Sigo queriendo mi Manhattan
El uso del arte como herramienta de resistencia pol¨ªtica para personas racializadas
Los camareros le miraron con desprecio. Estaba en el Boy Lounge -un bar para hombres cis gais blancos menores de 35 a?os- y no era la primera vez que llamaban la atenci¨®n: "Este no es un bar para mujeres trans negras", dec¨ªan sus miradas. A pesar de ello, Blanca Evangelista, una mujer trans negra del Nueva York de 1987 y una de las protagonistas de la serie Pose, resiste. Y lo hace ocupando el espacio que pretend¨ªa anularla. Esa noche, ella acaba en la calabozo. Su rival de la ballroom culture -escena nacida en el Harlem en la d¨¦cada de los sesenta-, Elektra Abundance, la rescata. "?Por qu¨¦ me has ayudado?", pregunta Blanca. "Fuera del ball, las trans racializadas y disidentes sexuales no importamos. Por eso, en esta vida, los balls son lo ¨²nico que importa".
Viajamos de la ficci¨®n a la realidad. En los sesenta, Crystal LaBeija sal¨ªa enfurecida del concurso drag Miss All-America Camp Beauty Pageant. Hab¨ªa quedado en cuarto lugar y su ira qued¨® inmortalizada en el documental de 1968 The Queen dirigido por Frank Simon. LaBeija le hizo un reading a Rachel Harlow, ganadora del concurso y reina blanca de Filadelfia. El reading es una mofa en la que se resaltan y exageran los defectos de una persona. En ese momento, LaBeija no estaba siendo una mala perdedora, respond¨ªa a los prejuicios racistas del concurso. No gan¨® el concurso, pero a finales de los setenta form¨® la House of LaBeija.Los houses eran espacios configurados por una madre o un padre que cuidaban y mentorizaban a gais j¨®venes, en su mayor¨ªa negros o latinos, conocidos como hijos y que hab¨ªan sufrido el rechazo de sus familias biol¨®gicas, as¨ª como abusos. Tambi¨¦n acog¨ªan a personas sin hogar o v¨ªctimas de las drogas. Las madres y padres de las casas brindaron un hogar y un lugar de pertenencia a muchas personas.El uso del arte como herramienta de resistencia pol¨ªtica para personas racializadas tiene una larga historia. En Madrid lo encontramos en colectivos como Negras Malas, proyecto de Navxja, creado para que hubiera un espacio para su grupo afectivo de amigas artistas negras y tejer v¨ªnculos y una red de apoyo para ellas. Otro es el colectivo Cangrejo Pro, que se autodefine como "un grupo de chicas de origen chino en Espa?a que trabajan en el ¨¢mbito comunitario y educativo desde el arte performance".
Formado por Jiaying Li, Shishi Zhu, Zhihan Chen, Fengfan Yang, Wanru Li, Bixia Xu, Qirui Wan, Jiakun Lu, Huixuan Kang, Jiaping Ma y obra de Xirou Xiao, a ellas les conoc¨ª por primera vez en la performance que dieron en la Sala de Arte Joven en la Calle de Avenida de Am¨¦rica. Presentaban su obra Me Importa Un Pepino, que repetir¨ªan en las jornadas de la di¨¢spora china en las residencias del Matadero, y m¨¢s recientemente en la puerta del sol en el festival Antirracista con la obra?Me Importa Una Cuerda, un proceso formativo de creaci¨®n comunitaria a partir de acciones y conversaciones que visibilizan las necesidades, inquietudes y preocupaciones de las j¨®venes chinas desde la performance.
Un lenguaje que les permite comunicarse m¨¢s all¨¢ de las palabras, reflexionar sobre el g¨¦nero, el cuerpo, la identidad, la diversidad y los estereotipos basados en el desconocimiento de la cultura china, para encontrar juntas el formato, los materiales y la partitura de acci¨®n final. No buscan una "acci¨®n colectiva" entendida como espect¨¢culo en un escenario puntual. Quieren crear una situaci¨®n, una experiencia que transmita las emociones, los sentimientos y las inquietudes de las mujeres chinas en Madrid. Una plataforma de comunicaci¨®n c¨®mplice y una red de apoyo mutuo.
Se centran en una serie de temas concretos, propuestos para activar y potenciar la conciencia pol¨ªtica y el pensamiento cr¨ªtico. Valoran sus propias fuerzas y la fuerza que resulta de la uni¨®n de las mismas, la sororidad. Espacios donde no hablan por ellas sino ellas son las protagonistas de su lucha. Espacios que responden a la violencia creando espacios de resistencia sin obviar la realidad. No solo son una plataforma de resistencia: a veces se nos olvida que el activismo, adem¨¢s de militancia, implica cuidados.
En estos espacios se tejen relaciones. Igual que en las houses y las ballrooms. Blanca Evangelista es rescatada de la c¨¢rcel por Elektra Abundance; son enemigas en el ball,pero aliadas fuera de all¨ª. Pidamos otro Manhattan, uno por Blanca y otro por Elektra.
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