Las izquierdas de Barcelona
El empate a 10 concejales de comunes y ERC tiene muy cerca a los 8 concejales socialistas, con escasa diferencia de votos
A excepci¨®n de los socialistas, que han ganado con distancias notables las elecciones generales y europeas, en el resto de convocatorias no parece que haya ning¨²n ganador propiamente dicho. Diferentes partidos han quedado en primer lugar, casi siempre muy cerca de otras fuerzas pol¨ªticas, a menudo sin ning¨²n vencedor claro, ni cre¨ªble ni categ¨®rico. Aqu¨ª y fuera de aqu¨ª, en ayuntamientos y comunidades, los partidos han quedado primeros, segundos o terceros por n¨²mero de votos. Esta novedad de los ¨²ltimos a?os tendr¨ªa que excluir del debate la tendencia a considerar victoria un resultado tan precario que a menudo inhabilita al primer partido a favor de otras fuerzas. A Artur Mas le pas¨® repetidamente hace muchos a?os, y Rajoy supo hace solo diez meses que su victoria electoral tendr¨ªa un sabor profundamente amargo.
En Barcelona es todav¨ªa m¨¢s visible que en otros lugares. El empate a 10 concejales de comunes y ERC tiene muy cerca a los 8 concejales socialistas, con escasa diferencia de votos. Comunes y el PSC, ahora inequ¨ªvocamente influyente en el PSOE de Pedro S¨¢nchez, ha sintonizado a menudo en la agenda social. Ambos creen tambi¨¦n en una votaci¨®n como instrumento para desencallar la situaci¨®n en Catalu?a. Pero mientras que los comunes han tendido a priorizar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, como pide el independentismo, los socialistas se inclinan por un refer¨¦ndum sobre una reforma legal que reconecte con la demanda mayoritaria de mejorar los tratos entre la Generalitat y el Gobierno del Estado. No ser¨ªa ning¨²n disparate el acuerdo expl¨ªcito acerca de una f¨®rmula ¡ªuna votaci¨®n¡ª que evaluara las reformas de que fueran capaces los partidos en clave federalizante. Ya s¨¦ que personajes como Joan B. Culla estiman esta salida como ¡°t¨®pica y vac¨ªa¡±, lo dice en sus memorias, pero casi un tercio de la sociedad catalana se inclinar¨ªa, seg¨²n m¨²ltiples encuestas, a favor de esta soluci¨®n t¨®pica, quiz¨¢s s¨ª, pero para nada vac¨ªa.
Un indicador relevante en esta direcci¨®n pasar¨ªa por la alcald¨ªa de Barcelona. Ada Colau ha propuesto un pacto de lealtad a ERC seg¨²n el cual el futuro alcalde Ernest Maragall excluir¨ªa a la ciudad de la batalla independentista. La credibilidad de ERC ahora mismo no es exactamente inmaculada, y se hace muy poco veros¨ªmil que en los momentos ¨¢lgidos de la campa?a para las previsibles auton¨®micas de finales de a?o, dejara de usar su proyecci¨®n medi¨¢tica y simb¨®lica a favor de las tesis independentistas.
Hay otras soluciones, como han se?alado los medios y alguno de los pol¨ªticos con m¨¢s reflejos a este lado del Ebro. Las sinton¨ªas de comunes y socialistas que validaron una primera etapa de la alcaldesa Colau podr¨ªan repetirse ahora, en particular ante el nuevo mapa pol¨ªtico de la ciudad. La presi¨®n social del independentismo en Barcelona ha retrocedido al excluir del Ayuntamiento a la CUP y al dejar la suma de concejales independentistas en 15, lejos de la mayor¨ªa absoluta de 21, y sin ning¨²n aliado veros¨ªmil. De hecho, Ada Colau ha repetido varias veces que ella no es independentista, a pesar del rechazo que le despierta, como a tantos otros, la medida preventiva de prisi¨®n para los l¨ªderes del proc¨¦s. La opci¨®n de tres votos favorables de las filas de Manuel Valls para investir a la alcaldesa Colau no tiene m¨¢cula alguna en cuanto a legitimidad democr¨¢tica, y expresar¨ªa netamente el reconocimiento a la mayor¨ªa social no independentista que han evidenciado las elecciones del 26 de mayo.
La supuesta deslealtad que le reprochar¨ªa con acritud ERC podr¨ªa esconder una deslealtad todav¨ªa peor: obviar que alrededor del 60% de barceloneses optaron por candidaturas no independentistas. La restituci¨®n de la lealtad pol¨ªtica en el contexto actual es ciertamente ut¨®pica, pero no lo es lograr acuerdos que apoyen y visibilicen la Barcelona actual. Dicho de otro modo, favorecer la alcald¨ªa de Ernest Maragall comportar¨ªa la simb¨®lica y falsa imagen de una Barcelona mayoritariamente independentista, a pesar de que el resultado ha mostrado exactamente lo contrario.
Entre los comunes podr¨ªa empezar a calar el compromiso de respetar no solo las aspiraciones de la minor¨ªa independentista, sino tambi¨¦n las aspiraciones de la clara mayor¨ªa no independentista. Esto es lo que reflejar¨ªa un gobierno con 18 concejales comunes y socialistas, con Ada Colau de alcaldesa y la ventaja impagable de permitir expresar la afinidad de Ernest Maragall con los proyectos que sometiera el gobierno a su consideraci¨®n. Mientras tanto, quiz¨¢s no sea ninguna ocurrencia disparatada concluir que, hoy por hoy, Ernest Maragall lidera para la ciudad un proyecto fundamentalmente independentista y secundariamente de izquierdas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.