨ªa en casa y por la tarde acud¨ªa a la Asociaci¨®n Cultural de Mayores de Fuenlabrada (Acumafu), a unos 250 metros de su casa. Cuando terminaba de jugar a las cartas, cog¨ªa el autob¨²s y echaba unos cartones en el bingo. Volv¨ªa a casa hacia las diez y media.
El martes 21 de mayo fue el ¨²ltimo d¨ªa que la vieron con vida. Por la ma?ana acudi¨® a hacer la declaraci¨®n de la renta junto con una amiga. ¡°Jam¨¢s hab¨ªa tenido ning¨²n problema¡±, explica la amiga que la acompa?¨®. El mi¨¦rcoles 22 fue cuando salt¨® la voz de alarma. La mujer que acud¨ªa a limpiarle la casa llam¨® a la puerta y nadie le abri¨®. La ventana del patio estaba abierta y una luz encendida, lo que le hizo sospechar que algo no iba bien. La empleada llam¨® a su coordinadora y al cu?ado de Mercedes. Este vino a casa y pidi¨® a la presidenta de comunidad de vecinos el duplicado de las llaves. Quien abri¨® la puerta fue su vecino Abel Courier. Aun no se ha repuesto de la escena que vio. ¡°Pens¨¦ que se hab¨ªa ca¨ªdo y que no se pod¨ªa levantar, pero, cuando abr¨ª la puerta, la encontr¨¦ tirada y con todo revuelto. Era una escena muy desagradable¡±, recuerda Abel, que solo dio m¨¢s detalles a la polic¨ªa. Sus ojos se llenan de l¨¢grimas. Mercedes llevaba ya varias horas muerta.
El hermano de la fallecida recuerda que la vivienda estaba revuelta. Sus asesinos hab¨ªan tirado papeles por todos los lados. ¡°Los ladrones fueron con tanta prisa que se les cayeron algunos billetes por la vivienda. Todav¨ªa no sabemos qu¨¦ se han llevado porque la polic¨ªa no nos ha dejado entrar¡±, a?ade Jos¨¦ Mar¨ªa. ¡°Solo dos o tres personas sab¨ªamos d¨®nde ten¨ªa el dinero y las joyas. Eso s¨ª, ah¨ª no entraba nadie. Ni siquiera yo¡±, recuerda el familiar. El pr¨®ximo 11 de junio Mercedes habr¨ªa cumplido 85 a?os.
La voz de alarma y la preocupaci¨®n se apoderaron al instante de la barriada. A Mercedes la hab¨ªan matado a golpes para robarla. Los polic¨ªas del Grupo VI de Homicidios empezaron a preguntar a los vecinos si hab¨ªan o¨ªdo algo raro. Nadie escuch¨® nada. Tan solo silencio. ¡°Por m¨¢s vueltas que le doy a esas horas, no vi ni o¨ª nada raro. Es todo muy extra?o¡±, explica Abel.?
La principal hip¨®tesis es que los ladrones siguieron a Mercedes a la salida del bingo. O incluso que la estuvieron vigilando en los ¨²ltimos d¨ªas para ver cu¨¢les eran sus rutinas. El presidente de Acumafu, Marcelo Cornell¨¢, la recuerda como una mujer muy vital, independiente y muy receptiva con otros mayores. De hecho, algunos, entre ellos ¨¦l, hablaban en franc¨¦s con Mercedes para no olvidarlo. Acostumbraba a ir ¡°muy arreglada¡±. ¡°Siempre le gustaba llevar con joyas. Cuando le dec¨ªa que no llevara tantas por la calle, siempre me respond¨ªa que ten¨ªa muchas m¨¢s en casa¡±, a?ade Cornell¨¢. Sus conocidos guardaron un minuto de silencio el pasado viernes 24 de mayo a mediod¨ªa en la puerta del centro para condenar el asesinato.
Mercedes sufri¨® hace unos meses un ictus que le produjo una peque?a par¨¢lisis facial y le afect¨® algo la visi¨®n. Tambi¨¦n sufr¨ªa de las piernas, por lo que no pod¨ªa andar mucho, seg¨²n recuerdan sus amigos. ¡°Se hab¨ªa recuperado bastante bien. Por eso debieron ser varios, porque uno solo no podr¨ªa controlarla. Ella era baja, pero pesar¨ªa lo menos 100 kilos. No era una mujer f¨¢cil de dominar¡±, recuerda su hermano.
Un hecho importante es que la puerta de entrada a la vivienda no estaba forzada, por lo que quiz¨¢s conoc¨ªa a sus asesinos o estos la abordaron en el descansillo. ¡°Era muy confiada. Abr¨ªa a todo el mundo, pese a que le dec¨ªamos que tuviera cuidado, que le pod¨ªa pasar algo. Y mira, al final...¡±. Su hermano no termina la frase.
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