La ma?ana en Cibeles: de Casado en el ba?o al palco de Aguirre y Gallard¨®n
Despu¨¦s de los familiares comenzaron a llegar las autoridades. El encuentro m¨¢s esperado fue el de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallard¨®n
Los ba?os del Ayuntamiento de Madrid luc¨ªan limp¨ªsimos este s¨¢bado por la ma?ana. El suelo estaba impoluto, el espejo brillaba, el agua corriente sal¨ªa fresca, y de repente... Pablo Casado sali¨® de uno de los cuartos. ¡°Buenos d¨ªas¡±, dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Tras el saludo, se ajust¨® el pantal¨®n y se coloc¨® la chaqueta del traje:
¡ª ?Qu¨¦ tal anoche?
¡ª La noche fue larga.
La noche fue larga porque hasta las cuatro de la madrugada no hubo acuerdo con Vox, el partido que faltaba para lograr la alcald¨ªa de Madrid. El basti¨®n de los bastiones. O su viaducto, quiz¨¢, para La Moncloa. Fuera del servicio, a Casado le esperaba ?ngel Carromero, el famoso asesor del PP en la capital condenado por un tribunal cubano. ¡°Un minuto¡±, le explicaba a Andrea Levy, que preguntaba por ¨¦l. "Es que est¨¢ en el ba?o¡±.
Sin embargo, los primeros en llegar al acto fueron los parientes. A eso de las diez de la ma?ana los padres de la concejal Esther G¨®mez, de M¨¢s Madrid, se sentaron en la primera fila del p¨²blico. ¡°Hoy nos toca ir a la oposici¨®n¡±, resoplaba resignada Isabel, la madre, de 82 a?os. ¡°Es lo que han dicho los votantes y es la injusticia de la vida. No queda m¨¢s remedio que aguantarse¡±. A su lado, los familiares de los representantes de Ciudadanos y Vox acudieron con sus mejores galas. ¡°Nosotros no nos hemos acostado tarde. No hemos hecho cosas raras¡±, contaba la madre de Arantzazu Cabello, una de los cuatro concejales de Vox en el ayuntamiento. ¡°Mi hija se acost¨® normal. El acuerdo ten¨ªan que hacerlo, era obligado¡±.
Despu¨¦s de los familiares, comenzaron a llegar las autoridades. El encuentro m¨¢s esperado fue el de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Rodeados de fot¨®grafos y c¨¢maras, Aguirre se acerc¨® con su vestido azul al exalcalde. ¡°T¨² comprender¨¢s, y sabes mejor que yo, que un presidente¡¡±. No termin¨®. Del corrillo irrumpi¨® una periodista de La Sexta en directo. Ante el quiebro de la televisi¨®n, Gallard¨®n le contest¨®: ¡°Te quieren hacer una entrevista, venga¡±. A veces con un ¡°venga¡± est¨¢ todo dicho.
Las caras de alegr¨ªa estaban en las hermanas de Mart¨ªnez-Almeida, el nuevo alcalde. Faltaban muy pocos minutos para que diera comienzo el acto solemne, y all¨ª que aparecieron ?ngela, Mayi y Casilda. ¡°Anoche nuestro hermano se acost¨® muy tarde. [¡] Es m¨¢s bueno que el pan. Le gusta mucho el chulet¨®n, la paella y las fabes¡±.
¡ª ?Comer¨¢n juntos hoy?
¡ª? S¨ª, en eso hemos quedado.
Y comenzaron las votaciones. Pese a que estaba todo dicho, en la grada de invitados cund¨ªa cierto nerviosismo. No vaya a ser que Vox adquiriera, todav¨ªa, m¨¢s protagonismo. Hace cuatro a?os por estos pasillos en forma de U estaban sentados Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e ??igo Errej¨®n. ¡°S¨ª se puede¡±, coreaban. Hoy, ni rastro. El palco m¨¢s dicharachero de todos era el de Aguirre, Gallard¨®n, Ana Botella y ?lvarez del Manzano. ¡°?Esta qui¨¦n es?¡±, preguntaba Botella en un momento del acto. ¡°La de Hacienda¡±, zanjaba Aguirre, que manejaba todo el cotarro. ¡°Mirad, esta es Inmaculada, buen¨ªsima. He o¨ªdo que la van a hacer portavoz¡±, prosigui¨®. Al rato, Manzano solt¨®: ¡°Por lo menos que Almeida conserve la tradici¨®n de invitarnos a los alcaldes¡±. Risas.
Casualidad o no, unos metros a la derecha del palco de los exalcaldes se acomodaron juntos ?ngel Gabilondo e Ignacio Aguado. Ni se miraron, parec¨ªan dos ciudadanos con tort¨ªcolis. En un momento dado la acompa?ante del portavoz de Ciudadanos en la Asamblea se march¨®. ?Ser¨ªa el momento de mirar a Gabilondo? Por supuesto que no, y se entretuvo con su m¨®vil. Mientras tanto, por los altavoces se daba inicio a la votaci¨®n para elegir al alcalde.
"Carmena", "Almeida", "Carmena", "Almeida", se escuchaba por los pasillos blancos. Otro balc¨®n que acapar¨® los focos de los medios fue el de Pablo Casado, Isabel D¨ªaz Ayuso y P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Saludaban a Almeida cada dos por tres. "Estoy bien de pie", dijo al llegar Teodoro Garc¨ªa Egea, el secretario general. Visiblemente nervioso, no se despeg¨® del m¨®vil en todo el acto. De un lado para otro, negociaba la alcald¨ªa de las ciudades al m¨¢s puro estilo Florentino P¨¦rez con el tel¨¦fono.
El silencio se escuch¨® en el palco de ??igo Errej¨®n y M¨¢s Madrid. O mejor dicho: en el del ¡°s¨ª se pudo¡±. Aqu¨ª nadie hablaba, solo hab¨ªa caras largas. Abajo, en el pleno, el recuento para la alcald¨ªa estaba a punto de terminar... y en la platea de Aguirre segu¨ªan a lo suyo: ¡°?Dimitir¨¢ Ortega Smith si es diputado y concejal, no?¡±, inquiri¨® Manzano. ¡°No, acu¨¦rdate de Barranco¡±, zanj¨® Aguirre. ¡°Estos socialistas, qu¨¦ pesados que son¡±, insist¨ªa Manzano buscando, quiz¨¢, un buen tema de conversaci¨®n. ¡°Ya est¨¢, ya est¨¢, 28 [concejales]¡±, avisaba Aguirre.
¡°Alcalde, alcalde¡±, coreaban en el balc¨®n de Casado. ¡°Le veo ahora mismo 20 cent¨ªmetros m¨¢s alto que antes de entrar¡±, solt¨® uno de sus acompa?antes desatando las risas y el suspiro interno de todos. A lo lejos, en el palco de la familia de Almeida, se vibraba de emoci¨®n ante el momento clave de la ma?ana:
¡ª ?Acepta el cargo de alcalde [, Almeida]?
¡ª S¨ª.
Y despu¨¦s, Manuela Carmena se despidi¨® de los madrile?os con un ¨²ltimo mensaje: "Debemos cuidar la democracia. Tenemos que saber que es un valor enorme, cuidad la democracia".
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